(CNNMoney) – Los tres hermanos Rojano García crecieron cautivados con la lucha libre mexicana.
“Mucha gente creció en Estados Unidos viendo a Superman, Batman. Nosotros crecimos en México, allá tenemos luchadores”, explica José Luis Rojano García.
Sus héroes tenían nombres como “Blue Demon”, “Toxic” y “El Santo”. Más de 20 años después, sus coloridos héroes inspiraron una taquería: “Lucha Libre Taco Shop” en San Diego. Desde 2008 deleitan a clientes con tacos y burritos.
“Sentíamos que todos los restaurantes de comida mexicana siempre hacen lo mismo – decoran con mariachis, sarapes, sombreros”, dice José. “Nosotros queríamos tomar algo de la cultura mexicana que no fuera tan conocido”.
Cada pulgada del restaurante está decorada con artículos y objetos de la lucha libre: máscaras brillantes, enormes fotografías de luchadores famosos, y por si fuera poco, un auténtico ring o cuadrilátero donde pides tu orden con un micrófono colgante. El menú incluye llaves luchadoras como “tap out taco”, “smack down quesadilla” y “papas fritas knock out”.
Un negocio familiar
El restaurante tiene una gran presencia en redes sociales, con más de 8.000 seguidores en Instagram. Los clientes puedan colgar fotos de sí mismos en el cuadrilátero “Champ’s Ring” y en el “Champions Booth”, un rincón adornado con tapicería de oro que hizo el padre de los García.
El restaurante comenzó como un proyecto lateral. José ya estaba en el negocio de la comida. El hermano menor, Diego, era un ingeniero de sonido. El mayor, Maurilio, trabajaba para el Departamento de Estado de Estados Unidos. Es una verdadera empresa familiar.
La novia de Diego es diseñadora gráfica. La madre de los chicos aportó las recetas de salsa (hay al menos seis tipos), y Diego creó una decoración única, como sacada de un viejo televisor. La cara de Ron Burgundy (Will Ferrell) de la película “Anchorman” es parte de la decoración. Películas de Lucha Libre de los años sesenta se proyectan en la pared.
Los luchadores comen allí gratis. Y los clientes vestidos con máscaras de lucha libre obtienen un descuento del 15 por ciento. “Es como una tarjeta de descuento, solamente hay que llevarla puesta,” dice Diego.
Luchadores profesionales, incluidos los chicos de la WWF, acuden regularmente para comerse un burrito. Como los luchadores en México no deben mostrar la cara, llevan máscaras. “Es un gran tabú”, dice Diego. Un día, un “hombre musculoso” entró y se quedó mirando los objetos en la pared, incluyendo una fotografía gigante de su propia persona enmascarada.
“Sólo deslizó muy delicadamente su tarjeta de visita: ‘Blue Demon: The Living Legend’”, cuenta Diego.
Un burrito que deja mucho dinero
El restaurante es un gran éxito, ha ganado el título de “Mejor Burrito en San Diego” ocho veces. José dice que el restaurante generó tres millones de dólares en ingresos brutos el año pasado. Eso es un montón de burritos.
Han tenido tanto éxito que los hermanos abrieron un segundo local Lucha Libre Taco Shop a unas millas de distancia en 2015. Después de sólo un año, dice José que ya están obteniendo ganancias allí también.
“Queremos que vengan por el montaje y luego se queden por la comida”.