(CNN) – Cuando el muppet afgano Zari aparece en un orfanato en las afueras de Kabul, las caras de los niños se iluminan.
Tahira Sreen, de tres años, se levanta y besa las mejillas púrpura del muppet. Sadafm de cinco, quiere que Zari juegue con sus muñecas
“También vamos a hacer comida para Zari”, agrega Tahira.
Las dos jóvenes que se turnan para dar vida a Zari dicen que la reacción de estos niños no es inusual.
“Cuando ven a Zari parecen tan felices”, dice Sima Sultani, de 18 años, quien presta su voz al personaje.
“La mayoría de los niños quieren abrazar, tocar y besar a Zari”, agrega Mansoora Shirzad, de 23 años.
El primer ‘muppet’ de Afganistán
Zari es el primer y único muppet afgano en Bahgch-e-Simsim, la versión afgana del popular programa infantil Plaza Sésamo.
Durante sus primeros cuatro temporadas, consistió en gran parte en el contenido doblado del programa. Pero en el quinto año de la serie, llegó Zari, que representa a una niña afgana de seis años.
Zari es de color púrpura, con una nariz amarilla, lleva un vestido multicolor, y el pelo en trenzas de hilo.
Después de haber sido elegidas para el programa, Shirzad y Sultani fueron trasladadas a la India para la formación en las oficinas de la producción india de Plaza Sésamo.
Sultani dice que se olvida de sí misma cuando comienza a interpreta a Zari, mientras Shirzad, cuya familia regresó a Afganistán en 2005 después de vivir durante años como refugiados en el vecino Irán, dice que el papel de Zari es “la experiencia más maravillosa”.
“No quiero perder a Zari porque realmente la amo. Ella me da amor… me da mucha felicidad”, dice Shirzad. “Creo que podría encontrar mi infancia en Zari”.
La importancia de que Zari sea una niña
Shirzad hace malabares para compaginar su trabajo en televisión con sus estudios de música en la Universidad de Kabul. Cree que es importante que el personaje sea una niña, ya que hay un montón de normas para las niñas en Afganistán.
“Queremos mostrar a la gente que no es imposible que una muchacha haga todo lo que quiera”.
Los derechos de la mujer en Afganistán se han deteriorado dramáticamente después de décadas de conflicto. El Talibán prohibió a las mujeres asistir a la escuela y las obligó a usar burkas al aire libre.
Después de una campaña de bombardeos liderada por Estados Unidos, los talibanes fueron expulsados en 2001, y los gobiernos respaldados por Occidente tomaron medidas para mejorar los derechos de la mujer.
A pesar de algunos avances, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo , solo el 12% de las mujeres afganas sabe leer y escribir. Casi el 90% de las mujeres afganas han sufrido violencia física, sexual o psicológica o un matrimonio forzado.
“En Afganistán, las niñas sufren más”, explica Massood Sanjer, director general de entretenimiento en Moby Group, la compañía matriz de los dos canales de televisión afganos de propiedad privada que emite Bahgch-e-Simsim.
“Hacer que un personaje femenino sea un héroe puede hacer pensar a los padres que los niños y niñas son iguales, y que en realidad las niñas podrían ser mejores a veces en términos de su talento”.
Educación a través de la televisión
En Bahgch-e-Simsim, Zari enseña los números y las letras del alfabeto. Ella también canta canciones y presenta temas como arte o cocina.
En sus segmentos aparece con otros personajes de Plaza Sésamo internacionalmente reconocidos.
Durante los últimos cinco años, Zubair Ahmed Kakarr, de 26 años, ha puesto voz a muchos de ellos. Para Kakarr Bahgch-e-Simsim tiene dos objetivos principales: la educación y la diversión.
La educación es importante en un país como Afganistán, que entre los países con la menor tasa de alfabetización del mundo.
Un refugio frente al conflicto
Uno de los temas que el programa no aborda es la guerra. Los productores pretenden proporcionar una especie de refugio frente al conflicto que continúa desgarrando a Afganistán.
“Queremos dar esta idea a los niños de que no solo hay guerra en nuestro país”, explica Shirzad. “Queremos que sean felices y hacerlos reír”.
Pero todo el equipo de producción lucha con el difícil equilibrio entre la creación de la fantasía de Plaza Sésamo en el estudio de televisión, frente a la realidad exterior.
Las amenazas se convirtieron en realidad en enero pasado, cuando un atacante suicida talibán se dirigió contra un autobús que transportaba a empleados de la estación de televisión.
Al menos siete locutores y periodistas fueron asesinados.
“No es fácil olvidar todo… tus problemas, los problemas de tu país”, explica Shirzad.
“Tienes que centrarte en Zari, en las risas… en hacer su vida”, agrega.