(CNNMoney) –Samsung acabó con el Galaxy Note 7 con la esperanza de limitar las consecuencias del fiasco de su teléfono explosivo.
La empresa surcoreana decidió el martes 11 de octubre detener permanentemente las ventas y la producción del Galaxy Note 7. Esto ocurrió unas horas después de pedir a sus clientes que dejen de usar todas las versiones de este smartphone. Sus acciones cayeron 8% en Seúl, lo que redujo el valor de mercado de la empresa en alrededor de 17,000 millones de dólares.
Se suponía que este teléfono de gama alta le daría batalla al iPhone 7 de Apple, pero terminó dañando la reputación de Samsung.
Los analistas dicen que la tecnológica perderá mucho dinero al cancelar el Note 7: provocará que se dejen de vender alrededor de 9,500 millones de dólares y se pierdan 5,000 millones de dólares en ganancias, según algunos estimados. Sin embargo, era más arriesgado prolongar la agonía.
“Es una medida dolorosa, pero tal vez no totalmente mala porque ayuda a aislar y contener la mala percepción de ese producto en específico, en vez de difundir el temor de que los teléfonos de Samsung podrían explotar”, dijo Brian Ma, vicepresidente de investigación sobre dispositivos de IDC.
La credibilidad del principal fabricante de smartphones del mundo estuvo en riesgo luego de una serie de errores.
Samsung se vio obligada a retirar unos 2.5 millones de Notes 7 a principios de septiembre (apenas dos semanas después del lanzamiento del teléfono) porque unas baterías defectuosas provocaron que algunos dispositivos se incendiaran. Luego empezó a reemplazar teléfonos, pero algunos clientes informaron que esos dispositivos también se estaban incendiando.
Samsung ahora busca la forma de limitar el daño causado por uno de los retiros de smartphones más grandes de la historia.
Identificar el problema
La prioridad será establecer exactamente qué salió mal. Al principio, la empresa determinó que las baterías de un proveedor eran defectuosas.
“La descontinuación indica que la raíz del problema no está en la producción, sino tal vez en el diseño del producto”, dijo TuanAnh Nguyen, analista investigador en Canalys.
Ser francos de inmediato
Una vez que se haya determinado la causa, Samsung tiene que ser franca con sus clientes. De lo contrario, la falla del Note 7 podría afectar las ventas de otros teléfonos y productos.
“Los usuarios tienen miedo de usar cualquier cosa de Samsung”, dijo Ma. “Samsung afirmó que lo arreglaron, pero sigue habiendo problemas”.
A menos que se pueda borrar pronto esa mala impresión, podría verse afectada la presentación del próximo modelo Galaxy S, programada para principios de 2017.
“Se necesita honestidad y transparencia para reparar el daño causado a la imagen de su marca”, dijo Nguyen. “El no hacerlo tendrá repercusiones a largo plazo en sus otras líneas de productos”, señaló. Incluso añadió que es probable que la empresa tenga que cancelar la marca Note en su totalidad.
Dar compensaciones
El 11 de octubre, Samsung informó a sus clientes en Corea del Sur que podrán cambiar su Note 7 por otro smartphone. El programa de intercambio comenzará el jueves 13 de octubre y podría prolongarse hasta fin de año.
No quedó claro si los clientes de los demás mercados tendrán derecho a un reemplazo o a una compensación. Los analistas señalan que en todo el mundo podría haber unos dos millones de dispositivos aún en uso. Los analistas de Nomura estiman que la cancelación del Note 7 podría traducirse en la pérdida de 9,500 millones de dólares en ventas y de 5,100 millones de dólares en ganancias.
Sin embargo, Samsung (cuyo valor de mercado es de alrededor de 194,000 millones de dólares y reporta ventas anuales por 179,000 millones de dólares) debería ser lo suficientemente grande y rentable como para soportar la pérdida de un modelo.
“La mayor parte de las ganancias de Samsung se generan en segmentos diferentes al de los teléfonos, predominantemente en su poderosa división de componentes”, dijo Newman. “Además, en la división de teléfonos, la línea Note no es la principal generadora de ganancias”.