(CNN) – Más de 1.300 ancianos se pierden en China cada día —500.000 cada año— según indica un nuevo reporte.
Los ciudadanos adultos de 65 años o más representan más del 80% de los casos personas de avanzada edad que se pierden, según el Instituto de Asistencia Social Zhongmin que depende del Ministerio de Asuntos Civiles.
“Este es obviamente un gran número y un problema social que no podemos permitirnos ignorar”, dijo el sábado Wang Zhikun, presidente del Zhongmin Institute.
Cerca del 25% de las personas perdidas han sido diagnosticadas con el mal de Alzhéimer o demencia, mientras que el 72% sufre otro tipo de deterioro mental, según el reporte.
De los que fueron encontrados luego de ser reportados como perdidos, el 25% se volvió a perder, agregó el autor del reporte, Xiong Guibin.
Una bomba de tiempo demográfica
La población en China está envejeciendo rápidamente, una consecuencia de la política de un sólo hijo, que finalmente fue derogada el año pasado.
Mientras las leyes chinas obligan a que los adultos apoyen a sus padres en la vejez, muchos ancianos cuyos hijos han muerto o se han mudado a otros lugares quedan sin una red de cuidado.
El problema es particularmente malo en áreas rurales y en ciudades pequeñas porque las poblaciones más jóvenes típicamente migran a ciudades grandes en la costa este de China.
El país ya es el hogar de la mayor cantidad de población adulta que cualquier otro país desarrollado —114 millones de personas mayor de 65 años— de acuerdo con un reporte del Banco Mundial.
El reporte agrega que se espera que unos 90 millones de personas dejen la fuerza laboral en las próximas tres décadas.
El gobierno ha alertado que China será el país que más población anciana tenga en 2030, com más de 40 millones de personas de más de 60 años.
Mientras que el problema se ha exacerbado en China por las leyes draconianas de planificación familiar, el envejecimiento es un gran problema en todo Asia.
Las crecientes filas de ancianos en la región acumulará los costos de salud a 20 billones de dólares para 2030, alertó en agosto el Centro de Riesgo Asia Pacífico basado en Singapur.