(CNN) – Las autoridades peruanas quieren saber por qué más de 10.000 ranas en peligro de extinción que viven cerca del lago Titicaca han muerto de repente.
La rana de agua Titicaca es considerada una especie “en peligro crítico de extinción”, de acuerdo con los grupos de conservación. Los anfibios gigantes, que pueden pesar más de dos libras, tienen pliegues de piel excesivos que le han ganado a la especie un apodo bastante peculiar: la rana escroto.
Durante las últimas dos décadas, las autoridades dicen que las ranas gigantes se han visto amenazadas debido a la sobreexplotación para el consumo humano. Además, la trucha exótica se alimenta de sus renacuajos, y su hábitat natural ha enfrentado destrucción.
Aunque no se sabe exactamente por qué están muriendo ahora, esas amenazas se han reducido drásticamente su población, según las autoridades.
Maruja Inquilla Sucasaca, quien representa el Comité de Lucha contra la contaminación del río Coata, informó la muerte a las autoridades ambientales de Perú. El río Coata pasa a través de Puno, una ciudad a orillas del lago en el sureste de Perú, y termina en la bahía de Chucuito del Lago Titicaca.
Durante una investigación del medio ambiente, las autoridades fueron testigos de cómo las gaviotas se alimentan de ranas muertas. Funcionarios de la fauna peruana creen que más de 10.000 ranas han muerto en un área que se extiende por más de 50 kilómetros desde el puente Cacachi, pasando por el pueblo de Juliaca y hasta la desembocadura del lago Titicaca.
Las autoridades han descubierto recientemente lodos y residuos sólidos durante otra investigación. Según La República, un periódico del Perú, los residentes que viven cerca del río Coata realizaron una manifestación en la que llevaron 100 ranas muertas a las autoridades ambientales para llamar su atención.
Los residentes creen que las aguas residuales procedentes de Juliaca han jugado un papel en la muerte de las miles de ranas, según el diario.
Las autoridades peruanas han obtenido muestras del agua. Pronto tienen la intención de trabajar con el especialista del Zoológico de Denver Roberto Elias y Enrique Ramos para determinar la causa de la muerte y poner en marcha nuevas investigaciones.