El compromiso de Donald Trump de “Hacer a Estados Unidos grande de nuevo” fue construido sobre una serie de elevadas promesas que activaron a sus seguidores y lo ayudaron a asegurar una sorprendente victoria.

Estas son algunas de las propuestas clave de Trump que sus seguidores esperan que cumpla en cuanto asuma el cargo en enero.

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¿Tiene Trump todo el poder para cumplir sus promesas de campaña?
02:37 - Fuente: CNN

El muro

Sin duda, el punto central de la campaña de Trump fue su compromiso de construir un muro en la frontera de Estados Unidos con México. Trump hizo de la inmigración uno de sus argumentos principales desde el momento en que lanzó su candidatura por la Casa Blanca en junio de 2015, cuando de forma controversial declaró que México estaba enviando “violadores” y “criminales” por la frontera.

El muro, el cual Trump ha prometido que será “hermoso”, fue la pieza central de su política migratoria. Él insistió en que México pagará por su construcción, aunque no habló del tema cuando se reunió con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en agosto.

Muchos demócratas y votantes más moderados se han mostrado opuestos al muro, pero la propuesta es muy popular entre los defensores de Trump. Setenta y nueve por ciento de sus simpatizantes dicen estar a favor de construir una pared a lo largo de toda la frontera con México, de acuerdo con el Pew Research Center.

Encerrar a Clinton

Los cánticos comenzaron durante la Convención Nacional Republicana. A partir de ahí, los gritos de “Enciérrenla” se convirtieron en un ritual en cada evento de Trump. Y en el segundo debate presidencial, Trump le dijo a Hillary Clinton que, en caso de ganar, “ordenaría a su secretario de Justicia para asignar un fiscal especial para revisar su problema (en el caso de los emails perdidos)”.

Clinton reaccionó diciendo que era “muy bueno que alguien con el temperamento de Donald Trump no esté a cargo de la ley en nuestro país”. Trump respondió: “Porque estarías en prisión”.

Muchos observadores políticos de izquierda como de derecha se preocuparon por el comentario de Trump, pero sus seguidores se lo tragaron.

El director del FBI, James Comey, dijo el fin de semana que Clinton no enfrentaría cargos criminales respecto a la revisión de correos electrónicos de su época cuando era secretaria de Estado. Pero la promesa de Trump de revisar el asunto se convirtió en uno de sus temas principales, uno que sus simpatizantes no van a olvidar.

Veto a musulmanes

Hace casi un año, tras la masacre de San Bernardino, California, Trump dio a conocer la que tal vez es su propuesta más grave: “Un bloqueo total y completo de los musulmanes que entran en Estados Unidos hasta que los representantes de nuestro país averigüen qué es lo que está ocurriendo”.

En los 11 meses que han pasado desde entonces, la propuesta ha evolucionado, haciendo difícil identificar cuál es la postura exacta de Trump sobre el asunto. Eventualmente dijo que la prohibición aplicaría a los inmigrantes “provenientes de cualquier nación que se haya comprometido con el terrorismo”.

Apenas el mes pasado, el compañero de fórmula de Trump, Mike Pence, quien había calificado la propuesta original de “ofensiva e inconstitucional”, dijo que el ahora presidente electo ya no apoya un veto a los musulmanes. Pero los republicanos creen que Trump estaba bien desde el principio. Encuestas de opinión de principios de este año mostraban que la mayoría de votantes republicanos respaldan una prohibición temporal para la entrada de musulmanes en el país.

Revocar el Obamacare

Los republicanos han intentado revocar la ley de salud impulsada por el presidente Barack Obama prácticamente desde el momento en que fue promulgada en 2010. Ahora, el Partido Republicano tendrá finalmente a alguien en la Casa Blanca que cumpla con la encomienda.

Trump ha machacado la Ley de Salud Asequible, mejor conocida como Obamacare, calificándola de “desastre” y prometiendo reemplazarla con “el mejor plan de salud que existe”.

La posibilidad de echar abajo el Obamacare emocionará hasta a los republicanos que eran reacios a la candidatura de Trump. El portavoz de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo la semana pasada que, pese a sus dudas sobre Trump, de cualquier modo votó por él en parte porque era una oportunidad de deshacerse de la ley de salud. Ahora, Trump cuenta con un Congreso republicano dispuesto a revocarla, aunque eso implique dejar sin seguridad social a 20 millones de personas.

Acuerdos comerciales, en la mira

El improbable triunfo de Trump en las elecciones del martes se logró en parte por su conquista del llamado “Cinturón industrial”, con estados como Michigan, Wisconsin y Pennsylvania. Los dos últimos votaron republicano por primera vez desde la década de los 80.

Ahí atrajo a los votantes con un mensaje populista sobre el libre comercio, prometiendo regresar a sus comunidades a su época dorada desechando lo que calificó de acuerdos horribles para los trabajadores.

Los dos acuerdos en cuestión, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN-NAFTA) y el Acuerdo Transpacífico (TPP), abrieron una brecha para Trump entre los votantes del “Cinturón industrial”, y demostraron ser una debilidad política para Clinton. Ella se opuso al TPP, como otros demócratas, no sin antes haberlo descrito positivamente, un giro del que Trump tomó el crédito. Pero la postura de Clinton sobre el TLCAN, el cual fue firmado por su esposo, el ex presidente Bill Clinton, era difícil de identificar.

En contraste, Trump ha sido resuelto en su oposición a ambos. Él se comprometió a renegociar los términos del acuerdo con México y Canadá, dejando abierta la posibilidad de salirse completamente, y ha dicho que, como presidente, no aprobaría el TPP.