Nota del editor: Christiane Amanpour, corresponsal internacional jefe de CNN, fue reconocida con el premio Tributo a Burton Benjamin del Comité para la Protección de Periodistas por “logros extraordinarios y constantes en la causa de la libertad de prensa”. Esta es una transcripción del discurso pronunciado por ella tras aceptar el galardón el martes en la noche en Nueva York.
Nueva York (CNN) – Ni en un millón de años hubiera pensado que estaría aquí, en este escenario, clamando por la libertad y la seguridad de los periodistas estadounidenses aquí, a nivel doméstico.
Damas y caballeros, he añadido partes de lo que dijo el candidato Trump como un recordatorio del peligro que enfrentamos. Tenía la esperanza de que, una vez convertido en presidente electo, todo eso iría a cambiar, y todavía la tengo. Pero quedé muy asustada cuando su primer tuit tras las elecciones fue acerca de “manifestantes profesionales incitados por los medios”. Se retractó en cuanto a lo de los “manifestantes profesionales”, pero no en cuanto a los medios.
No estamos aún ahí, pero aquí tenemos una postal de lo que es el mundo hoy: así como va el asunto con autoritarios como Al Sisi, Erdoğan, Putin, los ayatolas, Duterte, etcétera. Todos los periodistas internacionales que honramos en este salón esta noche y cada año lo saben muy bien: primero, los medios son acusados de incitar, luego de simpatizar, luego de asociarse… hasta que, de repente, son acusados completamente de terroristas y subversivos. Luego terminan esposados, en celdas, en cortes parcializadas e injustas, en prisión. Y después quién sabe.
Sólo para poner un ejemplo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, le ha dicho a mi colega israelí Ilana Dayan que él no entendía por qué todo el mundo estaba protestando en Estados Unidos, que no aceptaban (o no entendían) la democracia. Él piensa que Estados Unidos, como todos los grandes países, necesita un hombre fuerte ¡para que lo haga funcionar!
‘Un llamado para proteger el periodismo’
Un Estados Unidos grande requiere una prensa libre y grande. Así que este es un llamado a proteger el periodismo en sí mismo. Un llamado a comprometerse a robustecer un periodismo basado en los hechos, reportando sin miedo ni complacencia sobre los diferentes asuntos. A que no se le de validez a quienes nos califican de ladrones, mentirosos o de defectuosos. Unámonos, porque divididos caeremos todos.
El historiador Simon Schama me dijo previamente que estas no eran otras elecciones y que no podíamos tratarla como si fuera así. Y dice que si hay un momento para celebrar, honrar, proteger y movilizarse por la libertad de prensa y el buen y básico periodismo, es ahora.
Durante una entrevista para mi programa este año, el director de cine e historiador Ken Burns me preguntó acerca de qué haría Edward R. Murrow. Primero, como mucha gente que me miraba en el extranjero, admito que estaba sorprendida sobre cómo se le puso la vara muy alta a un candidato y excepcionalmente baja al otro. Pareció que muchos de los medios se hicieron un nudo tratando de diferenciar entre balance, objetividad, neutralidad y, fundamentalmente, la verdad.
No podemos continuar en el viejo paradigma, digamos como con el tema del calentamiento global, en el que el 99,9 % de la evidencia científica empírica es equiparada con una minúscula minoría de negacionistas. Aprendí hace mucho que, cubriendo la limpieza étnica en Bosnia, que nunca se debe igualar a la víctima con el agresor y que nunca se debe crear una falsa moral o una equivalencia de hechos, porque entonces te conviertes en cómplice de los más innombrables crímenes y de sus consecuencias.
‘Dejemos de banalizar la verdad’
Creo en ser veraz, pero no en ser neutral. Y creo también que debemos dejar de banalizar la verdad. Tenemos que estar preparados para luchar muy duro en un mundo en el que el Diccionario Oxford del Inglés anunció su palabra para el 2016: “post-verdad” (“post-truth”). Tenemos que aceptar que nos ha sido dado nuestro almuerzo por las mismas redes sociales a las que nos hemos entregado tan servilmente. El candidato ganador nos llevó muy sabiamente hacia un camino cerrado, pero con la gente sí fue directo. Esto combinado con el más increíble desarrollo jamás visto de un auténtico tsunami de sitios de noticias falsas (también conocidas como mentiras), que la gente, de alguna manera, no podía o no quería reconocer, chequear o desechar.
Uno de los principales escritores de esos falsos artículos (esas mentiras) dice que la gente se está volviendo más tonta y que sólo distribuye reportes falsos sin analizarlos. Necesitamos preguntarnos si es que la tecnología finalmente superó la capacidad humana de mantenernos despiertos. Facebook está en la necesidad de dar un paso adelante. Los anunciantes tienen que boicotear esos sitios mentirosos.
¿Están los periodistas enfrentando una ‘crisis existencial’?
Wael Ghonim, uno de los padres de la Primavera Árabe, también llamada revolución de las redes sociales, ahora dice: “El mismo medio que tan efectivamente transmite un clamoroso mensaje de cambio, también parece socavar la capacidad para llevarlo a cabo. Las redes sociales amplifican la tendencia humana a querer atar a los de su misma especie. Tiende a reducir los complejos desafíos humanos a movilizar eslóganes que repercuten como un eco en aquellas personas de mentalidad similar en lugar de llegar a la persuasión, al diálogo y al logro de consensos. El discurso del odio y las falsedades aparecen junto a las buenas intenciones y las verdades”.
Siento que enfrentamos una crisis existencial, una amenaza a la misma relevancia y utilidad de nuestra profesión. Ahora, más que nunca, necesitamos comprometernos a reportar de verdad sobre una nación de verdad, un mundo de verdad en el que el periodismo y la democracia están en peligro mortal, amenazados incluso por potencias extranjeras como Rusia, que paga para que se produzcan y se publiquen noticias falsas, hackea sistemas democráticos aquí y supuestamente está haciendo lo mismo en las próximas y cruciales elecciones en Alemania y Francia.
Menciono un rápida anécdota: en las elecciones iraníes de 1997, ganó el candidato reformista y los ayatolas del establishment fueron tomados totalmente desprevenidos. Uno de ellos me preguntó sobre cómo yo estaba tan segura y cuándo me enteré de que Mohammad Khatami iba a ganar. Le dije que lo supe tan pronto hablé con la gente ¡en la calle!
Debemos luchar contra un mundo de posvalores
Y déjenme devolverle el golpe a este retroceso elitista en el que todos nos estamos inclinando hacia atrás para reacomodarnos. ¿Desde cuándo los valores estadounidenses se volvieron elitistas? Los valores no son de izquierda ni de derecha, de ricos o pobres o de olvidados.
Como muchos extranjeros, aprendí que los valores son universales. Son de cada estadounidense, desde el más humilde hasta el más notable. Forman los pilares fundamentales de los Estados Unidos y son las bases del liderazgo global estadounidense. Son una marca del país. Son la más grande exportación y regalo de Estados Unidos para el mundo.
Y sí, como muchos alrededor del mundo, estaba sorprendida. Muy pocos imaginaron que muchos estadounidenses, al cumplir su sagrado deber en la santidad de la cabina de votación, estarían tan enojados para ignorar la masiva vulgaridad del lenguaje, el depredador comportamiento sexual, la profunda misoginia y los insultantes e intolerantes conceptos.
El gobernador del estado de Nueva York, Mario Cuomo, dijo que tú haces campaña con poesía, pero gobiernas en prosa. Tal vez lo opuesto sea la verdad por estos días. Si no, lucharé como periodista (como todos debemos hacerlo) para defender y proteger este único sistema de valores que hace a estos Estados Unidos (y con el que busca influir en el mundo).
‘Debemos luchar contra la normalización de lo inaceptable’
El conservador presentador de radio que tal vez vaya a ser el próximo secretario de Prensa de la Casa Blanca dice que los grandes medios están en contra de los valores tradicionales. Yo diría lo contrario. ¿Y han leído sobre la reunión en que se saludó la victoria de Trump con un “hail” el pasado fin de semana en Washington? ¿Por qué no hay por ahí más historias sobre el peligroso repunte de la ultraderecha en Europa? ¿Desde cuándo el antisemitismo dejó de ser una prueba de fuego en este país? Debemos luchar contra la normalización de lo inaceptable.
Una semana antes del polémico referendo para el Brexit en el Reino Unido, la bonita, joven, optimista, idealista y apasionada integrante del Parlamento Jo Cox, fue tiroteada y apuñalada hasta la muerte por un loco que gritaba “Gran Bretaña primero”. Ella era particularmente sensible a la difícil situación de los refugiados de guerra sirios.
Durante su juicio, la corte adujo que el acusado había buscado información acerca de las SS y el Ku Kux Klan.
Hace sólo unas semanas, Brendan, su esposo, quien ahora cría sólo a sus dos pequeños hijos, me hizo llegar un comunicado escrito de su propia mano:
“Los líderes políticos y la gente en general debe avocarse a la responsabilidad de pronunciarse contra la intolerancia. A menos que el núcleo central de la población le ponga un pare al insidioso arrastramiento del extremismo, la historia nos muestra la rapidez con la que el odio se normaliza. Lo que comienza por el hecho de morderse la lengua por conveniencia política, o por incomodidad social, se convierte pronto en complicidad con algo mucho peor. Antes de que lo conozcas, es demasiado tarde”.
¡Ahora, las soluciones!
El papel de los medios en el mundo
De alguna forma, la guerra de desgaste en este país tiene que llegar a un final. Todos han visto los resultados de estas elecciones, y fueron muy cerrados. La nación está muy dividida y enojada. ¿Seguiremos los medios alentando esta guerra o tomaremos un respiro y tal vez comenzaremos de cero?
Esto nos importa también en el exterior. Para bien o para mal, esta es la única superpotencia mundial, también culturalmente. El ejemplo político y el mediático establecidos aquí es emulado y puesto en marcha en el resto del mundo.
Nosotros, los medios, podemos también contribuir a un sistema más funcional o a profundizar la disfunción política. ¿Qué mundo queremos dejarle a nuestros hijos?
En la misma vía, los políticos han estado yéndose hacia venenosas y paralizantes esquinas partidarias, en las que las diferencias políticas son criminalizadas, donde el juego consiste en que para que yo gane, tú debes ser destruido. ¿Qué pasó con el compromiso y el interés común?
La misma dinámica ha infectado poderosos segmentos de los medios estadounidenses. Como lo hizo en Egipto, Turquía y Rusia, donde los periodistas han sido llevados hasta esquinas partidarias como lo vemos esta noche. Deslegitimados, acusados de ser enemigos del Estado.
Basta ya del periodismo como ‘arma’
El periodismo en sí mismo se ha vuelto un ‘arma’. Tenemos que parar eso. Tenemos mucho trabajo que hacer, investigar las irregularidades, llamar al poder a responsabilizarse para tener un gobierno decente, defender los derechos básicos y cubrir los acontecimientos del mundo (Rusia, Siria, las bombas nucleares de Corea del Norte).
¿No podemos tener diferencias sin matarnos? Como profesión, vamos a luchar por lo que es correcto. Vamos a luchar por nuestros valores, ya que las cosas malas pasan cuando la gente buena no hace nada.
En las palabras del gran líder de los derechos civiles, el congresista John Lewis: “Los jóvenes y los no tan jóvenes tienen la obligación, una misión y un mandato moral de meterse en buenos problemas”.
Así que vamos y armemos unos. Especialmente luchemos por mantener lo relevante y lo bueno.
Tal vez contemplando el largo fin de semana que se avecina resolvamos no ser pavos votando por el Día de Acción de Gracias.
Felices fiestas para todos.