(CNN) – En una temporada para dar gracias, Jim Duffy de 81 años tiene mucho por qué agradecer.
El mes pasado el hombre quedó atrapado en su apartamento cuando un incendio que parecía estar controlado casi consumió por completo el edificio donde vive en la calle 93 en Nueva York.
Las llamas se apoderaron tan rápido de la edificación que los bomberos tuvieron que hacer una arriesgada y poco usual maniobra para rescatar a Duffy.
Casi 200 bomberos asistieron a responder a la llamada a las 6 de la mañana que inicialmente alertó sobre un incendio en el primer piso, pero que rápidamente se convirtió en una emergencia masiva y todas las personas tuvieron que ser evacuadas con urgencia.
Fue en ese momento en el que los bomberos escucharon los llamados de ayuda Duffy, que estaba atrapado en su apartamento, entre las feroces llamas.
Los bomberos tuvieron pocos segundos para decidir cómo lo salvarían.
“Si tuviéramos una escalera de 10 metros, como la que usamos usualmente, no habría llegado hasta su ventana porque estaba en el quinto piso. No había camiones de bomberos ni escaleras de emergencia para alcanzarlo. Así que estábamos en una situación difícil”, recuerda el bombero Frank Rush.
Entonces optaron por hacer lo que se conoce como “el último esfuerzo”, un rescate con cuerda. La técnica requiere que un bombero use una cuerda para bajar por la fachada del edificio desde el techo y llegue hasta la víctima, la amarre junto a él y descienda.
Es una técnica que no se practica porque es muy peligrosa. La última vez que los bomberos de Nueva York lo intentaron fue en 2011.
Peligrosa o no, era la única opción para salvar la vida de Duffy.
El bombero Jimmy Lee fue el escogido para rescatar al anciano. Desde del suelo su compañero Rush lo guiaba, y siete otros bomberos se encargaban de asegurar la cuerda.
Antes de este momento, estos hombres no se habían conocido, pero trabajaron juntos.
Así fue el dramático rescate:
Lee tomó a Duffy en sus brazos.
“Lo miré y le dije ‘hola, soy Jimmy’ y él me dijo ‘yo también soy Jimmy’ y sonreímos un poco mientras bajábamos por el edificio”, recuerda el bombero.
Mientras ellos sonreían el ambiente estaba tenso, pues las llamas que salían del edificio estaban alcanzando a Lee.
Eventualmente llegaron al suelo y Duffy fue llevado a una ambulancia y trasladado a un hospital.
Aunque los bomberos quedaron satisfechos por la labor, no tuvieron tiempo de pensar en lo que habían hecho, pues tuvieron que trabajar durante horas después de eso para controlar las llamas.
Lastimosamente la historia no tuvo un final feliz para todos; una persona murió en el incendio y decenas quedaron heridas.
En cuanto a Duffy, tuvo un feliz reencuentro con los hombres que le salvaron la vida, y dice que lo que le ocurrió fue un milagro.
“Fue un milagro. O como yo lo llamo, un milagro en la calle 93”, afirma.