(CNN) – Para Chris Labrooy, la realidad es apenas una sugerencia.
Las imágenes que construye, en la que cada automóvil está retorcido, volteado, contorsionado y modificado con una precisión impecable, te hacen pensar por un momento que la razón –y la gravedad– se tomaron el día libre. Incluso te queda la duda de si, en efecto, pueden ser reales.
En su serie más reciente, 911, varios Porsches Carrera RS se amontonan en una piscina, sobre la que se alza un árbol bajo el cielo soleado de Palm Springs.
En Tokyo, podemos ver al personaje animado Sonic el Erizo pasando a través de un coche Toyota GT86 bastante alargado. En otra imagen, un Honda NSX está unido a un Datsun 240Z, que ha sido perfectamente cortado a la mitad. En la mayoría de imágenes, los colores son suaves y el contraste es ligero, permitiendo que las formas estrambóticas tengan todo el protagonismo.
“Diría que soy un creador de imágenes o un ilustrador, a pesar de que las técnicas que utilizo son muy diferentes a las formas tradicionales de la ilustración”, afirma Labrooy, cuyos clientes de diseño gráfico incluyen a Apple, Citroen y Nike.
“Uso herramientas de 3D y de animación por computador, porque me permiten construir una estética hiperrealista que tiene más cosas en común con la fotografía que con la ilustración”, explica el artista. Por eso, su proceso de creación se asemeja mucho al que requieren los juegos de video y los efectos especiales de las películas de Hollywood.
Por amor a los coches
Nacido en Escocia, Labrooy creció rodeado de automóviles, aunque fueran de juguete o estuvieran en versiones digitales. Desde una temprana edad se sintió atraído por los juegos de carreras Scalextric, los coches a control remoto y los videojuegos como Gran Turismo.
“Dibujar coches también era una pasión enorme y por día pintaba mínimo una de las caras de la elevación de un automóvil. Ahora tengo juguetes más grandes como mi (Porsche Cayman) GT4 y en realidad ahora me entusiasma bastante la parte de manejar”, relata. “No me pagan por la mayoría del trabajo que hago sobre coches, así que los puedes llamar mis proyectos por pura pasión”, agregó el artista.
Después de graduarse de la Escuela de Arte Royal en Londres, Labrooy incursionó en el diseño de muebles y productos. En ese momento, usaba imágenes en 3D para crear artículos de los que no podía costear su producción. Con el tiempo, los avances tecnológicos le dieron las herramientas para idear conceptos que nadie más había visto antes.
A pesar de que el absurdo es bastante obvio, puedes sentir que hay un método detrás de lo que parece una locura. Al margen de las evidentes similitudes físicas, los autos suelen estar conectados con sus características temáticas.
“Tiendo a concentrarme en un aspecto particular de la cultura que tiene el auto que me interesa como los Porsches, los clásicos japoneses o las camionetas americanas, por ejemplo”, señala Labrooy al explicar qué es lo que lo inspira. “El contexto es tan importante como el coche y trato de escoger modelos y lugares que van a rebotarse entre ellos”, añade.
Entonces, ¿por qué automóviles y no otros vehículos?
“Las bicicletas no me parecen objetos particularmente emocionantes: no hacen sonidos interesantes ni vienen con hermosas superficies brillantes”, responde. Y concluye: “un automóvil tiene tantas facetas únicas que le dan personalidad y carácter”.
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