Nota del editor: Abdul Jabbar Al Aqidi fue comandante y vocero del Ejército Libre Sirio en Aleppo hasta noviembre del 2013. Antes de que estallara la guerra en Siria, era coronel del Ejército sirio. Las opiniones expresadas en este artículo son de responsabilidad del autor.
(CNN) – En el verano del 2012, con poco menos de 500 soldados y en una semana, el Ejército Libre Sirio tomó control de 70 barrios de la ciudad de Aleppo. Ocurrió durante el mes del Ramadán, y los residentes locales nos dieron comida y bebida para romper nuestro ayuno.
Liberamos la ciudad del gobierno de las fuerzas del gobierno de Bashar Al Assad para proteger a sus habitantes. No estábamos interesados en el dinero, el poder o el control. Simplemente queríamos luchar por la dignidad y la libertad de la gente.
Fue una odisea. Nos habíamos estado coordinando con células dormidas al interior de la ciudad con cuatro meses de antelación. Esa es la razón por la cual cuando los revolucionarios entraron en Aleppo desde los suburbios, el control del régimen cayó casi que de inmediato.
En el año siguiente, la gente disfrutó de la libertad que habían querido desde hace mucho. Las protestas contra el régimen se estaban dando todos los días. Se implementaron comités de coordinación, un concejo provincial y cuerpos municipales para manejar la ciudad. Pero desde finales del 2013, la situación comenzó a cambiar y nosotros comenzamos perder Aleppo por varias razones.
La primera es ISIS. Inicialmente este grupo luchó de nuestro lado, pero luego nos dio una puñalada por la espalda y nos comenzó a combatir. Los revolucionarios que inicialmente vinieron a Aleppo de los suburbios de Maree, Atareb, Azaz, Tal Rifaat, Al Bab y Jarablus tuvieron que retornar a sus pueblos para defenderlos del ataque de ISIS.
Además de tratar de mantener nuestras ganancias en Aleppo fuera del alcance del régimen, teníamos muy fuertes batallas contra ISIS. En esas batallas, muchos de los soldados quienes participaron en las luchas por Aleppo fueron secuestrados o asesinados. Otros tuvieron que huir a Turquía por miedo a ser asesinados. Nuestras batallas con ISIS continúan hasta hoy. Dejaron atrás trampas que siguen matando gente en los suburbios de Aleppo a diario.
Simultáneamente, nos encontramos luchando contra el YPG, la rama siria del grupo kurdo PKK, que quería tomar control de áreas que se le arrebataron a ISIS (que fueron esenciales para conectar las zonas semi autónomas kurdas del oeste y el este de Siria).
La implicación de Rusia en Siria jugó un papel integral en volcar el balance a favor del régimen. Rusia adoptó una política de tierra arrasada, quemando todo en la parte oriental de Aleppo para evitar que nuestros soldados pudieran esconderse. Los rusos usan toda clase de armamento pesado, incluyendo aquel que se encuentra prohibido por regulaciones internacionales.
Con la ayuda rusa, el régimen pudo avanzar significativamente. En el terreno, tuvo el completo apoyo de Hezbollah y otras milicias chiíes. Al Assad tuvo una sólida ayuda de sus aliados. Pero, por otro lado, el soporte económico y militar que recibían los luchadores de la oposición nos dividió. EE.UU. y sus aliados en la región apoyaron a diferentes grupos con diferentes tipos de apoyos, lo que causó desunión y luchas intestinas entre los rebeldes. Al principio, hubo un esfuerzo por marginar a los altos oficiales que desertaron del ejército de Al Assad.
El año pasado, yo mismo traté de regresar a Aleppo para cooperar en la batalla, pero no encontré lugar. No me dieron las herramientas ni la autoridad para lograr nada. Aquellos que fueron ayudados, mientras se dedicaron a la causa, carecían de experiencia militar alguna. Si miramos a los luchadores en Aleppo ahora, no hay ni un solo oficial militar calificado.
En mi opinión, parece que Estados Unidos y sus aliados no estaban realmente interesados en derrotar a Al Assad. Estaban interesados en continuar la guerra. No puedo pensar en ninguna otra razón por la cual los oficiales experimentados estarían marginados.
Además del sólido apoyo que Al Assad está obteniendo de sus aliados, vale la pena mencionar que desde el año pasado el régimen comenzó a entablar iniciativas de reconciliación con grupos de oposición en otras partes del país, incluyendo Deraa y los suburbios de Damasco. Con esos frentes fríos, al régimen se le facilitó el enfocarse enteramente en Aleppo.
Estos son los factores por los cuales creo yo que llegamos a lo que tenemos hoy, pero no me arrepiento. De hecho, estoy orgulloso de mi liderazgo en las batallas por Aleppo. No había otra manera de hacerlo. La lucha no ha acabado, pero el árbol de la libertad sólo puede ser cultivado con sangre.