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No era un embarazo, era un tumor de 16 kilos
00:33 - Fuente: CNN

(CNN) – Las mujeres experimentan cambios físicos con el embarazo, pero tener un bebé también causa cambios en el cerebro.

El embarazo afecta el tamaño y la estructura de las regiones cerebrales involucradas en comprender los pensamientos, sentimientos, creencias e intenciones de otros, según un estudio publicado este lunes en la revista Nature Neuroscience.

Las madres con los cambios cerebrales más grandes tuvieron mayores puntajes en una prueba de la fortaleza de sus lazos maternales, descubrió la investigación. Muchos de esos cambios permanecieron hasta dos años después de dar a luz.

“No hemos investigado si estos cambios se extienden más allá de este periodo”, dice Elseline Hoekzema, coautora de estudio y una científica neurológica de la Universidad de Leiden en Holanda.

En los roedores se conoce que algunos de los cambios del cerebro y el comportamiento después del embarazo duran hasta la vejez, añadió Hoekzema. En los humanos no está claro; el estudio solo siguió a las madres por dos años.

Debido a que el estudio es limitado en términos de tiempo, la duración de estos efectos en las mujeres sigue siendo algo desconocido, dice el doctor Rodney L. Wright, profesor adjunto de ginecología y obstetricia en el Albert Einstein College of Medicine.

“El significado de estos cambios y la duración todavía debe determinarse”, dijo Wright, quien no participó en el estudio.

Aumentando el conocimiento

Hoekzema y Erika Barba-Müller, coautora y psicóloga, comenzaron el estudio mientras trabajaban juntas en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Antes de la concepción, 25 mujeres que fueron madres por primera vez y 19 de sus parejas masculinas fueron sometidas a escáneres de resonancia magnética. Al término de sus embarazos, los mismos participantes se practicaron la misma prueba. Para comparar se estudió a 20 mujeres que nunca habían tenido un hijo y a 17 de sus parejas hombres.

Las nuevas madres mostraron pérdida de materia gris en varias áreas del cerebro asociadas con la cognición social, una forma de inteligencia emocional.

Mientras los cambios en el cerebro son claros, la forma de interpretarlos no lo es tanto.

“La pérdida de volumen no necesariamente se traduce en pérdida de función”, dice Hoekzema. “Algunas veces menos es más”, añade. Explicó que la pérdida de materia gris “podría representar una mejor eficiencia de la sinápsis”.

Nuestros cerebros adolescentes atraviesan un proceso similar de “poda de sinápsis”, explica Hoekzema. En ese periodo de desarrollo, las conexiones débiles del cerebro son eliminadas, dejando una red más eficiente y especializada, añade. Los adolescentes con una red más “madura”, es decir con menos materia gris, de hecho muestran más actividad en las regiones en donde hubo pérdida.

De hecho, los participantes en el nuevo estudio tomaron pruebas cognitivas durante la sesión de resonancia magnética y no mostraron cambios significativos. Sin embargo, tras sus embarazos, las madres tenían menos respuestas correctas en la prueba de listas de palabras, aunque esto sea considerado insignificante por algunos investigadores.

La pérdida de materia gris ocurrió en varias regiones del cerebro de las mujeres embarazadas, incluyendo la corteza prefrontal y la temporal.

“Estas áreas están involucradas en varios comportamientos”, dijo la doctora Kim Yonkers, profesora de psiquiatría y obstetricia y ginecología en la Escuela de Medicina de Yale, quien no estuvo involucrado con el estudio. Explica que algunas de estas regiones tiene que ver con la memoria, mientras otras están implicadas en la depresión.

Los cambios en estas áreas podrían ayudar a las mujeres a olvidar lo difícil del parto o el dolor, sugiere Yonkers.

Hubo resultados casi idénticos entre las madres que se embarazaron naturalmente y las que usaron tratamientos de fertilidad.