(CNN) – La pena de muerte estadounidense está cayendo en desuso, con sentencias y ejecuciones alcanzando mínimos récord, ya que el público expresa más oposición a él que en cualquier momento desde el Movimiento por los Derechos Civiles.
El Centro de Información sobre la Pena de Muerte, que ha publicado su informe anual, encontró que las ejecuciones en 2016 habían caído a su nivel más bajo desde 1991. La disminución de las muertes sancionadas por el Estado ha llegado en un momento en que menos de la mitad de los estadounidenses apoyan la pena de muerte para personas condenadas por asesinato, según el Pew Research Center.
En los últimos años, más de media docena de estados, entre ellos Luisiana y Oklahoma, han detenido las ejecuciones debido a la escasez de drogas usadas en inyecciones letales, y algunas trabas legales y cambios en los protocolos de inyección.
A pesar de la creciente oposición, los votantes de tres estados -Nebraska, California y Oklahoma- derrotaron este año las medidas de votación que buscan abolir la pena de muerte.
Mira algunos datos estadísticos que reflejan el estado actual de las ejecuciones estadounidenses: