(CNN Español) – El papa Francisco se refirió este miércoles al motín en la cárcel de Manaos, Brasil, que dejó al menos 56 muertos, y expresó su dolor y preocupación por los hechos de violencia ocurridos en el centro penitenciario.
“Ayer llegaron desde Brasil las noticias dramáticas de las matanzas ocurridas en la cárcel de Manaos, donde un violento choque entre bandas rivales ha causado decenas de muertos”, dijo el papa en la audiencia general de este miércoles. “Expreso dolor y preocupación por lo que sucedió. Invito a rezar por los difuntos, por sus familiares, por todos los detenidos en esa cárcel y por los que trabajan en ella”.
El pontífice hizo un llamado para que las prisiones sean “lugares de reeducación y reinserción social” y que en ellas los reclusos tengan condiciones de vida “dignas de personas humanas”.
Francisco llamó la atención sobre el problema de hacinamiento de las prisiones e invitó a rezar por las personas que están privadas de su libertad.
“Los invito a rezar por los detenidos – muertos y vivos – y también por todos los detenidos del mundo, para que las cárceles sirvan para reinsertar y no estén hacinadas, que sean lugares de reinserción”, dijo el papa Francisco.
La revuelta que desencadenó la tragedia comenzó la tarde del domingo como parte de una rivalidad entre dos organizaciones criminales en el complejo penitenciario Jobim Anisio, en la ciudad de Manaos, según informó Sergio Fontes, secretario de Seguridad Pública del estado.
La violencia estalló ese día entre los miembros encarcelados de la Familia do Norte (FDN) y de Primeiro Comando da Capital (PCC). El motín duró más de 17 horas en las que un grupo de agentes de la prisión fueron tomados como rehenes. Entre los rehenes también había 74 reos.
Durante el motín, varios cuerpos fueron lanzados sobre el muro del complejo y al menos seis personas resultaron decapitadas, dice la agencia.
Este es el segundo caso más mortífero de este tipo en el país. En 1992, 111 reclusos murieron cuando la policía irrumpió en el centro penitenciario de Carandiru a raíz de una revuelta.