(CNNMoney) – La cuenta final de los empleos que creó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ascendió a 11,3 millones.
Por eso, el mandatario reclama una gran victoria a la hora de devolver empleos a los estadounidenses.
“Los negocios que crearon vacantes por doquier desencadenaron en la racha más larga de generación de empleo de la que se tiene registro”, escribió Obama esta semana, en una carta dirigida a los estadounidenses.
Y tiene razón: a la economía se han sumado nuevos trabajos durante 75 meses seguidos, a pesar de que las cifras totales de los empleos generados no sean tan fuertes como las de otros presidentes.
Estados Unidos tuvo 15,9 millones de vacantes adicionales bajo la administración del presidente Ronald Reagan y un enorme incremento de 22,9 millones en el periodo de Bill Clinton, cuando se mira el número de habitantes con empleo que se registraron durante el último mes de los mandatarios en la Casa Blanca frente a la cifra del mes de enero en el que asumieron el cargo.
Obama, sin embargo, superó al presidente George W. Bush, quien se encuentra entre los últimos presidente recientes que tuvieron dos periodos de mandato. Apenas 2,1 millones de trabajo fueron creados bajo toda su administración.
¿Pudo Obama hacerlo mejor? Sus defensores argumentan que se enfrentó a un desafío mayor que otros presidentes no tuvieron que vivir.
“Hay una diferencia insalvable entre lo que debió manejar Barack Obama y lo que Donald Trump llegará a asumir”, explicó Mark Hamrick, analista en Bankrate.com.
El presidente Obama llegó a la Casa Blanca en enero de 2009, en las profundidades de la Gran Recesión, cuando Estados Unidos estaba perdiendo cerca de 800.000 empleos cada mes. Ese era el peor escenario económico que el país había enfrentado desde la Gran Depresión de 1930.
De hecho, el mismo Obama se refirió a ese panorama como un “momento de peligro muy diferente a cualquiera que habíamos visto en décadas”.
El Congreso y el presidente Obama actuaron con rapidez y crearon un paquete de estímulos, que invirtió una gran cantidad de recursos en carreteras, proyectos. Además de realizar recortes tributarios. El objetivo era lograr que las personas volvieran a trabajar.
Si bien la estrategia tomó un tiempo para generar resultados, finalmente las empresas empezaron a crear empleos hacia finales del 2010. Desde entonces, los incrementos se han acelerado: 2014 y 2015 resultaron ser los mejores años en la generación de empleo desde finales de 1990.
El índice de desempleo llegó a ubicarse en un 10%, pero bajó hasta el 4,7%: un nivel considerado normal en una economía estable.
“La economía está en una fase plena de empleo. Este es el momento”, indicó Chris Rupkey, director financiero y económico en el MUFG Union Bank. “La piscina no se ha secado, especialmente para los trabajadores calificados”, agregó.
Hay un debate sobre qué tan “buenos” fueron realmente los trabajos creados. Casi todas las vacantes nuevas bajo la administración Obama son “empleos de servicio”, como se les ha denominado. Algunos son de ingresos altos, especialmente en los sectores de enfermería y tecnología, pero en otros el salario es bajo, como es el caso de los relacionados con almacenes y trabajos en restaurantes. Un economista concluyó que el 47% de los trabajos creados en los últimos ocho años están en la categoría de “salarios altos”.
Obama lamenta no haber podido hacer más para reducir la desigualdad en Estados Unidos.
“Tenemos que reconocer la desigualdad generada por una economía cada vez más globalizada, mientras nos comprometemos a lograr que funcione mejor para todos, no sólo para aquellos que están en la cima”, agregó en su carta.