(CNN) – Cuando las balas comenzaron a volar, Annika Dean se escondió detrás de un carrito para equipaje, rezando para que sus dos hijos no tuvieran que crecer sin madre.
No había lugar para esconderse. Si hubiera tratado de correr, habría quedado directamente en el camino del atacante que abrió fuego de manera indiscriminada en el Aeropuerto Internacional Fort Lauderdale-Hollywood el viernes pasado.
Fue en ese momento cuando Tony Bartosiewicz, un hombre que Dean no conocía, la cubrió y le dijo: “Voy a protegerte”.
“Fue mi ángel guardián”, le dijo Dean este lunes a Alisyn Camerota, del programa New Day de CNN, mientras recordaba la horrible experiencia que vivió la semana pasada.
Esteban Santiago confesó haber planeado el ataque que el pasado 5 de enero dejó cinco muertos y varios heridos.
Dean aseguró que vio venir a Santiago hacia ella y que se tiró al suelo. “No había escapatoria”, dijo. “Solo pude comenzar a rezar, rezaba para que mis hijos no perdieran a su madre, rezaba para que no tuvieran a una madre seriamente herida”.
Pero cuando Bartosiewicz la cubrió, se sintió a salvo.
“Podría haberse tirado al suelo justo donde estaba”, dijo Dean. “Pero no, en cambio, escogió proteger a otro ser humano y salvó mi vida”.
Calculó que estuvieron allí durante casi un minuto, antes de que la policía llegara, y contó que Bartosiewicz le dijo que uno de los tiros se había descargado sobre ellos. Dijo también que pasó el resto del tiempo que estuvieron juntos agradeciéndole por lo que hizo.
“Le dije lo reconfortante que era su protección durante esa experiencia horrorosa”, narró Dean.
Cuando ella llegó a casa solo quiso abrazar a sus hijos, quienes estaban muy angustiados pensando que el resultado podía ser distinto.
“Toda mi familia… todos mis amigos… todos estamos muy agradecidos con Tony”, dijo. “Él es un héroe”.