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Testigo de los experimentos humanos de Mengele
03:18 - Fuente: CNN

(CNN) – ¿Qué hace de alguien un héroe? Coraje. Altruismo. Perdón. Para el corresponsal de CNN en Londres Max Foster, el heroísmo lleva el nombre de Eva Kor.

Eva Mozes Kor tenía 10 años cuando entró al campo de concentración de Auschwitz, en 1944. Húngara judía, la jornada que enfrentó desde el gueto Simleu Silvaniei, en Rumania, fue muy larga y ella y su familia tuvieron que soportar 70 horas sin agua ni comida.

En la plataforma, como muchas otras, la familia de Kor fue dividida. A sus dos hermanas mayores y a su padre se los llevaron para ejecutarlos. Poco después la separaron de su madre. Kor nunca volvió a verla. En ese punto, solo quedaban Eva y su hermana gemela idéntica, Miriam.

Las gemelas tuvieron un terrible destino en Auschwitz. Eva y Miriam fueron una de las casi 1.500 parejas abusadas por el doctor Josef Mengele. Apodado Todesengel, ‘El ángel de la muerte’, Mengele era un oficial y médico nazi que desde el campo de Auschwitz-Birkenau llevaba a cabo experimentos arbitrarios en los niños.

Eva Kor, sobreviviente del campo de concentración y exterminio de Auschwitz.

Los nazis estaban interesados en los secretos de la fertilidad, le dijo Kor a CNN en el 2016, y los investigadores creían que descubrir la genética detrás de los gemelos haría que las madres alemanas dieran a luz más hijos, lo que contribuiría en el crecimiento de la raza aria.

Los sádicos métodos de Mengele resultaron también ser infames y casi siempre tuvieron horribles consecuencias. Muchos de los llamados gemelos de Mengele murieron.

“Tenía dificultades para adaptarme al hecho de que no era nadie ni nada, solo una masa de células para ser estudiadas”, escribió Kor en el 2015.

Como parte de la serie de CNN Voces de Auschwitz, que conmemora el aniversario número 70 de la liberación del campo, Kor describió cómo Mengele la inyectaba cinco veces al día con sustancias que ella desconocía.

“Después de una de esas inyecciones me puse muy enferma”, recuerda. “A la siguiente mañana, el doctor Mengele entró. Se dirigió a los otros doctores y, riendo sarcásticamente, dijo: ‘¡Qué lástima! Es tan joven. Solo le quedan dos semanas de vida’ ”.

Si Eva hubiera caído, Miriam habría recibido una inyección en el corazón, que la hubiera matado instantáneamente. Mengele les habría hecho, entonces, autopsias comparativas. Pero Eva sobrevivió y, por eso también, su hermana.

Las experiencias de Kor en Auschwitz la impulsaron a trabajar sobre el tema, enseñando sobre la memoria, la comprensión y, sorprendentemente, el perdón.

En 1984, Eva y Miriam crearon CANDLES, acrónimo en inglés de Children of Auschwitz Nazi Deadly Lab Experiment Survivors (Niños sobrevivientes de los letales experimentos de laboratorio nazis en Auschwitz).

El Museo del Holocausto y el Centro de Enseñanza CANDLES abrió más adelante, en 1995, en Terre Haute (Indiana), donde Kor vive desde 1960. El centro fue bombardeado en noviembre del 2003, pero una recaudación de fondos permitió que reabriera sus puertas en el 2005, y hasta hoy sigue siendo muy importante para la comunidad judía de esa zona.

CANDLES ha dicho que desde que comenzó la organización sus esfuerzos han permitido localizar a 122 de los miembros de las parejas de gemelos de Mengele, en cuatro continentes y 10 países.

Foster nominó a Kor como My hero (Mi héroe) después de lo que llamó una “extraordinaria entrevista” en el 2016, como parte del programa CNN Inspirations: Incredible Survivors, filmado frente a una audiencia en vivo.

“Era la última sobreviviente con una historia por contar”, dice Foster. “La entrevista es extraordinaria porque empieza en una situación de absoluto desespero pero termina de una manera muy esperanzadora, en la que describe cómo quería perdonar a sus captores”.

Cincuenta años después de ser llevada a Auschwitz, Kor volvió y se encontró, cara a cara, con Hans Munch, un doctor nazi que, a pesar de que nunca trabajó en ese campo de concentración y exterminio, conocía a sus captores.

“Parada junto al doctor, ella le pidió que documentara todo lo que sabía sobre las cámaras de gas”, dice Foster. “Quería agradecerle a él por eso, porque fue algo muy importante que hizo, por aquellos que sobrevivieron a Auschwitz y también por todos los que murieron”.

Eva Kor necesitó cuatro años para redactar la carta en la que perdonaba a los nazis que le hicieron daño en Auschwitz.

Kor decidió escribirle al doctor y le tomó cuatro años redactar la carta. Era una carta en la que lo perdonaba.

“Ella describe esa carta como una gran liberación”, explica el corresponsal. “Por primera vez tenía el control sobre lo que le había sucedido a ella y no lo tenían los nazis (…) porque los había perdonado y podía seguir adelante… ellos ya no tenían control sobre ella”.

“La forma en que eso resonó en la audiencia fue extraordinaria… casi sentías el deber de estar a la altura de lo que hizo, que fue abrirse y luego perdonar a las personas con las que tuvo un problema”.

La sobreviviente de Auschwitz ha hecho de su misión en la vida la de predicar el perdón, contando su historia “para ayudar a otras personas a que sigan con sus vidas y a superar lo que les pasó”, dice Foster.

“Es completamente desinteresada y generosa. No debe ser fácil para ella hacer lo que hace, pero lo está haciendo para ayudar al mundo”.