(CNN) – Una niña de 10 años de Bangladesh está siendo tratada por una enfermedad extremadamente extraña conocida como el síndrome del ‘hombre-árbol’.
Sahana Khatun ingresó al Hospital del Colegio Médico de Dacca este domingo, con marcas y brotes inusuales en su cara.
“Tiene verrugas que parecen la corteza de un árbol en el mentón, la nariz y las orejas”, le dijo a CNN la doctora Samanta Lal Sen, jefe de cirugía plástica del hospital.
Sahana desarrolló la enfermedad hace ocho años, cuando su padre encontró unos sarpullidos en su cara. Pero solo desde el año pasado las verrugas que parecen un árbol comenzaron a brotarle en la cara.
Se cree que esos síntomas son los de la epidermodisplasia verruciforme, una enfermedad hereditaria tan rara que solo hay un puñado de casos reportados alrededor del mundo.
Es causada por un defecto en el sistema inmune que incrementa la susceptibilidad de una persona a tener el virus del papiloma humano. Quienes la sufren suelen desarrollar tumores malignos de la piel.
“Todavía no sabemos si se trata, en un 100%, del síndrome del ‘hombre-árbol’, pero definitivamente es un tipo de epidermodisplasia verruciforme, una enfermedad que causa un desorden muy extraño en la piel”, explica Lal Sen.
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Sahana perdió a su madre cuando tenía 6 años y vive con su padre, un obrero de Bangladesh. “Debido a la difícil situación financiera de la familia, el hospital está pagando todos sus costos médicos y personales”, afirma Lal Sen.
Los médicos del hospital planean operar a Sahana para removerle las lesiones de la cara a comienzos de la próxima semana.
Lal Sen dice que la condición de la niña no es muy seria y dado que sufre una forma más suave de la enfermedad, el equipo confía en poder limpiar la cara de Sahana con una sola cirugía.
‘Quiero vivir como una persona normal’
Abul Bajandar, el famoso ‘hombre-árbol’ de Bangladesh, está bajo tratamiento en el mismo hospital.
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Después de muchas cirugías revolucionarias, los doctores pudieron quitarle las verrugas parecidas a un árbol que crecían en los dedos de sus manos, en las palmas y en los pies.
Bajandar, de 27 años, vivió con sus verrugas durante mucho tiempo antes de la primera cirugía para quitárselas, que le hicieron en febrero del 2016. Desde entonces ha tenido 19 cirugías restauradoras en sus manos y todavía debe someterse a unas cuantas más, antes de salir del hospital.
Antes de la primera cirugía, Bajandar no podía comer, beber, lavarse los dientes ni ducharse por sí mismo. La única cosa que podía hacer era rascarse el cuello.