Los ensayos clínicos son una pieza clave para la investigación biomédica clínica, ya que permiten a los enfermos beneficiarse de los fármacos mucho antes de su comercialización.
Gracias a ellos, la supervivencia de los pacientes con cáncer ha aumentado de forma muy considerable en la última década. Así, la Clínica Universidad de Navarra mantiene abiertas más de 200 investigaciones contra distintos tipos de cáncer.
Hoy en día no se entiende el avance en Medicina, y mucho menos en Oncología, sin la gran capacidad que tenemos para testar novedosos fármacos y desarrollar nuevas moléculas contra el cáncer”, explica el director del Departamento de Oncología de la Clínica e investigador, el Dr. Ignacio Gil Bazo.
En concreto, el especialista se refiere a la actividad investigadora del centro en dos líneas de fármacos: aquellos dirigidos a alteraciones genéticas puntuales “que posibilitan el control del avance de la enfermedad al controlar el gen alterado que origina el cáncer”.
Por otro lado, apunta a los tratamientos que llegan de la mano de la inmunoterapia: “fármacos que estimulan el sistema inmune del organismo para que sea más activo contra los tumores”. De hecho “la inmunoterapia es la estrategia que más ha cambiado el panorama actual en la lucha contra el cáncer”, revela el Dr. José Luis Pérez Gracia, oncólogo y codirector de la Unidad Central de Ensayos Clínicos.
Gracias a dichos avances y al importante desarrollo de ambas estrategias farmacológicas “podemos decir con satisfacción y seguridad” que, tanto las terapias dirigidas a alteraciones genéticas puntuales como la inmunoterapia del cáncer, “son dos realidades en el tratamiento oncológico de nuestros pacientes”.
Se refiere, en concreto, a las patologías que cuentan con fármacos de inmunoterapia ya aprobados: melanoma, cáncer de pulmón, cáncer de vejiga, carcinoma renal, linfoma de hodking, cáncer de cabeza y cuello y hepatocarcinoma.Entre las principales aportaciones de la inmunoterapia al tratamiento del cáncer, el Dr. Gil Bazo destaca la baja toxicidad de esta línea de fármacos respecto a las terapias convencionales, “lo que posibilita que el paciente pueda mantener esa calidad de vida que tenía previamente sin deterioro y en ocasiones durante periodos muy largos”.
Añade la capacidad que ha demostrado la inmunoterapia en “prolongar de forma sustancial la supervivencia y cronificar la enfermedad durante muchos meses, incluso años, aspecto que no habíamos visto antes con otros tratamientos oncológicos, ni siquiera con fármacos dirigidos contra algunas alteraciones genéticas concretas”.
El Dr. Gil Bazo avanza además la proximidad de inmunoterápicos eficaces para cáncer gástrico y para otros tumores con una elevada mortalidad asociada, “en los que probablemente seremos capaces de cambiar la historia natural del tumor gracias a esos tratamientos”.
Cuando el sistema inmune es un aliado frente al tumor
La inmunoterapia radica en el tratamiento del cáncer, no incidiendo directamente en las células tumorales, sino activando el sistema inmunológico del paciente para que reaccione contra el tumor. “Trabajando sobre esos mecanismos de nuestro sistema inmunitario ayudamos a que el tumor entre en regresión”, describe el Dr. Pérez Gracia. El sistema inmune es el que posibilita que no progresen numerosos cánceres, “lo que quiere decir que cuando desarrollamos un tumor es que algo falla en nuestro sistema inmune”, indica.
En los últimos años, “hemos trabajado sobre medicamentos inmunoterápicos para conseguir la regresión del tumor”. Los fármacos inmunoterápicos han conseguido ser eficaces en numerosos tipos de cáncer con enfermedad avanzada y metástasis. El tumor en el que se están obteniendo mejores resultados es el melanoma, en el entre un 40 y un 60% de los pacientes responden a la inmunoterapia, advierte el especialista e investigador. ”En todos los demás cánceres el porcentaje pequeño de pacientes que se beneficia está entre el 10 y el 20%. Probablemente son necesarios otros factores para que el sistema inmune responda en el resto de las personas”.
“Los fármacos que manejamos ahora actúan solo sobre uno o dos de estos factores, probablemente por eso no funcionan en todos los pacientes”, explica. En el resto de pacientes hay aspectos del sistema inmunológico que no están funcionando. Para conseguir una respuesta eficaz en un mayor número de pacientes “actualmente estamos trabajando en combinaciones de dos o más fármacos para suplir las carencias del sistema inmunitario de otros pacientes y conseguir en ellos respuestas positivas”.
En concreto, las combinaciones que los investigadores de la Clínica están evaluando en pacientes se refieren a la administración de varios fármacos inmunorreguladores. También estudian otros tratamientos inmunoterápicos como las vacunas con antígenos (sustancia que provoca una respuesta en el sistema inmunitario).
Otras combinaciones en estudio se realizan con citoquinas (proteínas que regulan interacciones de las células del sistema inmune) o con fármacos más tradicionales, como distintos tipos de quimioterapia y de agentes antidiana ya utilizados en otras enfermedades.