(CNN) – A lo largo de Estados Unidos, algunos inmigrantes no autorizados están dejando de llevar a sus hijos a la escuela. Otros han suspendido sus visitas a la biblioteca después del colegio. Han renunciado a sus salidas por café y a las cenas familiares en restaurantes los fines de semana.
Algunos no atienden a la puerta. Están cubriendo las ventanas con sábanas y ya no entran a las redes sociales. Padres nerviosos y sus hijos intercambian constantes mensajes de texto y llamadas telefónicas.
De Nueva York a Los Ángeles, una serie de arrestos de inmigrantes esta semana han desatado olas de pavor e incertidumbre entre las comunidades de inmigrantes.
“Hay gente con la que trabajo que esencialmente quieren quedarse en la sombra”, dijo Cesar Vargas, uno de los primeros inmigrantes sin estatus legal en licenciarse en el estado de Nueva York.
“No quieren estar en público de ninguna forma. Pasan menos tiempo en la calle. Van a trabajar y regresan directo a casa. No entran en Facebook. Se autoimponen toques de queda”.
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El miedo comenzó a aparecer luego de la toma de posesión del presidente Donald Trump el mes pasado, de acuerdo con abogados. Se intensificó después de la deportación el jueves de una madre de dos hijos en Arizona cuando hacía una visita de rutina a funcionarios de inmigración. Y esta semana funcionarios de la Oficina de Inmigración y Aduanas realizaron numerosas acciones en California, Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Texas y otros estados.
Los arrestos ocurrieron en medio de batallas en los tribunales por la prohibición de Trump contra inmigrantes de siete naciones de mayoría musulmana. El presidente también ha prometido deportar a unos 3 millones de inmigrantes indocumentados con registros criminales y construir un muro en la porosa frontera entre México y Estados Unidos.
La Oficina de Inmigración y Aduanas en Los Ángeles dijo el viernes que había conducido una operación de cinco días dirigida a criminales y fugitivos, y que la gran mayoría de los arrestados tenían historial criminal.
La dependencia publicó los resultados de la operación en Los Ángeles, diciendo que unos 160 extranjeros habían sido arrestados durante la semana. De ellos, 150 tenían registros criminales, y de los restantes, cinco tenían órdenes de remoción o ya habían sido deportados. El 95% eran hombres. Para el sábado, 37 personas habían sido deportadas a México, dijo un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional a CNN.