(CNNMoney) – El presidente Trump probablemente dice: “Gracias a Dios es viernes”.
Los titulares afirman que la Casa Blanca está en “caos” después de una semana extremadamente turbulenta. Pero hay una cosa que va muy bien para Trump en este momento: la economía de EE.UU.
Una gran cantidad de datos económicos salió esta semana. Casi todo fue positivo. Los estadounidenses todavía van a las tiendas y gastan mucho (las ventas minoristas resultaron mejor de lo esperado en enero). También están comprando casas. Y coches. Y usando sus tarjetas de crédito.
Además de eso, los dueños de negocios pequeños y medianos están emocionados. El índice de optimismo de pequeñas empresas de NFIB está en su nivel más alto desde 2004.
Incluso la manufactura ha dado un giro muy grande y se ve casi saludable de nuevo. El Philly Fed Index, una encuesta sobre lo el desempeño de los productores industriales, acaba de llegar a su nivel más alto desde 1984. Y cualquier persona con dinero en el mercado probablemente notó que el mercado de valores estadounidense rompió aún más récords esta semana. De hecho, las acciones estadounidenses están en su mejor racha ganadora en 25 años.
Todavía hay una creencia en Wall Street —y en muchas ciudades que CNNMoney ha visitado recientemente— que Trump va a hacer que la economía vuelva a crecer. Sí, hay algunas banderas rojas: la deuda nacional está en los niveles 2008 y los precios están subiendo. Pero en general, las cosas se ven bien.
“La economía es mejor de lo que piensas”, dice Chris Rupkey, economista financiero en MUFG Union Bank en Nueva York. “El presidente Trump heredó la mejor economía desde el presidente Bush, así que esperemos que las cosas sigan funcionando sin problemas”.
El escenario alcista: Trump endereza el camino
Pero la razón por la cual los consumidores y presidentes de empresas están tan emocionados es porque esperan que Trump ponga en marcha su “agenda de crecimiento”. Los líderes empresariales —grandes y pequeños— quieren recortes de impuestos, no largas conferencias de prensa contra la prensa y su Hillary Clinton.
Como un partidario de Trump en Kentucky le dijo recientemente a CNNMoney: “Ya ganó las elecciones, solo cállate sobre el tema de los votos”.
Los presidentes de negocios han sido claros: quieren impuestos más bajos, gastos de infraestructura y la disminución de algunas regulaciones (o que simplemente no sean aplicadas estrictamente).
Los votantes de Trump también han sido claros: quieren empleos, empleos, empleos que paguen más que el salario mínimo.
La pregunta es si Trump puede regresar al camino recto para concentrarse en estos temas con el Congreso. Si lo hace, mucho del “caos” de sus primeras semanas en el cargo probablemente se desvanecerá.
“El escenario alcista es que Trump llega a darse cuenta rápidamente de que debe usar la mayor parte de su capital político para acelerar los recortes de impuestos, la reforma tributaria, la repatriación de ganancias y la desregulación”, escribió el economista Ed Yardeni de Yardeni Research en una nota esta semana.
Yardeni continuó diciendo: “Si ese camino eleva el crecimiento económico, como debería, la fuerza de la economía debería impulsar el capital político y la fortaleza de Trump, tanto en el país como en el extranjero”.
Incluso uno de los principales críticos de Trump, el magnate multimillonario Mark Cuban, tuiteó el viernes algunos elogios sobre los planes económicos del presidente: “Trump está tratando de hacer algunas cosas bien. Impuestos, cabilderos, burocracia, FCC, SEC. Si logra que aprueben los cambios, son positivos “.
Un Trump a la ‘Game of Thrones’ podría dañar la economía
Pero la mayor amenaza para este despliegue alcista es probablemente el mismo Trump. Ha convertido a Washington en un “Juego de Tronos” en este momento, argumenta Yardeni.
Un legislador republicano lo dijo de manera aún más contundente a CNN el jueves después de escuchar la conferencia de prensa de 75 minutos de Trump: “Estamos tratando de manejar esta situación”.
Cuanto más tiempo Trump pase luchando contra los medios de comunicación o tener que estabilizar su gabinete —especialmente el papel del asesor de Seguridad Nacional—, menos tiempo ocupará en la economía.
En algún momento, las acciones harán un gran giro si Wall Street no cree que Trump y el Congreso pondrán en marcha a su agenda económica. El optimismo también se puede revertir rápidamente, deteniendo el gasto y el crecimiento.
Si el presidente no logra una economía mejor, podría ser esa la mayor decepción de muchos de sus partidarios.