(CNN Español) – Si estás en Estados Unidos -excepto en Arizona y Hawaii-, o en el norte de México, te guste o no, hoy tuviste que adelantar tu reloj una hora.
El Daylight Saving Time (DST), u Horario de Verano, aplica desde este domingo 12 de marzo en todo Estados Unidos, menos Arizona, y en 33 municipios de cinco estados del norte de México, así como en la mayor parte de Canadá.
De acuerdo con la Secretaría de Energía de México, los municipios mexicanos donde tuvieron que adelantar los relojes este domingo son: Tijuana, Mexicali, Ensenada, Playa Rosarito y Tecate, en Baja California; Juárez, Ojinaga, Ascensión, Coyame del Sotol, Guadalupe, Janos, Manuel Benavides y Praxedis G. Guerrero, en Chihuahua; Acuña, Piedras Negras, Guerrero, Hidalgo, Jiménez, Zaragoza, Nava y Ocampo, en Coahuila; Anáhuac y Los Aldama, en Nuevo León; Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Camargo, Guerrero, Gustavo Díaz Ordaz, Mier, Miguel Alemán, Río Bravo y Valle Hermoso, en Tamaulipas.
Como ocurre con Arizona y Hawaii, Sonora es el único estado mexicano en el que no aplica el Horario de Verano, por lo que mantiene un solo huso horario todo el año.
El resto de las entidades de México cambiarán el horario el último domingo de marzo, del mismo modo que ocurre en Europa.
Amado por algunos, repudiado por muchos, el ajuste al reloj que ocurre dos veces al año tiene implicaciones amplias y en ocasiones sorprendentes.
Del ahorro de energía a los beneficios para la salud, aquí hay algunos mitos y hechos alrededor del cambio de horario.
Mito: Ahorra energía
Una de las razones más mencionadas en defensa del cambio de horario es la presunción de que ayuda a utilizar menos energía.
Este es el motivo por el cual el Congreso de Estados Unidos promulgó el cambio de horario durante la Primera Guerra Mundial y luego otra vez cuando Estados Unidos entró a la Segunda Guerra Mundial, de acuerdo con el autor David Prerau.
Desafortunadamente, no parece ser cierta.
Un estudio de 2008 del Departamento de Energía de Estados reportó que el cambio de horario reduce el uso anual de energía en el país un 0.03%. Y otro estudio del mismo año de la Universidad de California-Santa Barbara determinó que incluso podría provocar un incremento del consumo de energía.
Realidad: Sí, te deja un poco “dormido” los primeros días
El ajuste al reloj puede elevar el riesgo de accidentes causados por conductores desvelados. El New England Journal of Medicine publicó en 1996 un estudio reportando un aumento de 8% en los accidentes de tráfico el lunes siguiente al cambio de horario. La buena noticia es que la hora extra de sueño con el cambio de horario en el otoño hace que las calles sean 8% más seguras, según el mismo estudio.
Realidad: Es menos probable que te asalten con el cambio de horario
“Cuando el DST comienza en la primavera, las tasas de robo para el día entero caen un promedio de 7%, con una caída mayor de 27% durante la hora de la tarde que ganó luz del día extra”, reportó la Brookings Institution en 2015, citando una investigación de The Review of Economics and Statistics.
Mito: Los granjeros lo aman
La idea de que el cambio de horario fue creado para ayudar a los granjeros está tan arraigada que es difícil pensar que no es cierta. Pero no lo es, según Prerau, cuyo libro de 2009 “Seize the Daylight” hace un recuento del cambio de horario en Estados Unidos. Los agricultores, de hecho, lucharon contra las propuestas, con el argumento de que afectarían la productividad y harían su vida más difícil.
Realidad: Cada vez menos en EE.UU. piensan que vale la pena
Una encuesta de Rasmussen de 2014 detectó que el porcentaje de adultos que piensan que el cambio de horario “vale la pena” cayó a 33%, desde el 37% de 2013 y 45% de un año antes.
Con información de Michael Pearson