(CNN Español) – ¿Qué tienen en común Carlos Martínez, Alex Colomé y Enny Romero? Que son pitchers abridores, una de las posiciones más importantes del béisbol. De ellos depende gran parte de la estrategia defensiva de los equipos al ser aquellos que, desde la lomita, deciden la suerte de los bateadores del equipo contrario en las primeras de cambio.
En el caso de República Dominicana, estos tres ‘grandes ligas’ han sacado de carrera a cinco de los que se han puesto al bate en el home plate.
Martínez, de los Cardinals de San Luis, mandó a las duchas a tres jugadores canadienses en el primer partido que los quisqueyanos ganaron por 2-9.
Contra Estados Unidos, Colomé, de los Rays de Tampa Bay, pasó en blanco en cuanto a jugadores ponchados, pero no concedió carreras en el triunfo por 7-5.
Y en el tercer partido contra Colombia, tal vez uno de los más complicados para los dirigidos por Tony Peña al ir a un doble extra inning, Romero, de los Nationals de Washington, sacó a dos ‘cafeteros’ del diamante.
La estrategia de los pitchers abridores es buena parte del juego del béisbol, ya que controlar inicialmente desde el montículo a los ofensivos del otro equipo permite tener un marcador manejado.
El juego perfecto para un pitcher abridor es sacar del partido a sus 27 rivales al bate (tres a razón de cada una de las nueve entradas del juego). Sólo dos latinoamericanos lo han podido hacer en la historia moderna del béisbol de grandes ligas: el nicaragüense Dennis Martínez y el venezolano Félix Hernández.
El 28 de julio de 1991, Martínez, a quien apodaban El Presidente y jugaba para los Dodgers de Los Ángeles, no dejó que ninguno de sus rivales de los Expos de Montreal pasara siquiera a la primera base.
La hazaña de Hernández la llevó a cabo el 15 de agosto del 2012 cuando con la novena de los Mariners de Seattle recibieron a los Rays de Tampa Bay.
La novena de República Dominicana ha anotado en el presente Clásico Mundial de Béisbol 26 carreras y apenas permitió trece para los tres triunfos en línea que permitieron llegar a la siguiente fase. Los quisqueyanos esperan que se siga dando ese equilibrio para llegar de nuevo a la final y defender el título ganado hace cuatro años.