(CNN Español) – Los robots saltaron de las historias de ciencia ficción para instalarse en una realidad donde los procesos cada vez son más automatizados: el uso de la inteligencia artificial, las máquinas, los algoritmos y los dispositivos para cumplir tareas humanas va en aumento. No es un fenómeno nuevo, pero sí uno que avanza y que impacta la economía, según el informe más reciente de la firma consultora McKinsey & Company.
Y en México esto representa un potencial del 52% de empleos que pueden ser automatizados, es decir reemplazados por robots o máquinas. En cifras reales, esto se traduce en 25,5 millones de los 49,3 millones de trabajos que registra la nación en la investigación. De tal manera que uno de cada dos empleos podrían ser sustituidos.
El país latinoamericano incluso está por encima de Estados Unidos que alcanzó un potencial del 46%, aunque en total sean más empleos: 60,6 millones de 132,3 millones de empleos. A nivel mundial, México se ubica como el séptimo país del mundo con más potencial de automatización, aunque su economía por el número de empleos haya quedado en el noveno lugar, según McKinsey.
En Latinoamérica y el Caribe, México solo es superado en términos de potencial por Colombia y Perú, que registraron un 53%. Sin embargo la cifra de empleos comprometidos en esas naciones es mucho menor: 9,3 millones de trabajos y 6,9 millones de trabajos, respectivamente.
Además entre 2014 y 2015, en México se triplicaron la órdenes de compra de robots, llegando a las 6.320 unidades, según la Asociación Industrial Robótica. Esta entidad también aseguró que de las industrias donde hay más peligro para el empleo, la automotriz es la que más robots implementó en los últimos años, donde se pasó de más de 60.000 unidades suministradas en 2012 a casi 100.000 en 2014. En este sector, México verá más automatización, según la asociación.
Por otro lado la firma consultora McKinsey indicó que México hace parte del grupo de países que tienen una economía emergente con poblaciones jóvenes, junto a India, Indonesia, Nigeria, Arabia Saudita, Sudáfrica y Turquía. Por eso, el reporte apuntó a que el crecimiento continuado de sus habitantes puede ayudar a mantener el actual Producto Interno Bruto per cápita, pero que “dadas sus altas aspiraciones de crecimiento, la automatización y el alza en las medidas de productividad será necesario sostener su desarrollo económico”.
Lo que resulta más revelador es que la automatización podría aumentar el crecimiento de la productividad global entre un 0,8% y un 1,4% anualmente. “Aproximadamente la mitad de las actividades a las que se les paga casi 15 billones de dólares en salarios en la economía global tienen el potencial de automatizarse adaptando tecnología actualmente demostrada”, señaló la investigación que incluyó el análisis de más de 2.000 actividades laborales incluidas dentro de 800 ocupaciones. Y esto es clave: el informe no consideró empleos como tal sino las actividades o funciones que debe cumplir una persona en su trabajo, por lo que suelen ser varias.
De tal manera que en una ocupación pueden existir actividades que pueden automatizarse y otras que no. La evaluación de McKinsey encontró que “mientras que menos del 5 por ciento de todas las ocupaciones pueden automatizarse completamente utilizando tecnologías demostradas”, cerca del 60% de los empleos cuentan con ocupaciones que, al menos en el 30%, serían susceptibles de automatizarse. Aquellas actividades que son más proclives al cambio son las actividades físicas en ambientes altamente estructurados y predecibles, así como la recolección y procesamiento de datos, que suelen estar presentes en la manufactura, alojamiento y servicio de alimentos, y el comercio minorista.
¿Cómo proteger los empleos?
La investigación de McKinsey señaló que si bien la automatización tiene claros beneficios de desempeño para los negocios y las empresas, el asunto es más complicado para los encargados de formular políticas públicas. “Deben evolucionar e innovar en políticas que ayuden a los trabajadores y a las instituciones a adaptarse al impacto (de la automatización) sobre los empleos. Esto incluye repensar la educación y el entrenamiento, apoyo a los ingresos y redes de seguridad, así como un respaldo para aquellos que sean desplazados”, sostuvo el informe. También se resaltó la necesidad de que las personas en su trabajo se involucren con las máquinas, como parte de sus actividades diarias, y así puedan adquirir nuevas habilidades que puedan ser requeridas en la etapa de automatización.
Justamente, el informe reconoció que el reemplazo de robots en las actividades laborales podría. además del desplazamiento considerable, profundizar la creciente desigualdad que ya existe entre trabajadores de alta y baja cualificación. “Para los trabajadores poco calificados este proceso podría deprimir los salarios a menos que la demanda crezca”.
J. Bradford Jensen, profesor de economía de la Universidad Georgetown explicó a CNNMoney que “hay mucho cambio técnico que ha reducido la necesidad de mano de obra: parte de eso es la automatización, parte el diseño, más software, menos hardware”.
Aún así, la investigación aclaró que cuando se producen estos cambios estructurales e históricos de gran escala, los cambios y reemplazos tecnológicos han ido acompañados de la creación de nuevos empleos. En la misma línea, el profesor de MIT Daron Acemoglu explicó también para CNNMoney que “cuando los cajeros dejaron de entregar dinero, esos trabajadores encontraron trabajos más intensivos para realizar”. En últimas se trata de una transición y los trabajadores tienen el desafío de desarrollar sus habilidades.
Marco Muñoz, director de Iniciativas Globales del MIT, coincide al destacar que “se están creando empleos completamente diferentes a los tradicionales. Entonces, entre más rápidamente podamos establecer las estrategias para capacitar el capital humano que requiere la industria para estar a la par de los cambios digitales es cuando más oportunidades de trabajo va a haber”. Lo que sí no puede pasar, le explicó el experto a CNN en Español, es que las fuentes de empleo se mantengan estáticas. “Hay una responsabilidad de la industria, del gobierno, de las mismas universidades y de los centros de educación de preparar el capital humano con las herramientas suficientes para lo que viene… que es esta relación entre lo digital y lo humano”, concluyó.
Un momento, no tan rápido
Si bien la investigación de McKinsey logró delinear el panorama de la automatización en 54 países, cubriendo el 78% del mercado laboral global, es clara en insistir en que el proceso de reemplazo no llegará de la noche a la mañana. De acuerdo a sus cálculos, para 2055 podría estar automatizada la mitad de las actividades que se realizan en los empleos. “Pero esto podría ocurrir 20 años antes o 20 años después, pues depende varios factores, así como de condiciones económicas mucho más amplias”, expuso el informe.