(CNN Español) – La amenaza latente de las armas nucleares no da espera. Mientras Corea del Norte sigue con sus pruebas nucleares, en Nueva York la ONU se reúne en una conferencia para encontrar un instrumento vinculante que le pueda poner punto final al uso de estos artefactos y conducir a su eliminación total. Las sesiones, que se extenderán hasta el viernes, serán presididas por la representante permanente de Costa Rica ante la ONU en Ginebra, Elayne Whyte Gómez, quien fue elegida para tal responsabilidad el pasado 17 de febrero.
“La consecución de la paz, principio fundacional de la Organización de Naciones Unidas y cimiento fundamental del multilateralismo por excelencia, se materializa hoy en esta conferencia”, aseguró Whyte Gómez al iniciar su intervención. Por su parte, el presidente la Asamblea General del organismo, Peter Thompson envió un mensaje a la reunión indicando que “aunque los niveles de armas nucleares son los más bajos desde el fin de la Guerra Fría, está claro que mientras exista una de ellas, constituyen un riesgo inaceptable para la humanidad”, como lo informó el comunicado oficial de la ONU. Thompson también recordó que durante cerca de siete décadas, las Naciones Unidas han intentado sin éxito liberar al mundo del arsenal nuclear.
La intención de las sesiones es proponer un tratado que califique de “ilegales” las armas nucleares y, de esta manera, prohíba su desarrollo, posesión, almacenamiento, estacionamiento o financiación a los países que lo suscriban. La iniciativa de trabajar en un instrumento que permita tal escenario fue aprobada en una resolución de la Asamblea General de la ONU en diciembre de 2016, con el mandato de “elaborar las medidas, disposiciones y normas jurídicas eficaces y concretas que será necesario adoptar para establecer y mantener un mundo sin armas nucleares”.
Dicha resolución también indicó que un tratado jurídicamente vinculante contra el armamento nuclear supondría una gran contribución al desarme completo frente a estos artefactos. Según este documento de las Naciones Unidas en los últimos 20 años no se han producido “resultados concretos en las negociaciones multilaterales de desarme nuclear”. Además, la resolución reconoció que el panorama internacional pone sobre la mesa la necesidad urgente de buscar medidas para el desarme y la no proliferación.
Esta conferencia es el resultado de esfuerzos que se vienen adelantando desde septiembre de 2013, cuando se llevó a cabo una reunión de alto nivel de la Asamblea General sobre el desarme nuclear. La resolución de seguimiento a esta iniciativa, dictada ese mismo año por el interés de la comunidad internacional de seguir avanzando en el asunto, reconoció la labor del grupo de trabajo encargado de elaborar propuestas de cara a la negociación sobre el desarme y aseguró que se adelantaron debates abiertos, constructivos, transparentes e interactivos.
Como Costa Rica, varios de los países impulsores de esta conferencia y que se han mostrado a favor de un tratado de prohibición son firmantes el Tratado de Tlatelolco de 1967, que prohíbe el desarrollo, adquisición, ensayo y emplazamiento de armas nucleares en la región de la América Latina y el Caribe.
Por su parte, el canciller de Costa Rica Manuel A. González Sanz destacó que su país asume con gran responsabilidad el hecho de presidir la conferencia contra las armas nucleares. “Esta designación constituye un reconocimiento internacional a una democracia desarmada como la nuestra que tiene plena legitimidad y autoridad moral para hablar de desarme”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, de acuerdo al comunicado oficial. Esta nación abolió su ejército desde 1948 y ha sido líder en la trayectoria del desarme y la paz.
Durante su discurso en el acto de este lunes, González Sanz sostuvo que “la aniquilación nuclear es quizás la mayor amenaza que se cierne sobre el mundo, por lo que resulta lógico e imperativo que hoy estemos reunidos para iniciar a escribir una nueva página en la historia del desarme nuclear”. También resaltó que se estima que existen más de 15.000 ojivas nucleares actualmente y de ellas unas 1.500 están en alta alerta y pueden desplegarse en tan sólo 6 minutos: “bastarían tan solo 300 segundos para decidir sobre la vida de millones de personas”, recalcó.
Y no dejó de lado el hecho de que hay países y potencias que poseen este tipo de armas que no van a suscribir tan fácilmente una iniciativa que busque acabar de tajo con los artefactos nucleares. Por eso pidió a los países que no han ratificado el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares hacerlo de la manera más rápida posible, especialmente aquellos de los que depende la entrada en vigor del protocolo. “No podemos olvidar los efectos devastadores de los más de 2000 ensayos nucleares”. De ahí que también haya recordado a todas las víctimas de que han sufrido los efectos del uso de la energía nuclear: “a los hibakushas, a los llamados “bebés medusa” que nacieron en las Islas Marshall, a todas aquellas personas víctimas de cáncer y otras enfermedades producto de la radiación en Semipalatinsk. Su dolor es también el nuestro, nuestra solidaridad con todos ellos debe ser terreno fértil para asegurar en el futuro, cercano, que esto no volverá a repetirse”.
Oposición de las potencias a un nuevo tratado
Según el comunicado publicado por la ONU, a la primera ronda de debates no asistieron cerca de 40 estados miembros. Entre ellos, Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia y China, que son los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Los países expresaron “su preferencia por el actual Tratado de No Proliferación, firmado en 1968, que estipula un compromiso hacia el desarme futuro, pero no prohíbe las armas de este tipo”, indicó la comunicación oficial.
La embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, aseguró este lunes afuera de la conferencia que su país no podía apoyar la medida de la Asamblea General para prohibir todas las armas nucleares y que junto a otras 39 naciones boicotearán las conversaciones sobre el tratado vinculante que busca su eliminación. “Como madre, como hija”, explicó Haley, “no hay nada que yo quiera más para mi familia que un mundo sin armas nucleares. Pero tenemos que ser realistas”.
La embajadora señaló que hay países que quieren hacerles daño a otras y, por eso, enfatizó la necesidad de tener armas nucleares como defensa. Haley, además, sostuvo que no hay manera de que Corea del Norte acuerde restringir las armas nucleares. “¿Hay alguien que crea que Corea del Norte estaría de acuerdo con la prohibición de las armas nucleares?”, indicó.
En contraste, el subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de México Miguel Ruiz Cabañas, quien estuvo presente en la conferencia, reiteró a través de su cuenta de Twitter la relevancia de tener un tratado que prohíba el uso de armas nucleares.
En la misma línea, el representante permanente de Chile ante las Naciones Unidas, Cristian Barros, respaldó la conferencia contra las armas nucleares. Este fue el mensaje que publicó en su cuenta de Twitter:
“Apoyamos firmemente la conferencia @UN_Disarmament sobre el instrumento jurídicamente vinculante que conduce a la eliminación total del arma nuclear”.
¿Serán unas reuniones fáciles?
Tariq Rauf, director del programa de desarme, control y no proliferación de armas del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, escribió un ensayo sobre la conferencia que se realiza en la ONU y destacó que este intento por negociar un instrumento que prohíba las armas nucleares, y que será discutido por una mayoría de estados que no tienen esta clase de armamento, “ha abierto grandes diferencias no sólo con los estados que poseen armas nucleares, sino también dentro de las filas de los estados que no son poseedores”.
Según Rauf, hay temores de que los estados de la OTAN y los aliados que no tienen armas nucleares puedan interferir “y complicar las discusiones en nombre de los Estados poseedores de armas nucleares”. Sin mencionar que también pueden darse dos bandos: por un lado, los países que no poseen este tipo de armamento y quieren una norma rápida y corta que establezca un tratado que lo prohíba y por otro lado, las naciones que prefieran un tratado más detallado con disposiciones sobre la verificación.
Ahora, el experto destacó que hay un elemento diferenciador en esta conferencia y es la participación de la sociedad civil, por primera vez, en un tratado contra las armas nucleares. Sin embargo, advirtió Rauf, “algunos estados ya han planteado preocupaciones (…) sobre la participación de la sociedad civil y pueden intentar reducir su influencia o participación”.
Rauf también explicó que las reglas de esta conferencia para aprobar las iniciativas serán las mismas de la Asamblea General: una mayoría de dos tercios para las cuestiones de fondo y una mayoría simple para cuestiones de procedimiento. De esta manera “ningún estado podrá bloquear las decisiones sobre la prohibición de las armas nucleares”.