Cuando el terremoto del 16 de abril azotó la costa norte de Ecuador gran parte de sus hoteles, calles e infraestructura quedaron destrozados por ese sacudón de 7,8 grados que pasó a la historia como una de las tragedias más graves en el país de los últimos 70 años.

ESPECIAL: Ecuador, un año después del terremoto

Pedernales, Manabí y algunas zonas de Manta quedaron prácticamente irreconocibles. Muchos sectores de estas zonas turísticas por excelencia —que hacen parte de los más de 1.600 kilómetros de playas de clima tropical de Ecuador— se convirtieron en un cúmulo de escombros.

Eso sin contar las pérdidas humanas que dejó la tragedia: 671 muertos, 80.000 desplazados y más de 4.000 personas tuvieron que ser atendidas en las primeras horas. Los daños materiales ascendieron a más de 3,3 millones de dólares, según el gobierno nacional.

Vista aérea de Pedernales después del terremoto del 16 de abril de 2016.

Ha sido un año difícil, pero las zonas afectadas han logrado recuperarse poco a poco debido a una serie de medidas de impulso económico del Gobierno de Ecuador.

“Es muy gratificante ver cómo cada uno de ellos se ha ido levantando”, le dice a CNN en Español Gema Ceballos, coordinadora zonal 4 del Ministerio de Turismo de Ecuador, sobre los hoteleros en la provincia de Manabí. “Ya están construyendo nuevos hoteles, levantando sus paredes con nuevas plazas para recibir a los turistas con todo ese ánimo, con toda esa predisposición”.

Entre las medidas está el Plan de Reconstrucción y Reactivación Productiva con el que se implementarán estudios y diseños de infraestructura hotelera que colapsó tras los sismos sufridos en 2016.

Con esos estudios, que aún están en la etapa de elaboración, según le dijo a este medio Ceballos, los empresarios afectados podrán pedir préstamos para reconstruir sus negocios.

Pero algunos no ven este plan con buenos ojos.

“El Gobierno ha tomado algunas medidas frente a lo que está viendo, pero obviamente las personas que estamos en este tipo de negocios no podemos tomar unos créditos si no tenemos certeza de que vamos a vender”, le dijo a CNN en Español Paola Guzmán, presidenta de la Asociación Hotelera Esmeraldas, quien además es gerente de un hotel cerca a la playa en Atacames.

Hoteles caídos

“Fue algo muy doloroso porque ver todas las edificaciones de Pedernales, la edificación hotelera destruída, colapsada, porque este fue uno de los cantones que más sufrió con casi el 80% [de daños de infraestructura]”, añade Gema Ceballos.

Mary Chong, subdirectora de Gestión de Desarrollo Económico y Productivo de Manta —a unos 195 kilómetros de Esmeraldas— se refirió a la afectación económica por cuenta del colapso de los hoteles en esa ciudad.

“No teníamos hoteles. 22 hoteles se cayeron en la zona de Tarqui, que es la zona cero”, recuerda. “Estamos hablando de 20 hoteleros que le daban empleo a muchas personas y a su vez al no tener ese sustento muchos de ellos tuvieron que recurrir a buscar empleo en otros lados. Incluso, muchos se fueron de la ciudad por miedo a otros movimientos sísmicos”.

Unas 800 personas vinculadas con este sector perdieron sus empleos, le dijo a este medio.

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A un año del terremoto en Ecuador, ¿llegó la ayuda a todos en Manabí?
04:00 - Fuente: CNN

‘Los turistas tenían miedo’

Con este panorama y además “el miedo latente a un tsunami”, la gente perdió la confianza en visitar esa zona turística y elegían otras partes del país para pasar vacaciones, cuenta Guzmán.

“El estar en una zona costera no solamente implica el miedo de un terremoto sino también la posibilidad de un tsunami”, le dice Guzmán a CNN en Español desde Atacames. “Después de eso, para nosotros ha sido bastante difícil la reactivación económica porque primero es la credibilidad de la gente frente a lo que va a pasar y segundo es las alternativas que tiene el Ecuador a nivel turístico”.

Y por este miedo, los ingresos bajaron.

Guzmán dice que para atraer turistas, los hoteleros tuvieron que bajar sus precios hasta en un 50%, hacer promociones 2x1, “una cosa que no se había visto antes en esta playa (de Esmeraldas) que es una de las más concurridas, por la cercanía a la capital, por el clima y un montón de cosas”, dice ella. “El 90% de la economía de este cantón depende del turismo, ya se imaginará la desesperación”.

Esteban Fiallo, presidente de la Cámara de Turismo de Manta, dice que algunos hoteles de esa ciudad también utilizaron esa estrategia para atraer clientes.

“Al principio, después del terremoto hasta agosto o septiembre, se bajaron las tarifas casi en un 50% para lograr que la gente viniera al destino”, le dio Fiallo a CNN en Español. “Actualmente las tarifas se mantienen en los términos iniciales, pero siempre se han manejado más promociones, más en conjunto entre las agencias de viajes y se ha trabajado en una especie de pacto para tener una tarifa más atractiva para el mercado”.

El desafío de Semana Santa

El feriado de Semana Santa se presentaba como un gran desafío para los comerciantes, pues luego de un año difícil, esperaban recuperar la confianza de los turistas.

Y al parecer, ocurrió.

De acuerdo con Fiallo, durante el feriado de Semana Santa ha habido una ocupación hotelera del 90-95%.

“A partir de noviembre, empezó nuevamente a ver afluencia de turistas”, dice Fiallo. “De hecho ahorita nos encontramos en un feriado de Semana Santa y la afluencia llega a un 90-95% de ocupación de todos los hoteles”, señala.

Según Guzmán, la gente ya recuperó la confianza para volver a Esmeraldas.

“Se ha aumentado la llegada de turistas… La gente ya tiene confianza de venir”, dice. “Nosotros como establecimiento nos hemos preparado, tenemos planes de contingencia, hemos trabajado con el Gobierno municipal en que todos estemos preparados para un evento, un sismo o un alerta de tsunami. Ya todos estamos preparados, entonces le damos seguridad a la gente. Esto como que se está reactivando”.

Pero no es suficiente, dice Fiallo, pues a pesar de la regeneración de mucha parte de la infraestructura de la ciudad de Manta, “falta mucho por hacer.El trabajo todavía no llega ni a un 50-60%”.

Un impulso de la economía

El turismo es el tercer rubro más importante en la economía de Ecuador, después de la exportación de banano y plátano, y camarones, primero y segundo en la lista, respectivamente, según información del Ministerio de Turismo.

El turismo en la Costa Pacífica aporta un 1,9% al PIB del país y contribuye con el 4,14% a la producción turística nacional, según datos del Ministerio de Turismo de ese país que conoció CNN en Español.

Paola Guzmán dice que hace un año la gente dejó de ir a las playas de Esmeraldas: “Después del terremoto no tuvimos turistas sino hasta el mes de junio que la gente en algo se animó a venir”.

Esto concuerda con los indicadores del MinTur que señalan que, por ejemplo, en Atacames —en la provincia de Esmeraldas— hubo una tasa de ocupación hotelera nula entre abril y mayo y aunque intentó levantarse en junio, la situación se repitió sistemáticamente en los meses de julio, septiembre y octubre, donde la ocupación hotelera llegó por mucho al 51% en agosto, pero descendió abruptamente en resto de los meses de 2016.

Igual en Manta, donde la tasa de ocupación hotelera fue nula en abril, mayo y junio; en julio se logró una tasa de ocupación del 57% y desde agosto hasta octubre de 2016, no hay registro de las cifras en las base de datos del MinTur.

“Las pérdidas económicas ascienden a unos 2 millones de dólares en pérdidas por la infraestructura de los hoteleros”, le dijo a CNN en Español Gema Ceballos.

Turismo mundial

Si bien la recuperación de esta región ha sido lenta, Ecuador aún aparece en los listados mundiales como un destino turístico.

En Latinoamérica, el país aparece en la posición 5 en el Índice de Competitividad de Viajes y Turismo de 2017 del Foro Económico Mundial, detrás de Brasil, Chile, Argentina y Perú.

También fue nominado en marzo en 14 categorías de los World Travel Awards, conocidos también como los ‘Oscar del turismo’ que reconocen la calidad del turismo internacional. Los premios se entregarán en septiembre de este año en México.

Pero lo exótico de sus paisajes es solo una parte del atractivo turístico de la región, según Ceballos, que asegura que gracias a la perseverancia de los locales, la región ha salido adelante.

“Todas nuestras playas son hermosas y todos los manabitas estamos con los brazos abiertos, como nos caracteriza, con nuestra alegría y nuestra hospitalidad”, puntualiza Ceballos.