(CNN Español) – “La cumparsita” es para los uruguayos “el tango de los tangos”, “el tango más famoso del mundo” y se ha convertido en un símbolo de la identidad nacional.
Este miércoles, la famosa melodía cumple 100 años desde su estreno en La Giralda, un famoso cafetín cultural de finales de la segunda década del siglo pasado, donde se reunían los intelectuales y políticos de la época. Allí, de mano del argentino Roberto Firpo, la composición fue un éxito total desde su primera interpretación, según le cuenta a CNN en Español Monica Kaphammel, directora del Museo del Tango en Montevideo.
“La noche del 19 de abril de 1917, Firpo la estrena. Por eso es que ponemos esa fecha como el nacimiento de ‘La cumparsita’”, afirma Kaphammel. “Y fue tan popular, gustó tanto, que, cuenta la historia, ‘La cumparsita’ se tocó hasta seis veces esa noche”.
Un delirio de inspiración
La composición de la famosa melodía data de entre finales de 1915 y principios de 1916 por cuenta del compositor uruguayo Gerardo Matos Rodríguez, según la página web de la Comisión Interministerial de Apoyo al Tango, CIAT, que le rinde homenaje al famoso tango en el año de su centenario.
Para entonces, el uruguayo venía de superar una enfermedad que lo postró en cama durante meses. Esa enfermedad le generó fiebres y alucinaciones, cuenta la directora del Museo del Tango, una organización ubicada actualmente en el Palacio Salvo, el antiguo edificio donde quedaba La Giralda.
Este museo recibió por parte de la familia de Matos Rodríguez toda la documentación que tienen sobre el tango en el Museo. El lugar está ambientado para rememorar la época.
“Lo hemos ambientado de manera que sea un museo divertido”, dice Kaphammel. “Es un cafetín de donde escuchamos discos de pasta con vitolas de 1900”.
Matos era un estudiante de arquitectura que no sabía escribir música, sólo la interpretaba, dice Kaphammel. Pero su hermana, Becha, sí sabía escribir.
“Como él no sabía escribir, le pide a su hermana —que sí estudiaba música y sí sabía escribir— que por favor escriba una música que él le va a decir”, cuenta Kaphammel. “Él apoya sus dedos en un piano de cartón y le dice por favor anótame esto”.
La mujer escribió lo que Matos le dictaba y una vez terminó, él le pidió que silbara la canción.
“Es así como nace ‘La cumparsita’”, dice Kaphammel.
El tango, una identidad cultural
El tango nace en la cuenca del Río de la Plata —en la frontera entre Argentina y Uruguay— y es tan uruguayo como argentino.
Este ritmo nace de las clases populares de Buenos Aires y Montevideo llenas de emigrantes europeos que huían de la guerra, de descendientes de esclavos africanos y de la mezcla con las costumbres de los propios habitantes locales, según la UNESCO donde aparece inscrito el tango en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad .
Todo esto produjo “una amalgama de costumbres, creencias y ritos que se transformó en una identidad cultural específica”, añade la UNESCO.
Edith Moraes, ministra interina de Educación y Cultura, describió esta melodía como “ese sonido que fue, es, constructor de identidad y por eso mismo, como bien cultural, [que] nos constituyó como uruguayos… pues nos reconocemos en ella, además de identificarnos como rioplatenses”, citada por la página web del Ministerio de Educación y Cultura de ese país.
Una música tabú
Antes de La Cumparsita, el tango era música tabú; si se quiere, “música del bajo. Era cosa de hombres”, explica Kaphammel.
“Las mujeres de la casa ni escuchaban tango, ni bailaban tango. Eso era de los burdeles. El hombre iba a bailar tango con las mujeres de los burdeles. No era algo socialmente aceptado. Estaba mal visto”, añade.
Pero la transformación que hizo “La cumparsita” es precisamente esta: hizo que el tango ingresara a los hogares.
Esto gracias a la letra compuesta en 1924 por el argentino Pascual Contursi, una composición que le cambió la cara al tango de ese momento.
“Ahí es de donde viene el ‘conflicto’ entre Argentina y Uruguay: porque la letra es de un argentino y la música es de un Uruguayo”, añade Kaphammel.
“Si supieras,
Que aún dentro de mi alma,
Conservo aquel cariño
Que tuve para ti
Quién sabe si supieras
Que nunca te he olvidado,
Volviendo a tu pasado
Te acordarás de mí”.
“Por eso es que quedó, porque su música era un poco diferente a todos los otros tangos”, explica ella. “A diferencia de los tangos que se escribían antes, que tenían una letra más sensual u obscena, las letras de “La cumparsita” eran más de amor, desamor, amistad. Entonces es más permitido y logra entrar en las casas”.
Carlos Gardel interpretaría esta canción años después. Esa versión —que vendió 500.000 copias cuando fue lanzada— es tal vez una de las más famosas de la historia y hace parte de las más de 1.200 versiones que se han grabado hasta la fecha, según la página de internet del Comisión Interministerial de Apoyo al Tango, que celebra los 100 años de esta canción.
La importancia de esta canción para los uruguayos es tanta que, en 1997, el Parlamento declaró a “La cumparsita” como himno cultural y popular de ese país, y hasta se planea bautizar un asteroide con ese nombre, según explicó Alejandro Giménez, de la Comisión Interministerial de Apoyo al Tango, citado en por la página del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay.
Este miércoles se harán diversos eventos artísticos y culturales en homenaje a esta composición artística, constructora de la identidad de los rioplatenses. Los homenajes seguirán durante todo el año, pues 2017 fue declarado como el Año del Centenario de “La cumparsita”, según el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay.
En conmemoración de este aniversario, el Museo del Tango presentará el “Museo del Tango Sin Frontera”, un museo itinerante para recorrer las diferentes ciudades del mundo llevando la cultura de este género musical.