(CNN) – Desde que la fotografía empezó, los profesionales en todo el mundo han estado fascinados por el poder de las imágenes para transmitir significados sobre la identidad.
Por ejemplo el fotógrafo nigeriano J.D. ‘Okhai Ojeikere, quien en 1970 se asignó un proyecto para documentar los peinados únicos de las mujeres nigerianas. En las próximas cuatro décadas él tomó más de 1.000 deslumbrantes fotografías de coronas y trenzas intrincadas, que llamó “esculturas para un día”.
Individualmente cada imagen es un testimonio de la belleza y tiene un significado cultural específico. Pero como serie, el trabajo de Ojeikere puede ser leído como una historia sobre la Nigeria poscolonial, pues el cambio de peinados sirve como metáfora de su desarrollo y ambición mientras elegantemente refutan los estereotipos occidentales.
El trabajo de Ojikere es ahora una de las muchas series de fotografías que recientemente se presentaron en la exposición Structures of Identity: Photography from The Walther Collection (Estructuras de identidad: fotografía de la colección Walther), en la muestra fotográfica de la Asociación de Dealers de Fotografía Internacional (AIPAD por sus siglas en inglés) que se realizó este año. Juntos se hicieron una pregunta: ¿qué pueden las series de fotografía revelar sobre el mundo —y nuestras identidades— que una fotografía única no pueda mostrar?.
Rechazando la tendencia del mundo del arte de enfocarse en imágenes únicas, el curador de la Walther Collection, Bran Wallis, tenía el objetivo de sugerir “otra manera de ver la fotografía”, donde la historia es descubierta a través de la estructura de cómo las imágenes son puestas en conjunto.
Una presentación temprana
Entre los trabajos más antiguos en la Walther Collection están algunos de los primeros ejemplos de las series de fotos: fotos de prontuarios. Podemos dar por hecho eso hoy, pero, como Wallis señala, estas fueron un tipo específico de imagen desarrollada en el siglo XIX, así los estados podían categorizar los atributos físicos de los convictos e incluso hacer “predicciones” sobre su comportamiento criminal.
“Es una manera de catalogar ciertos estratos de la sociedad… dividirla entre aquellos que son aceptables y los que no son”, dice Wallis.
Otro trabajo clave es el del fotógrafo alemán August Sander, que se embarcó en un proyecto ambicioso para crear retratos objetivos de todos los posibles antecedentes de las clases sociales en la Alemania de 1920.
La idea era poner a la gente en un mismo nivel al fotografiarla de una manera cuidadosamente realista. Sin embargo, como algunos críticos han argumentado, ¿qué pasaría si las imágenes simplemente reforzaran las categorías de las personas en vez de quebrarlas?
“Lo que es interesante sobre Sender como un punto de referencia es que realmente no es ni uno ni lo otro”, dice Wallis. “Puedes tener exactamente la misma foto y encontrar una declaración social positiva o una muy crítica, dependiendo de cómo lo mires”.
Retratos políticos
En el siglo XX los fotógrafos utilizaron series cada vez más puntiagudas para hacer declaraciones sobre la sociedad.
Un ejemplo de ello es la serie “La Familia” de Richard Avedon, 69 retratos del establecimiento político de Estados Unidos —desde editores de periódicos hasta presidentes— disparados informalmente contra fondos blancos.
La técnica de Avdon reveló la personalidad de cada sujeto. Los capturó en momentos de aparente franqueza. Pero cuando la serie es considerada como un todo, el mensaje político del artista se vuelve claro: estas personas conforman la estructura de poder intocable de Estados Unidos.
Esto resuena con el trabajo del fotógrafo de Nueva York Accra Shepp “Occupying Wall Street” 31 años después. En una serie de retratos directos, Shepp capturó lo contrario a lo de Avedon: “La familia”, una serie de ciudadanos ordinarios convertidos en manifestantes reunidos en el Zucotti Park en Nueva York.
Y como los sujetos de la serie de Shepp se enfrentan a los de Avedon en el espacio de exhibición de la Walther Collection, de repente hay un sentido visual de cómo luce la iniquidad.
Este es el siguiente paso hacia una de las series más poderosas de la colección: Los retratos íntimos de personas querer, lesbianas y transgénero de sudafricanos de Zanele Muholi, algunos de los cuales son sobrevivientes de violencia física y sexual.
Con expresiones que transmiten vulnerabilidad y dignidad, los sujetos de Muholi retan los prejuicios de la sociedad sobre ellos. En conjunto, las fotos transforman la opresión compartida en una afirmación de fuerza colectiva: su visibilidad se transformó en un mensaje político.
Pensando visualmente
Ya sea en una búsqueda en la web o en nuestras redes sociales, nos encontramos diariamente con series de fotos e interpretamos sus significados sociales como una segunda naturaleza.
“Internet ha hecho que la gente definitivamente sea más adepta a usar y a leer fotos”, dice Wallis. “La cantidad de fotos en internet.. es una revolución en el acceso, que inevitablemente expande tu manera de pensar sobre el mundo visualmente”.
Wallis espera que la gente continúe pensando sobre las series fotográficas de manera crítica, y las use como una manera poderosa para analizar el mundo.
“Estoy interesado en lo que no logra llegar a un museo”, dice él. “Se trata sobre hacer historias visiblemente sociales que no han sido mostradas”.
Las obras de este artículo se pueden encontrar en “The Order of Things: Photography from The Walther Collection”, publicado por Steidl.