(CNN) – Es una extraña sensación la de sostener un pedazo de Marte en tu mano. Pero eso es lo que estoy haciendo en las oficinas de la casa de subastas Christie’s, en Nueva York.
Aparecen frente a mí una serie de raros meteoritos, parte de “Impacto Profundo: Marcianos, Lunares y Otros Meteoritos Raros”, subasta online anual de especímenes extraterrestres de Christie’s.
Impacto Profundo estará desde el 3 al 10 de mayo, con estimaciones de lotes que oscilan entre los 1.000 y los 120.000 dólares. Algunos son grandes, otros pequeños. Algunos son de la Luna y otro par de Marte. Uno tiene forma de pera y cabe en la palma de mi mano. Otro es del tamaño de una pequeña ventana, se presenta en rodajas, exponiendo chispeantes cristales de peridoto y olivino.
“Cada vez que alguien, por primera vez, tiene una obra abstracta de arte del espacio exterior hecha de hierro, tan vieja como un tercio del tiempo mismo, es un momento cautivador”, asegura James Hyslop, especialista de Christie’s que organizó la venta. “Aún así, para mí, es una experiencia emocionante”.
FOTOS | Meteoritos milenarios en subasta de Christie's
La máxima rareza
Los meteoritos son lo que queda cuando un cometa, un asteroide o un meteoro sobrevive a su paso a través de la atmósfera terrestre. Su inmenso atractivo para los coleccionistas es triple, dice Hyslop. “Uno, son increíblemente raros. Dos, son muy hermosos, y tres, hay ese maravilloso enigma filosófico sobre ellos. No vienen de este mundo, son obras de arte extraterrestres y a la vez mundanas”, afirma.
Pero eso no significa que todos los meteoritos son dignos de un gran precio. Muchos se desgastan al entrar en nuestra atmósfera, erosionados por los procesos terrestres. Los buenos son difíciles de encontrar, y normalmente proceden de colecciones privadas existentes.
Para ser incluido en una subasta de Christie’s, un meteorito necesita tener, según Hyslop, tamaño, forma, ciencia e historia. Generalmente, cuanto más grande es el meteorito, más alto es el precio, asegura. Pero es la forma de un espécimen lo que él considera el factor más crucial cuando se trata de valor. “Algunos meteoritos son sólo objetos hermosos por derecho propio”, dice Hyslop. “Los he visto en comparación con las esculturas abstractas como las de Henry Moore y Barbara Hepworth”, añade, señalando que muchos coleccionistas de arte moderno se ven atraídos por los meteoritos por esta razón.
Desde un punto de vista científico, junto con la rareza, que explica el precio más alto de los especímenes lunares y marcianos, es la inmensa edad de los meteoritos lo que atrae a los coleccionistas. Un lote, un espécimen grande encontrado en México, es un meteorito carbonítico de condrita, explica Hyslop. “Es literalmente el material más viejo que la mano del hombre puede sostener y tocar”. “Tiene 4.560 millones de años, un número tan asombrosamente grande que casi pierde todo significado. La forma en que he empezado a pensarlo es que el objeto es casi tan viejo como el tiempo mismo, lo que es realmente muy profundo”, afirma.
Sin embargo, a pesar de los factores tradicionales que determinan la conveniencia y el valor de un espécimen, hay algo personal en este tipo de recolección, señala Hyslop. Cuando se trata de meteoritos, la preferencia a menudo se puede sentir como un misterio. “Si tienes a 10 personas juntas en una habitación y te piden que escojan sus dos o tres favoritos, puedo garantizar que nadie tendrá la misma respuesta”, dice.
A Hyslop le gusta mucho el lote 31, una porción grande y “mágica” parcial de pallasita. “Los meteoritos de pallasita tienen esta maravillosa mezcla de hierro y piedra en ellos, con cristales en esta matriz de hierro que han sido pulidos hasta tener un acabado de espejo. Además, está rebanado, por lo que las gemas son translúcidas”, asegura. “Cuando lo sostienes contra la luz, brilla”.
El lote 31, como todos los listados en Impacto Profundo, es complementado con el conjunto exacto de coordenadas donde se encontró, lo que me llevó a meterme a Google Maps para explorar un bosque en Argentina. Una flecha roja marca el lugar donde cayó en la Tierra y esperó a ser encontrado.