(CNN) – El porcentaje de niños y de adolescentes hospitalizados por pensamientos o acciones suicidas en Estados Unidos se duplicó en casi una década, según un nuevo estudio que será presentado este domingo en el Encuentro Anual de Sociedades Americanas de Pediatría.
El aumento constante en las admisiones debido a tendencias suicidas y a serias autolesiones ocurrió en 32 hospitales de niños de todo el país entre el 2008 y el 2015, de acuerdo con los investigadores. Los niños y jóvenes analizados tenían entre 5 y 17 años, y aunque hubo un incremento en todos los grupos de edades, el mayor repunte se registró entre las adolescentes.
“Nos dimos cuenta de que en los últimos dos o tres años un número cada vez mayor de camas de nuestros hospitales no están siendo utilizadas para tratar a niños con neumonía o diabetes; son usadas por niños que esperan ser ubicados porque tienen tendencias suicidas”, dice el doctor Gregory Plemmons, quien presentó el estudio y es profesor asociado de pediatría en el Hospital de Niños Monroe Carell Jr. en Vanderbilt.
Al detectar una tendencia, Plemmons y sus colegas llevaron a cabo una investigación para saber qué está pasando en el país. “Y confirmamos lo que presentíamos: que los índices se duplicaron en la última década”, asegura.
Aumento cuando comienza el colegio
Plemmons revisó la información administrativa de 32 hospitales pediátricos para identificar el número total de visitas al servicio de urgencias y de visitas intrahospitalarias durante ocho años, terminando en el 2015. Halló que 118.363 niños y jóvenes con edades entre 5 y 17 años habían sido dados de alta con un diagnóstico de tendencias suicidas o de autolesiones graves.
“No miramos los suicidios consumados y tampoco miramos las cifras actuales de suicidio. Solo miramos los números de niños que habían sido admitidos en un hospital pediátrico con un diagnóstico de ideación suicida o de intento de suicidio”, explica Plemmons.
“Un poco más de la mitad, 59.631 de los investigados, tenían entre 15 y 17 años, y casi el 37% tenían entre 12 y 14 años. Los niños entre 5 y 11 años –en total 15.050– representaron solo el 13% del total.
El incremento de la tasa de suicidios entre los niños refleja los números de los adultos, de acuerdo con Plemmons. Las cifras de niños se duplicaron con creces durante el periodo estudiado, aumentando de un 0,67% en menores admitidos en hospitales en el 2008 a un 1,79%, en el 2015.
En el 2008, cerca del 60% de todos los niños y adolescentes que fueron hospitalizados por tener pensamientos suicidas o intentos de suicidio eran mujeres y, para el 2015, ese número había aumentado al 66%, asegura Plemmons.
Aunque no dividieron esas estadísticas por grupos de edad, dice que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) reportaron que los suicidios en niñas de 10 a 14 años se triplicaron entre 1999 y 2014.
“Las mujeres son más propensas a intentarlo, pero los hombres en general son más propensos a lograrlo”, explica Plemmons.
Y agrega un hallazgo “realmente interesante” que no había visto en ningún otro estudio.
“Cuando miramos el número de niños que esperaban ser ubicados o admitidos al mismo tiempo, mes a mes, vimos una gran diferencia entre los meses”, dice. “El mes del año con la menor cantidad de pensamientos e ideaciones suicidas es julio. Y esos números aumentan justo cuando comienza el colegio”.
Los picos se registran en el otoño y en la primavera, con una pausa en el verano.
La razón por la cual los niños piensan en el suicidio o intentan suicidarse es “la pregunta del millón de dólares”, dice Plemmons. “La historia familiar de depresión o suicidios, la violencia familiar, el abuso infantil, ser jóvenes homosexuales, una historia de acoso… todos esos son factores que han sido reportados. Pero no nos fijamos en ninguno de esos factores específicos en el estudio”.
El colegio impulsa buena parte de ese comportamiento, afirma, y se pregunta si puede representar una influencia de “las redes sociales y la socialización en general”.
“Sabemos que el colegio es estresante, así como un trabajo es estresante, así que puede que la eliminación de esa situación haga que algunos niños enfrenten eso un poco mejor”.
Una de las teorías predominantes detrás del suicidio adolescente es la del ciberacoso, según Plemmons. “Hoy, es anónimo. Creo que esa es una gran diferencia. Hace años, tú sabías quiénes eran los que te acosaban”.
Adicionalmente, las niñas están entrando en la pubertad casi un año antes de lo que “históricamente lo hacían, y la pubertad en sí misma es un factor de riesgo para el suicidio”.
¿Pocas habilidades para enfrentar problemas?
Avital K. Cohen, psicóloga licenciada que no participó en la investigación, cree que hay varios factores que contribuyen al aumento de la tendencia que marca ese estudio.
“Nuestras expectativas de los niños han cambiado significativamente en las últimas décadas”, dice Cohen, aunque agrega que no tiene investigación que sustente su opinión.
“Muchos padres tratan de proteger a sus hijos de experiencias de fracaso cuando son jóvenes, lo que hace que cuando vivan momentos así más adelante no hayan desarrollado los recursos y/o habilidades que son necesarios para enfrentar problemas de ese tipo”.
Eso desencadena, dice, una respuesta emocional más fuerte, lo que “puede contribuir a un aumento de la expresión suicida”.
También cree que las redes sociales están relacionadas con el aumento de la ansiedad y de la depresión, y que el ciberacoso es un fenómeno “que sé que ninguno de nosotros entiende realmente”.
David Palmiter, profesor de psicología de la Universidad Marywood, en Scranton (Pensilvania), dice que hay “un problema más profundo en este tema y es que la mayoría de niños que necesitan atención por salud mental, no la reciben”.
“Entre un 20% y un tercio de los niños que necesitan esa atención la reciben, pero la mayoría no”, afirma Palmiter, quien tampoco participó en el estudio.
Según él, la investigación demuestra que los padres “deben mejorar en reconocer los síntomas de depresión, falta de alegría, problemas de concentración y comportamientos aislados” que puedan ocurrir en los niños.
Los suicidios en los más pequeños
Carl Tishler, profesor asociado adjunto de psicología y psiquiatría en la Universidad Estatal de Ohio, dice que cuando se habla de suicidios, hay grandes diferencias entre los adolescentes y los menores de 11 años.
“Entre más joven, más perturbado suele ser el niño”, explica Tishler, quien tampoco participó en la investigación. “Muchas veces, cuando esos niños tan pequeños llegan a una sala de urgencias parece un simple accidente” pero no lo es, afirma.
Según él, los niños menores de 6 años que consuman o que intentan suicidarse son “niños realmente perturbados”. Y agrega que algo que salta a la vista en los estudios de caso de estos niños es “la dramática exposición a la violencia doméstica” que han sufrido.
“Harán cosas como saltar por una ventana o de un balcón, correr en el tráfico. Uno de esos casos, de hecho, fue el de un niño pequeño que se disfrazó y estaba jugando a ser Superboy o Superman y logró ahorcarse con el cordón de una persiana”, dice.
“Algunos de estos niños verbalizarán que quieren morirse, que no quieren vivir más, o que quieren dormirse y no despertarse, y cosas por el estilo”, explica.
Tishler también asegura que hay un “estimado de 12 a 15 millones de niños con mediaciones psicotrópicas, que aumentan o disminuyen en cualquier momento, y eso “puede causar un cambio en el estado emocional que reduce el control de los impulsos”. Todo lo cual puede contribuir a tener impulsos suicidas.