Seúl, Corea del Sur (CNN) – El pasado sábado, Kim Mi-ok esperó en una ciudad fronteriza china para que su marido saliera del tren que venía desde Corea del Norte.
Nunca salió.
“Esperé hasta el último pasajero, hasta que las puertas del tren se cerraron, pero no pude encontrarlo”, aseguró Kim. Al día siguiente, la agencia de noticias estatal de Corea del Norte (KCNA, por sus siglas en inglés) anunció que los servicios de seguridad habían detenido a su marido, Kim Hak-song, “bajo sospecha de actos hostiles contra el Estado”.
“Me quedé sin palabras, estaba en estado de shock”, dijo su esposa al hablarle a CNN en una emotiva entrevista.
Llorando y golpeándose su pecho, dijo que su marido había sido acusado falsamente. “Él fue al país y sirvió con amor y creo en sus palabras que no había hecho nada más”, afirmó.
Kim Hak-song es un coreano étnico nacido en China. Se convirtió en ciudadano estadounidense naturalizado hace más de una década. Fue allí que también fue ordenado como un pastor cristiano evangélico afiliado a la Iglesia de la Misión Oriental en Los Ángeles.
La esposa de Kim dijo que su esposo había estado enseñando técnicas agrícolas en la Universidad de Pyongyang para Ciencia y Tecnología. Insistió en que no se dedicó al trabajo de misionero en la ferozmente atea Corea del Norte.
“Trabajó como agricultor”, dijo la esposa de Kim. “Siempre amó el suelo y la tierra”. Ella le mostró fotos a CNN de su marido sonriente de pie en arrozales en una granja experimental donde trabajó en las afueras de Pyongyang.
“El año pasado tuvieron una gran cosecha”, dijo.
En la década de los noventa, Corea del Norte sufrió de una hambruna que se calcula que causó la muerte de unos 2,5 millones de personas. Kim asegura que ella y su marido hicieron varios viajes a Corea del Norte en los últimos años en conexión con la universidad.
Los primeros indicios de problemas surgieron el 22 de abril, cuando los norcoreanos detuvieron de repente a Tony Kim, un compañero de enseñanza académica coreano-estadounidense en la misma universidad en Pyongyang.
Este viernes, funcionarios de Corea del Norte anunciaron el lanzamiento de una campaña para erradicar a sospechosos de ser agentes extranjeros, después de que Pyongyang hiciera declaraciones dramáticas, sin fundamento, de haber frustrado una trama respaldada por la CIA para asesinar al líder supremo, Kim Jong-un.
Funcionarios de inteligencia de Estados Unidos y Corea del Sur han desestimado las acusaciones.
Ahora, con la detención del segundo coreano-estadounidense que trabajando en la Universidad de Pyongyang en apenas dos semanas, una muy afligida Kim Mi-ok tenía un mensaje para el gobierno norcoreano.
“Somos todos iguales”, dijo. “Espero que esta detención se resuelva de una manera humanitaria y sea enviado de regreso a nuestra familia. Los miembros de nuestra familia están esperando”.
La periodista Lauren Suk contribuyó a este artículo.