El festival de cohetes de Tailandia.

(CNN) – Con nombres técnicos como “minas” y “represas” las exhibiciones públicas de fuegos artificiales tienden a prometer mucho más de lo que dan, en medio de emociones amenazantes.

Las leyes en la mayoría de países occidentales rigen casi cada aspecto del arte de la pirotecnia, desde el tamaño, la forma y la intensidad relativa del sonido, hasta el entrenamiento, el aseguramiento y las prácticas de seguridad.

Pero algunas comunidades todavía toman esas medidas de manera arrogante. Y eso fue lo que cautivó a los hermanos estadounidenses Jesse y Jeremy Veverka. Los dos cineastas viajaron por el mundo durante cinco años para documentar los lugares en los que los fuegos artificiales caseros todavía hacen gritar a multitudes de observadores exaltados, los tambores de los fuertes explosivos son dirigidos hacia las calles de las ciudades de manera juguetona y los cohetes vuelan tan alto que pueden representar una amenaza para la aviación comercial.

Su travesía culminó en Passfire, un documental estrenado en el 2016 que muestra las exhibiciones de fuegos artificiales que nos zumban en el oído y nos chamuscan las cejas en los seis continentes.

Como un pirotécnico les dijo a los documentalistas: “Un maestro de los fuegos artificiales es un artista. Cualquiera puede ser camarógrafo, pero para ser un pirotécnico necesitas cinco elementos: el talento de un artista, las manos de un escultor, el corazón de un poeta, el ojo de un pintor y el coraje de un guerrero”.

El cineasta Jesse Veverka nos da un paseo a través de este mundo pirotécnico incendiario y, a veces, mortal.

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Yasothon (Tailandia)

El festival de cohetes de Tailandia.

El Festival de los Cohetes de Tailandia (Prapheni Bun Bang Fai) en la ciudad de Yasothon toma unos cohetes y los hace explotar en una zona que sería la envidia de Cabo Cañaveral.

Los cohetes de este festival de fuegos artificiales, que suele darse entre abril y junio, están hechos de bambú o PVC. Y son un real problema, pues pesan más de una tonelada y alcanzan altitudes de más de 6.000 mil metros.

Diwali (India)

Diwali –el “festival de las luces” de cinco días celebrado por millones de personas como parte del Nuevo Año Hindú– es una extravagancia de los fuegos artificiales.

La celebración es tan intensa que el gobierno de Nueva Delhi le declaró la guerra a la pirotecnia, prohibiendo la venta de petardos para evitar la nube de esmog sulfuroso que se forma sobre la ciudad durante varios días después del festival.

Así se preparan los explosivos que se usan en Diwali, en la India.

El efecto de los explosivos que se usan en todo el país para festejar el Año Nuevo Hindú es literalmente devastador para la Tierra.

“Lo que es único (en la India) es que disparan los fuegos artificiales desde hoyos en la tierra”, dice Jesse Veverka. “En cualquier otro lugar, usarías un tubo de mortero y pondrías el proyectil en el tubo. Estos fuegos artificiales son lo que llamamos un ‘saludo’ y simplemente explotan…. pero son muy grandes”.

Tultepec (México)

La ciudad de Tultepec, a casi una hora de camino en auto desde Ciudad de México, es famosa por su fiesta de fuegos artificiales, tan espectacular como peligrosa.

Un enorme fuego artificial partido en dos en Tultepec.

El Festival Pirotécnico Nacional se lleva a cabo cada año en marzo e involucra a una serie de torres de fuegos artificiales que son únicas. Un ‘torito’ –tiene muy bien puesto ese nombre– toma la forma de un toro de papel maché, aunque está relleno de miles de fuegos artificiales, mientras enormes ‘castillos’ forman una estructura pirotécnica parecida a un molinete gigante.

“En realidad es considerado una bendición si se hacen pequeñas quemaduras durante el festival”, dice Veverka. Pero la falta de regulación y de entrenamiento profesional ha llevado a accidentes. El año pasado, murieron 36 personas en una gran explosión de fuegos artificiales en el mercado San Pablito.

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Chios (Grecia)

El festival de Rouketopolemos, en la isla griega de Chios, tiene su origen en rivalidades interparroquiales que datan del Imperio Otomano.

Cada año, en abril, dos iglesias separadas por casi 400 metros marcan el inicio de las festividades de la Semana Santa… y muestran exactamente lo que piensan de la congregación rival al explotar cerca de 50.000 cohetes hacia las campanas de las torres rivales.

Atascados en el medio, los residentes protegen sus ventanas con una malla metálica.

La batalla de los cohetes en Rouketopolemos, en Grecia.

“Los cohetes son poderosos y pueden matar”, dice Veverka. “Hubo una muerte cuando fuimos a filmar”.

A pesar de los esfuerzos para ponerle fin al espectáculo anual, la batalla de los cohetes se ha vuelto un popular atractivo turístico.

China

Hace más de 1.000 años China desarrolló la pólvora negra, el ingrediente principal de los fuegos artificiales, para lanzar pequeños cohetes de bambú.

Como sucedió con muchas innovaciones tecnológicas, el conocimiento de la pólvora negra viajó a Europa a través de la Ruta de la Seda, lo que resultó en majestuosas exhibiciones, como los fuegos artificiales de la realeza en los siglos XVII y XVIII.

Tristemente, la tradición prácticamente desapareció en China en el siglo XX, con la conmoción por la llegada al poder de Mao, quien relacionaba a los fuegos artificiales como un pensamiento contrarrevolucionario y viejo.

El artista pirotécnico Cai Guo Qiang creó esta Escalera al cielo, hecha de fuego. Foto: Cortesía de Cai Studio/Netflix ©

En la China moderna, los fuegos artificiales siguen siendo una práctica de celebración, y las ciudades más importantes y los pueblos siguen organizando festivales de explosivos durante sus festividades nacionales, como el Año Nuevo Chino.

“China produce más fuegos artificiales que ningún otro país en el mundo”, afirma Veverka. “Culturalmente no es tan interesante como en otros lugares, pero los artistas chinos están haciendo cosas increíbles con los fuegos artificiales”, agrega. Y como ejemplo menciona la Escalera al Cielo, una escalera de 500 metros hecha de fuego.

Yanshui (Taiwán)

Nadie regresa del Festival de Fuegos Artificiales Yanshui Beehive sin un casco de motocicleta o, como mínimo, una toalla de papel que envuelva su cabeza.

Si vas al Festival de Fuegos Artificiales Yanshui Beehive, de Taiwán, más vale que uses un casco.

Cada febrero, los fuegos artificiales son embutidos en estructuras de madera para el festival. Cuando llega el momento, chisporrotean como miles de abejas antes de lastimar a la multitud.

En lugar de correr para cubrirse, los alegres espectadores bailan y zapatean alrededor, permitiendo que sus espaldas sean golpeadas por la tormenta de llamas. Después de todo, se cree que es de buena suerte ser afectado por un cohete. En dos o tres segundos vuelan fuera de los marcos de madera cerca de 600.000 cohetes miniatura.

Puglia (Italia)

Italia ha desarrollado su propia versión del festival anual de encierro de toros de España… pero con fuegos artificiales. Cada mayo, San Severo, una ciudad que durante el resto del año es muy tranquila, en el tacón de la Península, le da vida a la Festa del Soccorso.

En el evento, hombres y mujeres jóvenes corren por toda la ciudad bajo un toldo de petardos explosivos. “El riesgo y la tolerancia al riesgo es altamente cultural”, dice Veverka.

“Aunque estos petardos son muy poderosos como para amputar dedos y manos, la gente en San Severo parece saber lo que hace (…) Si lo haces de la misma manera en Times Square en Nueva York, por ejemplo, sería un desastre”.

Toyohashi (Japón)

Los fuegos artificiales 'Tezutsu Hanabi' de Japón son hechos a mano y portátiles.

Conocidos como Tezutsu Hanabi, los fuegos artificiales portátiles son una tradición japonesa inventada hace más de 400 años.

Cada julio, estos explosivos caseros (suelen ser tubos de bambú llenos de pólvora negra) aparecen en el Festival Gion, en la ciudad de Toyohashi. Los maestros de los Hanabishu cargan esos cilindros bajo el brazo, se forman en un círculo y empiezan a lanzar estos artefactos para crear una dramática tormenta de fuego. En el clímax del espectáculo, los tubos explotan de manera simultánea.

“Este evento no tiene nada comercial”, dice Veverka. “Tienen clubes que practican para esto todo el año”.

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Taunggyi (Myanmar)

Para los que prefieren los fuegos artificiales de naturaleza más suave, el festival de globos de Myanmar usa globos de papel de arroz encendidos con fuego que se lanzan hacia el cielo. Estos globos se pueden elevar hasta 8 metros de altura.

Festival de globos en Myanmar.

A veces, a los globos les atan petardos explosivos para ponerle algo de picante al espectáculo, que se lleva a cabo en la ciudad de Taunggyi entre octubre y noviembre.

“A veces los globos chocan y ha habido accidentes”, dice Veverka.

Globos de fuegos artificiales (Brasil)

Brasil adoptó una tradición similar de globos de fuego, que viajó de Asia a Suramérica gracias a los exploradores portugueses.

En ciudades como São Paulo y Rio de Janeiro, los fuegos artificiales son llevados al cielo en globos de papel cubiertos con arte folclórico.

En Brasil, estas festas juninas (festivales de Junio) tienen la emoción adicional de ser ilegales. “El Gobierno prohibió estos festivales en 1996 pero todavía se practican en algunas partes”, dice Veverka. “Lo que sucede es que la gente se reúne en el campo, lanza sus globos de fuegos artificiales y se va”.