(CNN) – Casi un año después de que los británicos votaron a favor de abandonar la Unión Europea, la negociación del brexit por fin comienza este lunes.
El ministro británico del brexit, David Davis, abre las conversaciones con el principal negociador de la UE, Michel Barnier, con el apoyo de funcionarios en ambos lados.
Es un asunto típicamente de Bruselas: una sesión de apertura, un almuerzo de trabajo de 90 minutos para los dos principales negociadores, luego la negociación detallada de los grupos de trabajo, con el minucioso estudio de los documentos.
El carácter burocrático y ordenado de las negociaciones contrasta con el caos y la confusión que han dominado el debate sobre el brexit en el Reino Unido durante el año pasado. Y como los resultados de las elecciones de la semana pasada dejaron a la primera ministra Theresa May sin una mayoría parlamentaria, el caos y la confusión se han intensificado.
Funcionarios de la UE en Bruselas están listos para negociar -el sentido de la impaciencia es palpable-, pero también existe la incredulidad de que el Gobierno británico pueda sostener en las conversaciones una posición de línea dura cuando no puede tener la mayoría en el país.
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Al llamar a la elección en abril, la primera ministra pidió a los electores darle un mandato para negociar un “brexit duro”, basado en que Reino Unido abandone el mercado único europeo y tenga una clara ruptura con la UE.
Después de que los votantes rechazaron esa petición, las conversaciones comienzan con una falta de claridad sobre cuál será la naturaleza exacta de la salida del Reino Unido de Europa.
Ese problema se ve agravado por el hecho de que May aún tiene que llegar a un acuerdo con el Partido de la Unión Democrática de Irlanda del Norte para lograr una mayoría que le permita gobernar.
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Sin embargo, dado que May tendrá una mayoría limitada en la Cámara de los Comunes, incluso con el respaldo del partido norirlandés, los partidos de la oposición, como los laboristas y los liberales, tienen sus propias agendas y tratarán de enmendar cualquier ley que se presente en el Parlamento conectada con la retirada británica de Europa.
En su conjunto, la posición de May para negociar un “brexit duro” es extraordinariamente débil.
Aunque este será sólo el primer día de lo que van a ser más de 18 meses de conversaciones, y esta primera fase podría tomar varias semanas.
Pero la confianza pública en el Gobierno está tambaleándose, y los sondeos de opinión sobre May han caído en picada desde las elecciones.