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Así lucha Filipinas contra los yihadistas que controlan Marawi
00:29 - Fuente: CNN

Iligan, Filipinas (CNN) – El presidente de Filipinas Rodrigo Duterte pidió perdón este martes por declarar la ley marcial en la isla de Mindanao y prometió reconstruir Marawi, la ciudad que quedó marcada por las batallas de casi cuatro semanas entre las fuerzas de Filipinas y los militantes afiliados a ISIS.

“No tuve opción. Ellos están destruyendo Marawi. Tenía que sacarlos. Pero estoy muy arrepentido”, dijo Duterte hablando en un improvisado centro de evacuación para residentes del norte de la ciudad de Mindanao que se vieron obligados a dejar sus hogares.

“Reconstruiré Malawi”, prometió el mandatario.

El presidente Duterte durante un discurso a los residentes desplazados de Marawi en un campo de refugiados en la isla de Mindanao el 20 de junio de 2017.

La batalla ha dejado varios muertos y desatado una crisis humanitaria en el país. Según el gobierno de Filipinas, más de 330.000 personas han sido obligadas a dejar sus hogares.

La mayoría ha encontrado refugio con amigos y familiares, pero más de 16.000 desplazados internos han llenado los centros de evacuación, donde las agencias del gobierno están tratando de proveer las necesidades básicas.

Gute Umpa, un residente temporal de 70 años que está en el campamento, dijo que no sabe cuándo podrán retornar a sus hogares y si sus casas todavía estarán en pie cuando lo hagan.

“Tengo miedo de que nuestras casas y propiedades se hayan convertido en cenizas y que no podamos hacer nada para recuperarlas o reutilizarlas”, dijo.

“Es abominable que ocurra esto durante el Ramadán. Por lo que pasó no podemos celebrarlo”, agregó.

‘Perros del infierno’

Datu Abul Khayr Alonto, exalcalde de Marawi, líder del Frente Moro de Liberación Nacional y actual presidente de la Autoridad de Desarrollo de Mindanao, dio un feroz discurso antes de que Duterte se dirigiera a la población en Iligan, una ciudad a unos 40 kilómetros de Marawi.

“Su gobierno, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, no declaró la guerra contra la gente buena de Marawi”, le dijo a una multitud de invitados y desplazados internos. “Él no quemó sus casas”.

La coalición de militantes ubicados en Mindanao ha ocupado el territorio en la ciudad filipina de mayoría musulmana durante un mes, y Alonto envió una alerta en su contra.

“Ellos llegarán a ustedes con un lenguaje bonito, incluso les leerán el Corán… pero no los toquen porque ellos son perros del infierno”, dijo.

Marawi ha sido víctima de una devastadora campaña aérea para frenar a los simpatizantes de ISIS.

La semana pasada, Froilan Gallardo, un periodista de la cadena Minda News, con sede en Mindanao, le dijo a CNN Marawi, que la que alguna vez fue una próspera ciudad de 200.000 habitantes, es ahora una “ciudad fantasma”.

Solo un puñado de residentes aún permanecen allí, dijo él, y grandes áreas de Marawi, especialmente el distrito comercial del centro, están “devastadas” por los bombardeos del gobierno.

Una larga campaña

Las bajas militares siguen en aumento, a pesar de los bombardeos aéreos de áreas de la ciudad controladas por insurgentes.

Hasta el 17 de junio, 56 soldados del gobierno habían muerto en acción.

La coronel Jonna Dalaguit, jefe del hospital militar de la región, le dijo a CNN que en las instalaciones de este hospital se han tratando más de 340 soldados heridos en batalla.

Los soldados filipinos han estado sumidos en una guerra urbana con combatientes alineados con ISIS desde el ataque sorpresivo en Marawi el pasado 23 de mayo. Este es el primer grupo filipino en aliarse con ISIS y ocupar un territorio.

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Los militantes irrumpieron en la ciudad, enfrentándose con las tropas del gobierno y llevando a declarar a Duterte la ley marcial en Mindanao. El asedio se dio mientras miles de musulmanes en todo el mundo empezaron el mes sagrado del Ramadán. Y aunque Filipinas es predominantemente católico, Mindanao tiene una población musulmana considerable.

El ataque fue respaldado por ISIS y la Agencia Amaq, el ala informativa del grupo terrorista, envió un comunicado anunciado que “combatientes del Estado Islámico lanzaron una ofensiva a gran escala sobre posiciones de soldados filipinos en la ciudad de Marawi”.

Las operaciones de las Fuerzas Armadas continuaron pero aún no han podido desalojar el núcleo de los militantes, liderado por Isnilon Hapilon, el líder del grupo terrorista Abu Sayyaf, quien fue declarado emir del sudeste asiático por el líder de ISIS, Abu Bakir al-Baghdadi.

Miles de soldados filipinos han sido desplegados para luchar contra militantes vinculados con ISIS en el sur del país.

El ejército dice que ha matado al menos a 242 militantes, pero dice que los combatientes siguen ocupando al menos cuatro vecindarios en el corazón de la ciudad.

Mientras los enfrentamientos continúan, los plazos establecidos por el gobierno de Filipinas para terminar el conflicto siguen aplazándose, incluyendo la promesa de terminar la lucha para el 12 de junio, el Día de la Independencia de ese país.

Estos enfrentamientos también ha llevado a Duterte a revisar la posición del país sobre cooperación internacional militar. Menos de un año después el presidente declarara de manera muy ambigua que no quería ver “ningún militar de ninguna nación” en Filipinas, excepto por los “soldados filipinos”, su portavoz anunció que Filipinas está abierta a la asistencia de otros países, si lo ofrecen.