(CNNMoney) – Lejos están los días de entrar al trabajo a las 9 de la mañana y salir exactamante ocho horas después. Los trabajadores estadounidenses están pasando más tiempo en el trabajo que nunca.
En una encuesta de Gallup del 2014, el 40% de los empleados estadounidenses dijeron trabajar más de 50 horas a la semana, mientras que el 20% trabaja más de 60 horas.
Por supuesto, ahora, no necesitas sentarte físicamente en una oficina para realizar tareas relacionadas con el trabajo, un hecho que es tanto un beneficio como una maldición. Con la omnipresencia de los teléfonos celulares inteligentes y la habilidad de acceder remotamente a los sistemas exclusivos del trabajo, los empleados pueden entrar a cualquier hora para responder las demandas relacionadas con el trabajo en cualquier momento.
Trabajar fuera de la oficina sigue siendo trabajar y para la mitad de los empleados estadounidenses que regularmente destinan 50 horas o más a la semana a sus empleos, es un hábito que rápidamente puede resultar en un caso de agotamiento serio.
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Parte del problema es que los empleadores tienden a presionar mucho a los empleados para estar disponibles a toda hora, incluso si eso significa conectarse después del turno establecido o en fin de semana.
Pero las empresas que exigen una semana laboral más intensa podrían de hecho estarse saboteando. Al menos esa es la conclusión que surge tras conocer un estudio de la Universidad de Stanford que encontró que la productividad laboral declina significativamente una vez que se alcanza la marca de 50 horas de trabajo semanal.
Además, el desempeño de los empleados cae por un barranco después de 55 horas; en otras palabras, un empleado que destina 65 horas al trabajo alguna semana no será más productivo que alguien que dedicó 55.
Y no solo eso, sino que las horas largas también se han vinculado a las ausencias frecuentes y un incremento en el cambio de empleados. Tiene sentido: cuando nos esforzamos de más, ya sea por elección o debido a la presión de los jefes, tenemos mayor probabilidad de enfermarnos o sentir la necesidad de salir corriendo. Si has alcanzado un punto en tu carrera en el que estás destinando demasiadas horas, por tu propio bien, puede ser momento de reducirlo, antes de que llegues al punto sin retorno.
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¿Cuánto estás dispuesto a dar?
Una cosa es dejar ir una que otra hora feliz o perderse algunas cenas familiares de vez en cuando para hacer felices a los directivos o cumplir con un plazo. Pero otra cosa es pasar tanto tiempo en la oficina que tus amigos olviden cómo te ves.
Dar demasiado de tu tiempo libre puede dañar no solo tu felicidad, sino también tu salud. Todos necesitamos oportunidades de recargarnos durante la semana, y si pasas mucho tiempo sin un tiempo libre razonable, te arriesgas a ser víctima de dolencias físicas y de depresión.
Además, mientras más tiempo pases trabajando, menos tiempo disponible tendrás para una de las formas más importantes de cuidado: dormir. De hecho, un estudio de la Universidad de Pensilvania encontró una correlación directa entre hábitos de empleo y sueño.
No es de sorprenderse, los trabajadores que admitieron dormir constantemente seis horas o menos por noche, trabajaron 1,5 horas más por semana que aquellos que lograron dormir más. No sólo la falta de sueño podría volverte malhumorado, también puede impactar tu productividad laboral.
Trabajar más horas puede costarte más, de otras formas. Si estás constantemente en la oficina u ocupado con tareas laborales, puede que no tengas otra elección más que subcontratar cosas que harías tú mismo, como lavar ropa, cocinar la cena y limpiar tu casa.
Imagina que, como resultado de tu agenda laboral, terminas gastando 200 dólares al mes en un servicio de limpieza y otros 300 al mes en comida para llevar. Ya que puedes limpiar tu casa sin costo y preparar tu propia comida por aproximadamente un tercio de lo que pagarías en un restaurante, con todo esto terminarías gastando 4.800 dólares extra al año para mantener un grado razonable de funcionalidad humana entre tu ridículo horario laboral.
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Termina con la locura
Si bien cada empleo tiene su propio periodo de alta demanda, si encuentras que constantemente trabajas más que el empleado promedio, podría ser momento de rexaminar esa práctica y comenzar a hacer cambios. Eso podría significar tomar menos proyectos para que no estés todo el tiempo enfrentándote a los plazos de entrega o restableciendo plazos con tu jefe para asegurarte que no se están aprovechando de ti.
Desde esta perspectiva, quizás quieras primero dar un paso atrás y pensar por qué estás trabajando tantas horas. ¿Es porque tiendes a distraerte durante las horas laborales? ¿Estás pasando demasiado tiempo en reuniones y no tienes tiempo de sentarte en tu escritorio y trabajar? O, ¿te estás desgastando con la esperanza de que ese tiempo extra presencial o virtual te llevará a ese ascenso por el que has estado compitiendo?
Sin importar la razón, existe una buena posibilidad de que puedas trabajar menos horas de lo que haces actualmente. Así que, si te sientes cansado de sentir que estás casado con tu empleo, empieza a reducir el ritmo, lento pero seguro, y busca maneras de ser más productivo con el tiempo que pasas en el trabajo. Será bueno no solo para tu salud mental, sino muy seguramente para tu carrera también.