(CNN) – Un proyecto chino de construcción de carreteras en los Himalayas se ha vuelto el centro de una creciente disputa fronteriza entre la India y China, con ambas partes acusando a la otra de intrusiones territoriales.
Descrito por el gobierno de la India como un “cambio significativo del estatus quo con serias implicaciones para la seguridad de la India”, la controversial vía pasa por la disputada Doklam Plateau, en la frontera sin marcar entre China y Bután.
Aunque no es parte del territorio de la India, tiene una inmensa importancia estratégica para Delhi y es vital para sus intereses geopolíticos.
“El área en conexión es extremadamente cercana a un tramo muy vulnerable del territorio indio que efectivamente conecta la mayor parte de la India con sus estados del noroeste”, le dijo a CNN Shashank Josh, investigador del Royal United Services Institute (RUSI) en Londres.
“Una construcción adicional podría desviar el balance local de poder a favor de China, esencialmente dejando a la India más vulnerable a una invasión en caso de una confrontación militar con Beijing”, añadió el analista.
Un problema trinacional
Las objeciones fueron elevadas en un principio por el gobierno de Bután, que emitió un comunicado oficial acusando a China de construir un camino “dentro del territorio butanés” en “directa violación” de sus obligaciones de tratados territoriales, la semana pasada.
La India y Bután han mantenido fuertes relaciones históricamente. Bután coopera de cerca con la India determinando su política exterior y el ejército indio está involucrado en el entrenamiento de sus fuerzas armadas.
China, que no tiene relaciones diplomáticas formales con Bután, ha negado que haya violado cualquier tratado.
“Doklam ha sido parte de China desde tiempos ancestrales. No pertenece a Bután, menos aún a la India”, dijo este miércoles el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lu Kang.
“La construcción de una carretera de China en Doklam es un acto de soberanía en su propio territorio. Es completamente justificado y lícito y otros no tienen el derecho de interferir”, añadió el portavoz del gobierno chino.
Lu agregó que es “totalmente injustificable” para el lado indio interferir en problemas entre dos países.
Una disputa en curso
La disputa de Doklam es el más reciente estallido en una larga serie de conflictos territoriales entre la India y China. En 1962, los dos países se involucraron en una sangrienta guerra y escaramuzas han continuado estallando esporádicamente durante varias décadas desde entonces.
El 26 de junio China acusó a guardias fronterizos indios en el estado de Sikkim de cruzar hacia su territorio en el suroeste del Tíbet, en un intento de obstruir la construcción de una nueva carretera de montaña.
La India no ha negado que sus tropas estén presentes en el área. Según un comunicado publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la India, el personal indio “se acercó al equipo de construcción chino y los instó a desistir de cambiar el status quo”.
En respuesta, China bloqueó a peregrinos religiosos de la India de visitar el santuario de Manasarovar, accesible solo a través del Himalayan Nathu La que va a través de la frontera entre las dos naciones, “por preocupaciones de seguridad”.
Las medidas vienen en un momento de deterioros constantes de los lazos entre los dos países, dicen los analistas, que apuntan a la inversión china en la Cachemira administrada por Pakistán y la frustración china por la falta de voluntad de la India de unirse a su iniciativa de desarrollo ‘One Belt One Road’ como los puntos en discusión.
Ely Ratner, en relaciones exteriores le dijo a CNN que la actual disputa es una indicación de los desafíos que enfrenta China como líder global.
“Esto demuestra lo difícil que va a ser para China liderar la región cuando elementos importantes de su política exterior son tan ideológicos, intransigentes e irreconciliables con sus vecinos y otras grandes potencias”.