(CNN) – Mount Gambier, a medio camino entre Melbourne y Adelaida, en Australia, tiene apenas una población de menos de 30.000 habitantes, pero es reconocida a nivel mundial por la exportación de carne de vacuno de lujo, que puede alcanzar un costo de más de 300 dólares por medio kilo.
¿Qué hace tan especial esta carne? Su alimento: hacia el final de sus vidas, el ganado se alimenta de una inusual mezcla de dulces: chocolate, caramelos y galletas.
Has leído bien.
En Mayura Station -los ranchos se conocen como ‘station’ (estación), el ganado se compone exclusivamente de vacas 100% Wagyu (que se traduce simplemente por ‘vaca japonesa’). Los animales remontan su linaje a las bestias de carga usadas para trabajos pesados, a menudo en arrozales.
En Mayura Station, un acuífero proporciona agua purificada a través de cuevas de piedra caliza y cavernas que actúan como grandes filtros naturales. Combina eso con el aire más limpio que puedas imaginar y patrones climáticos consistentes, y podrás darte cuenta de por qué hay una verdadera sensación de terroir. Ése es el término francés para un ecosistema particular que ayuda a hacer los vinos -u otros elementos como la carne de vacuno- tan distintivos.
La diferencia clave, sin embargo, en comparación con la carne en cualquier otro lugar del mundo, es que durante los últimos dos meses de sus vidas, en Mayura alimentan a sus animales con alrededor de 2 kilogramos de chocolate, galletas y caramelos todos los días.
Cultivan más del 70% de su alimento regular en el lugar, una mezcla de trigo, heno, pasto de centeno, maíz y habas. Pero la mezcla dulce viene de lotes recientemente expirados o imperfectos de las fábricas, incluyendo la popular marca Cadbury.
De cerca, huele genial, lo suficientemente como para comerlo.
“Cuando empecé a darle (dulces) de comer al ganado, la gente decía: ‘su carne tiene un sabor realmente único, nos encanta’”, dice Scott de Bruin, propietario de Mayura. “Siempre pensé que era debido a la región, o porque la gente no había probado carne completamente de Wagyu.
“Ambos factores contribuyen al sabor, pero la mezcla dulce es, sin duda, la parte más importante. Al ganado le encanta, ¡definitivamente saben cuándo es hora de alimentarse!”.
Su particular genética, por ejemplo, determina su particular marmoleado, que hace que la carne sea casi más blanca que roja.
En el momento en que el ganado come la mezcla dulce, ya ha dejado de crecer y ya no gana peso, por lo que la alimentación es 100% acerca del sabor.
La última palabra la tiene el chef Andrea Accordi, en el Hotel Four Seasons de Hong Kong:
“He probado mucha carne marmoleada, pero a veces el sabor no está presente. Mayura, sin embargo, da un equilibrio perfecto de grasa y carne. Es un sabor muy interesante y único, muy de nuez, y siento el toque de chocolate”.