(CNNMoney) – El ‘romance’ del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con el mandatario chino Xi Jinping pronto podría tener problemas a causa del comercio.
Trump criticó las prácticas comerciales de China durante su campaña por la Casa Blanca. Pero cuando los líderes se reunieron en abril pasado, expresó entusiasmo por su incipiente relación, aunque con una nota de precaución.
“Una tremenda buena voluntad y amistad se formó”, tuiteó Trump. “Pero solo el tiempo dirá acerca del comercio”.
Su gobierno incluso puso un cifra a ese tiempo: 100 días para que las dos economías más grandes del mundo avancen en las conversaciones.
El plazo se cumple este domingo. Las primeras concesiones de China en carne de res y servicios financieros estadounidenses mostraron un buen progreso inicial, pero las perspectivas no son prometedoras, dicen los analistas.
“Creo que nos dirigimos a un trayecto difícil”, dijo Charles Freeman, un exnegociador comercial de China para Estados Unidos. “Los desafíos en nuestra relación comercial no serán resueltos en 100 días y tampoco en mucho tiempo”.
El déficit comercial está creciendo
El mayor desafío ante los ojos de Trump es el enorme déficit comercial con China, un total de 310.000 millones de dólares el año pasado. Argumenta que la brecha entre las importaciones chinas y las exportaciones estadounidenses es evidencia de las pérdidas de empleos manufactureros ante China.
Y se vuelve cada vez mayor. El déficit se amplió en los primeros tres meses de 2017 con respecto al trimestre anterior.
Aún hay cientos de cuestiones que deben ser resueltas entre Estados Unidos y China. Las empresas todavía se quejan de las altas barreras de entrada al mercado chino.
La tensión por Corea del Norte no está ayudando
La decisión de Trump de vincular el comercio y la voluntad de China de apoyarse en Corea del Norte también están pesando sobre la relación.
“Le expliqué al presidente de China que un acuerdo comercial con Estados Unidos será mucho mejor para ellos si resuelven el problema norcoreano”, tuiteó Trump poco después de la reunión de abril.
Los analistas advirtieron entonces que Trump probablemente sufriría una decepción. China nunca presionaría al régimen de Kim Jong Un lo suficientemente fuerte como para forzar cambios significativos en su comportamiento porque eso podría llevar al colapso de un estado que Beijing ve como un amortiguador contra la influencia estadounidense.
El comercio entre China y Corea del Norte aumentó 10% en el primer semestre de 2017, pero Beijing sí redujo las importaciones de carbón, la fuente más importante de divisas de Pyongyang. Mientras tanto, Corea del Norte está avanzando con su programa de armas.
“Hemos pedido a Xi alguna ayuda con respecto a Corea del Norte, probablemente él podría hacer un poco más”, dijo Trump a periodistas esta semana.
Y Estados Unidos ha demostrado que está preparado para actuar si China y otros países no dejan de ayudar al régimen de Kim. Ya ha sancionado a un banco chino y a otras entidades, lo cual ha irritado a Beijing.
Los expertos creen que el gobierno de Trump pronto podría hacer movimientos similares contra otras empresas chinas.
“Corea del Norte es el comodín en el debate comercial”, dijo Freeman.
Pesan los aranceles sobre el acero
Otras cuestiones están enturbiando las conversaciones entre los dos países.
China y otras grandes economías temen que el gobierno de Trump imponga fuertes aranceles sobre sus envíos de acero a Estados Unidos.
Se espera que el Secretario de Comercio, Wilbur Ross, anuncie pronto los resultados de una investigación para determinar si el acero importado es un riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Las acciones de las empresas siderúrgicas estadounidenses se dispararon este jueves después de que Trump dijo que podría aplicar “cuotas y aranceles”.
“Están haciendo dumping con el acero, no solo China, sino otros. Destruyen nuestra industria siderúrgica, lo han estado haciendo durante décadas y lo voy a detener”, dijo Trump.
A pesar de la evidente tensión, los funcionarios estadounidenses y chinos podrían utilizar las conversaciones en Washington el próximo miércoles para lograr una nota más positiva.
“China tiene todos los incentivos para seguir promoviendo vínculos económicos con Estados Unidos y viceversa, a pesar de los recientes desarrollos geopolíticos que han estancado el impulso”, dijo Andrew Karolyi, profesor de Finanzas de la Universidad de Cornell.
“Estos representan las fluctuaciones normales de las relaciones bilaterales, pero las fuerzas de la globalización en la inversión y el comercio son a largo plazo e imparables”.
A principios de este mes, Trump tuiteó que él y Xi tuvieron una “excelente reunión sobre comercio y Corea del Norte” en la cumbre del G20 en Alemania.
¿Más pequeños pasos?
Pero no está claro si habrá mucho que mostrar sobre las conversaciones hasta ahora.
Gran parte de los logros fáciles fueron incluidos en la “cosecha temprana” que las dos partes anunciaron en mayo. Y Xi parece estar poniendo la estabilidad como prioridad ante la próxima reunión clave del liderazgo del Partido Comunista este otoño.
“Beijing no parece inclinado hacia ninguna reforma audaz este año, por lo que sería sorprendente si las negociaciones comerciales condujeran a alguna apertura dramática”, dijo David Dollar, un experto en China de la Brookings Institution, quien trabajó previamente en el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. “Probablemente serán movimientos pequeños que continuarán con el patrón de los últimos años”.
Patrick Gillespie contribuyó a este artículo.