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El misterio de los dinosaurios no escapa al arte: ¿por qué los pintamos así?
Por
Oscar Holland, para CNN
(CNN) – La paleontología puede considerarse una ciencia, pero detrás de ella hay arte.
Los intentos por imaginar la prehistoria siempre han involucrado conjeturas, gracias a fósiles que despiertan innumerables preguntas sin respuesta: desde el temperamento de los dinosaurios hasta la textura de su piel. Y durante casi 200 años, el paleoarte se ha dedicado a llenar las lagunas de nuestro conocimiento.
Reuniendo la ciencia disponible y su propia creatividad, los artistas de la paleontología han cautivado a generaciones amantes de los dinosaurios. Pero sus obras también ofrecen una visión sobre la ciencia y el arte de su época, de acuerdo a un nuevo libro que explora este tema.
1 de 9 | Tarbosaurus y anquilosaurio, por Konstantin Konstantinovich Flyorov (c.1955) – El ruso Flyorov, científico y director de museo, trabajó principalmente el color. Sus pinturas son de las más deslumbrantes e inusuales en el arte de la paleontología.
2 de 9 | Mamut, por Zdenek Burian (1941) – Las siluetas distintivas de los antiguos mamuts recuerdan aquellas grabas en las cuevas hace miles de años. Quizás Burian, quien pasó mucho tiempo imaginando el mundo prehistórico, sintió cierta afinidad con los artistas del Paleolítico, que pintaron inicialmente estos animales.
3 de 9 | Inostrancevia devorando un Pareiasaurus, por Alexei Petrovich Bystrow (1933) – Estas dos especies aparecieron constantemente en paleoarte de la era soviética. Konstantin Konstantinovich Flyorov, quien pintó a las mismas bestias al principio de su carrera, menospreciaba la interpretación de Bystrow, refiriéndose sarcásticamente al artista rival como "daltónico".
4 de 9 | El mundo primitivo, por Adolphe François Pannemaker (1857) – Para los primeros artistas de la paleontología, los huesos fósiles eran pizarras en blanco sobre las que podían proyectar sus propias creaciones imaginativas. La imagen de Pannemaker sirvió como portada para "El mundo antes de la creación del hombre" de W. F. A. Zimmerman en 1857.
5 de 9 | Tyrannosaurus y Edmontosaurus, por Ely Kish (1976) – Una de las pocas mujeres que trabajan en en esta área es la artista canadiense Ely Kish. Los animales de su obra resisten extremas condiciones meteorológicas, en escenas que pueden reflejar la creciente conciencia sobre el cambio climático global a lo largo de su vida.
6 de 9 | Laelaps por Charles R. Knight (1897) – Charles R. Knight era uno de los principales artistas estadounidenses de la paleontología. Estos depredadores probablemente representan a los paleontólogos Othniel C. Marsh y Edward Drinker Cope, cuya salvaje competencia definió la temprana paleontología de Estados Unidos.
7 de 9 | Ictosaurio and Plesiosaurio, por Edouard Riou y grabado por Laurent Hotelin and Alexandre Hurel (1863) – Desde el principio, artistas y científicos retrataron al ictiosauro y plesiosauro como enemigos a muerte. Los reptiles, que luchaban por encima de las olas, se convirtieron en el tema más frecuente en el paleoarte del siglo XIX.
8 de 9 | Sala de modelos en el Palacio de Cristal, por Philip Henry Delamotte (1853) – Los monstruos concretos se materializaron dentro de un taller en los terrenos del Palacio de Cristal, una estructura revolucionaria de vidrio y de hierro fundido que fue usada para albergar la gran exposición de 1851.
9 de 9 | Paleoarte: visions del pasado prehistórico – El nuevo libro de Taschen “Dinosaurs Are Forever: Visions of the Prehistoric Past” (Los dinosaurios son para siempre: visiones del pasado prehistórico) explora el arte de la paleontología a lo largo de la historia.
"Dinosaurs Are Forever: Visions of the Prehistoric Past" ("Los dinosaurios son para siempre: visiones del pasado prehistórico") indaga por la historia del paleoarte, desde los grabados del siglo XIX hasta las llamativas pinturas de óleo de la era soviética.
Se trata de una colaboración entre la escritora Zoë Lescaze, quien trabajó anteriormente como ilustradora arqueológica, y el pintor Walton Ford, que detalla cómo han evolucionado las representaciones de los dinosaurios desde el nacimiento del paleoarte, en la década de 1830.
Por ejemplo, un grabado de François Pannemaker, creado en 1857, retrata a dos dinosaurios serpentinos –uno con una diabólica lengua bífida diabólica– que se enfrentan mientras los volcanes estallan en el fondo. Por otro lado, los artistas de la posguerra como Ely Kish, quien pintó dinosaurios para el Museo Canadiense de la Naturaleza, optaron por el hiperrealismo informado en las investigaciones más recientes del momento.
A pesar de la diversidad de las obras de arte, cada visión del mundo prehistórico sirve para recordarnos dos cosas: la capacidad de imaginación de los seres humanos y los límites de nuestro conocimiento.