(CNN Español) – Las FARC tiene una imagen más favorable que los partidos políticos, según una encuesta de Invamer Gallup publicada por medios de comunicación colombianos.
El antiguo grupo guerrillero, que dejó las armas y esta semana adelanta su conferencia para definir las bases de lo que será el partido político luego de más de 50 años en la lucha armada, tuvo una desfavorabilidad del 84%, tres puntos menos que la opinión desfavorable de los partidos políticos del país, que obtuvieron un 87% en la más reciente encuesta de Gallup publicada este jueves.
El partido se llamará Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.
La favorabilidad de las FARC es del 12%, según esa encuesta, mientras que la de los partidos políticos es de 10%. El Congreso, por su parte, tiene la desaprobación más alta desde hace 17 años, con un 80% de imagen negativa.
La desfavorabilidad de las FARC está solo un punto porcentual por encima del sistema judicial colombiano, que tiene un 83% de imagen negativa y un 14% de imagen positiva.
Sin embargo, en dos meses, la percepción de los colombianos ante este grupo empeoró, pues en la encuesta bimestral de junio el entonces grupo armado tenía un 81% de desfavorabilidad y un 15% de imagen favorable.
El histórico de las encuestas de Invamer Gallup muestran que la imagen negativa de las FARC ha estado históricamente por encima del 90%, sobre todo durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), alcanzando un punto máximo de 97% dos días antes de la Operación Jaque, en julio de 2008.
Durante el gobierno de Juan Manuel Santos (2010-) las FARC tuvieron el punto más bajo de desfavorabilidad en febrero de 2017 con un 77% de imagen negativa y un pico histórico de favorabilidad desde el año 2000, del 19%.
Por su parte, en esta encuesta el presidente Santos tiene un 72% de desfavorabilidad frente a un 25% de favorabilidad.
La encuesta se llevó a cabo entre el 19 y el 29 de agosto. Se encuestaron a 1.200 personas de Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga, las cinco principales ciudades del país.
¿Crisis de confianza en la política?
La desconfianza en los partidos políticos colombianos es el resultado de los más recientes casos de corrupción que se han destapado en Colombia. Esto según Jorge Giraldo, magister en filosofía política y decano de la facultad de Humanidades de la Universidad EAFIT, en Medellín.
“La desfavorabilidad se ha agravado por los fenómenos de corrupción que se han hecho más evidentes en los últimos cuatro años”, le dijo Giraldo a CNN en Español.
El país ha conocido casos de corrupción como el de Odebrecht, en el que las campañas presidenciales habrían sido financiados con millonarios pagos. Así mismo uno de los casos más insólitos de los últimos tiempos: el fiscal anticorrupción, Luis Gustavo Moreno, fue acusado de corrupción. En este caso también están involucrados magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes.
Y esto ha dañado la confianza de los ciudadanos: en la más reciente encuesta de Gallup la Corte Suprema de Justicia tiene un nivel histórico de desfavorabilidad de 72%, el nivel más alto desde junio de 2008.
“La reciente trama de corrupción es un caso gravísimo porque se trata de cómo las altas cortes prácticamente someten la rama judicial y a gran parte de las instituciones públicas, a todo el Estado de derecho a una trama de corrupción”, añadió Giraldo.
La desconfianza en los partidos es tanta, que para las elecciones de 2018 más de una veintena de candidatos, según Caracol Radio, buscan postularse a través de la recolección de firmas y no avalados por partidos políticos.
Y sobre el fenómeno de las FARC, su “baja” desfavorabilidad, se explica en que ya no son un “factor de violencia” tras su desarme.
“Hoy las FARC son un grupo que está en la vida civil, que se desarmó, no son un factor de violencia y desde hace 3 años cuando se declaró el cese bilateral… han dejado de ser un factor de perturbación a la sociedad colombiana”, dijo Giraldo.
Por eso, añade él, las FARC son de alguna forma un problema del pasado y la corrupción un factor del presente.