(CNN) – La mayor batalla legal que se haya dado en el mundo por una selfie por fin llegó a su fin.
La organización Personas por el Trato Ético a los Animales (PETA, por sus siglas en inglés) y el fotógrafo británico David Slater llegaron a un acuerdo en una disputa sobre quién era el dueño de los derechos de una selfie de un mono.
En el 2011, Slater estaba haciendo un trabajo en Indonesia cuando una macaca de 7 años llamado Naruto le quitó la cámara y se tomó una foto de ella misma, según dicen los documentos del caso en la corte.
PETA, que defiende los derechos de los animales, argumentó que al republicar la foto se estaban violando los derechos de Naruto.
Ahora, gracias al acuerdo que acaban de alcanzar en una corte de Estados Unidos, Slater donará el 25% de cualquier ingreso futuro que derive del uso o venta de la selfie del animal a organizaciones de caridad que protejan el hábitat y bienestar de los macacos en Indonesia, según una declaración conjunta publicada en la página web de PETA.
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“PETA y David Slater están de acuerdo en que este caso plantea cuestiones importantes y de vanguardia sobre la expansión de los derechos legales a animales que no son humanos, un objetivo que ambas partes apoyan, y continuarán en sus respectivos trabajos para alcanzar ese objetivo”, dice el comunicado.
La pelea por los derechos de la foto comenzó luego de que la imagen se publicó en Wikipedia, tras lo cual Slater le pidió a esa plataforma gratuita que retirara la foto, en el 2014.
Sin embargo, Wikipedia argumentó que la foto no estaba protegida por derechos de autor porque la tomó un animal y los animales no tienen derechos de autor, según el analista legal de CNN Danny Cevallos.
La selfie y la larga batalla legal atrajeron la atención de distintos países y plantearon complejas preguntas legales sobre los derechos de autor y las obras de arte cuando se trata de animales.
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PETA demandó a Slater y su empresa en el 2015 y argumentó que publicar y vender las fotografías que tomó Naruto era violar sus derechos, según la Ley de Propiedad Intelectual.
Los acusados aseguraban que Naruto no era dueña de sus derechos de autor, por ser un animal. Una corte estuvo de acuerdo con ese argumento, según una sentencia provisional de enero del 2016, pero PETA apeló la decisión.