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Un terremoto para recordar la fragilidad y la entereza
Por
Krupskaia Alís, CNN en Español
(CNN Español) -- Fueron unos cuántos segundos, después de las 13:14 de otro 19 de septiembre. La Ciudad de México de pronto se quedó en silencio, como un respiro contenido.
Pasado el estupor, el miedo y la incertidumbre, un ejército de voluntarios llenaron las calles y comenzaron a distribuirse en los lugares donde pensaron que podrían ser necesarios. Y lo eran.
El terremoto entonces se convirtió en un asunto de todos.
Una señora con una pequeña lámpara roja organizaba el tránsito en un sector de la Avenida Insurgentes, la más larga de la capital, que cruza de norte a sur.
Otros más realizaban cercos humanos para impedir el paso hacia las zonas que podrían resultar peligrosas.
En las colonias Roma y Condesa, dos de las más afectadas, los vecinos se multiplicaron. De pronto tenían en sus manos guantes de carnaza, picos, palas.
Otros en tanto, organizaban improvisados albergues y otros más recolectaban comestibles y agua, nadie sabe bien de dónde porque la mayor parte de las tiendas habían cerrado sus puertas.
También dispusieron de servicios gratuitos de veterinarios, psicólogos, constructoras con equipos, hasta los que ofrecían un teléfono para buscar a familiares.
Así por horas, ayudando a mover piedra por piedra, en la urgencia que impone saber qué hay personas atrapadas y que cada instante cuenta.
1 de 16 | México y los mexicanos no se rinden ante el dolor. La tragedia que hoy los enluta ha sacado a relucir la solidaridad de todo un pueblo. (Getty Images)
2 de 16 | Minutos después de que la tierra se remeció devorando lo que encontrara a su paso, decenas de rescatistas, bomberos, policías y voluntarios se entrelazaron para ayudar a las víctimas. (Getty Images)
3 de 16 | Empezaba una carrera contrarreloj por salvar a las personas atrapadas por el fatídico terremoto de este martes 19 de septiembre. (Getty Images)
4 de 16 | También surgieron de inmediato héroes anónimos para ayudar a los heridos y sobrevivientes del sismo que dejó centenares de muertos. (Getty Images)
5 de 16 | Al embate de la naturaleza los mexicanos respondieron con su naturaleza fraterna y se volcaron en ayuda a los afectados. (Getty Images)
6 de 16 | Un voluntario pide silencio durante la búsqueda de sobrevivientes en una de las zonas más afectadas por el terremoto de magnitud 7,1, según el USGS. (Getty Images)
7 de 16 | A las docenas de muertos se sumaron muchos heridos, como esta mujer que es atendida por una asistente médica en un espacio improvisado. (Getty Images)
8 de 16 | Un bombero y un rescatista buscan alguna señal de vida entre grietas y escombros causados por el devastador terremoto. (Getty Images)
9 de 16 | Voluntarios distribuyen agua y otras bebidas donadas en un punto de distribución, mientras la búsqueda de supervivientes continúa en la Ciudad de México. (Getty Images)
10 de 16 | Un soldado, un bombero y una voluntaria buscan sobrevivientes en otro edificio colapsado por el sismo en la Ciudad de México. (Getty Images)
11 de 16 | Personas que se visten de héroes anónimos para asistir a los afectados con alimentos y otros suministros donados en un punto de distribución. (Getty Images)
12 de 16 | Personal médico organiza algunos suministros y medicinas para atender a los heridos y otras víctimas del terremoto. (Getty Images)
13 de 16 | Las mascotas también sintieron la solidaridad de los rescatistas en medio de la tragedia. (Getty Images)
14 de 16 | A lo largo de la tragedia se vieron escenas como esta, donde las autoridades de rescate se jugaban las vidas por salvar las de otros. (Getty Images)
15 de 16 | México no se rinde ante la tragedia. Después del rugir de la tierra se oye el eco de todo un pueblo que grita "Fuerza México". (Getty Images)
16 de 16 | Nuestras oraciones para México y los mexicanos. #FuerzaMéxico (Getty Images)
Ellos, posponiendo el duelo, porque la ciudad también duele, dejando el corazón en las aceras, levantando el puño cuando los rescatistas pedían silencio, o alertando ante las múltiples fugas de gas que se registraron.
Un terremoto de 7,1 para recordar no solo la fragilidad sino la entereza y las múltiples formas que aquí existen de abrazar profunda y generosamente.