(CNN Español) – “Ser joven y encontrar trabajo no es fácil en países como El Salvador”, asegura Rosa Gutiérrez, mientras espera a ser atendida en el Instituto Nacional de la Juventud (INJUVE) en la colonia Zacamil, en San Salvador, una de cuatro oficinas a nivel nacional que funcionan para apoyar a jóvenes con capacitaciones e inserción laboral.
Gutiérrez dice que el año pasado trabajaba en una venta de chocolate en atención al cliente, pero fue despedida poco tiempo después “esa plaza se acabó porque no mucho se vendía” y se ha visto obligada a buscar de nuevo un empleo.
Una tarea difícil para jóvenes entre los 18 y los 29 años ya que un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estableció que podía tardar hasta tres años en encontrarlo, un periodo que se reducía si el aspirante tiene estudios universitarios. “Está muy difícil encontrar un trabajo, he estado metiendo papeles en todos los lugares y no no ha salido” asegura Gutiérrez.
Las razones
En parte, la falta de empleo obedece a que muchas industrias han incorporado tecnologías en sus procesos de producción. Un estudio sobre “Tecnologías Exponenciales” del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE) revela que en la región muchos jóvenes están desempleados en actividades no tecnológicas poco productivas y con riesgo de ser desplazados por la automatización.
“Análisis presentados por el Banco Mundial sugieren que hasta dos terceras partes de los trabajos actuales en Centroamérica pueden ser desplazados por las tecnologías ya existentes” sostiene Jaime García, Director del Centro Latinoamericano de Competitividad y Desarrollo Sostenible (CLACDS) de INCAE.
La llamada cuarta revolución industrial o la era digital está cambiando los procesos de producción. Una de las características de esta era, según el informe, es que se mueve a una velocidad sin precedentes. “Habrá, en 2020, más personas en el mundo con acceso a teléfono celular que a electricidad”. Además, borra barreras entre lo físico y lo digital.
Un informe del Foro Económico Mundial (2016) advierte que “el 65% de niños que hoy ingresarán a primaria terminarán en empleos que aún no se han inventado”.
Según García, análisis del Banco Mundial (BM) indican que “hasta dos terceras partes de los trabajos actuales en Centroamérica pueden ser desplazados por las tecnologías ya existentes”
Por eso, INCAE recomienda a los gobiernos fortalecer programas educativos y adaptarlos a las nuevas exigencias. “Tenemos que ser mejores en términos de matemáticas, mejores en términos de lectura pero también trabajar cuestiones como por ejemplo un pensamiento crítico, pensar también en como comunicar mejor las ideas y sobre todo como agregar innovación” sostiene García.
Alternativas para los jóvenes
En El Salvador, el Instituto Nacional de la Juventud (INJUVE) es el responsable de apoyar a los jóvenes, capacitarlos para un empleo o guiarlos para impulsar un negocio propio.
Con cuatro sedes en todo el país, el INJUVE, a través del programa “Jóvenes con todo” ha atendido, entre enero y agosto 5.750 jóvenes y estima que cerrará el año con 13.000 capacitaciones aproximadamente.
De acuerdo a Yeymi Muñoz, Directora de INJUVE, los jóvenes reciben, inicialmente, un módulo general sobre habilidades y competencias para la vida y para el trabajo. A partir de ahí, tienen varias opciones. “Si no han terminado los estudios pueden terminarlos a través de la reinserción educativa o la otra opción es poner un negocio propio” asegura Muñoz.
En los casos que los jóvenes ya han terminado su bachillerato o educación media pueden optar a una beca para carreras técnicas durante dos años. “Los jóvenes han elegido cocina internacional, un técnico en laboratorio químico, técnico en ingeniería civil, ingeniería eléctrica, técnico en mantenimiento de computadoras y creación de redes”, entre otras afirma Muñoz.
Para que estos jóvenes puedan tener oportunidades de emplearse, el estudio de INCAE recomienda a los gobiernos de la región impulsar procesos que promuevan el desarrollo estratégico y en ese esfuerzo debe participar el sector privado, o de lo contrario no tendrá mano de obra calificada que le permita competir con países que ya hacen uso de la tecnología.