(CNNMoney) – En algunas partes del mundo, un simple plato de comida puede costar más de lo que sus habitantes ganan en un día de trabajo.
Esa es la conclusión de un nuevo estudio realizado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas y la compañía de tarjetas de crédito Mastercard, que pone al desnudo el costo real de alimentarse en el mundo. En algunos países, comprar una comida puede costar el equivalente de cientos de dólares, asegura el estudio.
En el estado de Nueva York, por ejemplo, una simple porción de arroz con frijoles cuesta 1,2 dólares, cerca del 0,6% del ingreso diario promedio allí. En Sudán del Sur, en cambio, ese mismo plato representaría un día y medio de ingresos. Es como si un habitante de Nueva York tuviera que desembolsar 322 dólares para comer arroz y frijoles.
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Estos son los cinco países más caros del mundo para comprar un plato de comida, basado en los ingresos promedio diarios de las personas, según el estudio:
1. Sudán del Sur: 321,7 dólares, respecto al poder adquisitivo de una persona en Nueva York (155% del ingreso diario promedio en Sudán del Sur).
2. Nigeria: 200,3 dólares, respecto al poder adquisitivo de alguien en Nueva York (121% del ingreso diario promedio en Nigeria).
3. Deir Ezzor, Siria: 190,1 dólares, respecto al poder adquisitivo de Nueva York (115% del ingreso diario promedio en Siria).
4. Malawi: 94,4 dólares, respecto al poder adquisitivo de Nueva York (45% del ingreso diario promedio en Malawi).
5. Congo: 82,1 dólares, respecto al poder adquisitivo de Nueva York (40% del ingreso diario promedio en Congo).
Los investigadores dicen que su objetivo era “resaltar algunas de las verdaderas razones por las que los países suelen terminar en un círculo vicioso de pobreza, conflicto e inseguridad”.
En marzo pasado, más de 20 millones de personas de cuatro regiones devastadas por guerras –Sudán del Sur, Yemen, Somalia y el noreste de Nigeria– sufrían de hambruna, según Naciones Unidas.
El nuevo estudio sobre la comida es un “crudo recordatorio de cómo el conflicto puede crear desigualdades crueles en términos de acceso a la comida”, dijo el director del Programa Mundial de Alimentos , David Beasley.