(CNNMoney) – Kurt Fowler y su esposa, Trina, celebraban su aniversario de bodas número 18 en el festival de música country en Las Vegas cuando comenzó el tiroteo. Fowler de 41 años sabía que había recibido un disparo en el tobillo y no podía correr. Él se escondido bajo el escenario hasta que cesaron los disparos.
“Sabía que mi pie estaba completamente inútil”, dijo Fowler, un bombero de la Ciudad de Lake Havasu, Arizona, y padre de tres. Se sometió a una cirugía, pasó casi dos semanas en el hospital y aún podría necesitar otra operación. También necesitará rehabilitación y visitas de seguimiento con un especialista.
Fowler tiene un seguro de salud PPO de Blue Cross Blue Shield a través de su trabajo, pero dijo que no sabe cuánto tendrá que pagar de su propio bolsillo por la atención que recibe. Sin embargo, en una era de deducibles más altos y una selección limitada de médicos dentro de la red, sabe que podría recibir cuentas médicas costosas.
Su tarjeta de seguro dice que su deducible individual es de $5.000 dólares y su coseguro es del 20%. Fowler añadió que no sabía cuánto cubriría su plan de salud por recibir atención fuera del estado.
“Los gastos médicos son astronómicos estos días”, dijo Fowler desde su cama en el Sunrise Hospital & Medical Center en Las Vegas. “Es una montaña que simplemente no parece que se pueda escalar, pero haremos nuestro mejor esfuerzo”.
Mientras cientos de sobrevivientes luchan por recuperarse emocional y físicamente del ataque del 1 de octubre, comienzan a aceptar el costo financiero de la violencia perpetrada contra ellos. Incluso aquellos que están asegurados podrían enfrentar costos incalculables en una ciudad que solo visitaban.
El costo total de la atención médica por sí solo podría alcanzar las decenas de millones de dólares, asegura Garen Wintemute, quien investiga la violencia armada en la Universidad de California-Davis.
Y eso es sólo el comienzo. Muchos sobrevivientes estarán fuera del trabajo durante meses, si es que pueden regresar.
“Realmente no tenemos un buen manejo de los costos intangibles de algo como esto … el efecto dominó en la familia, los amigos y los vecindarios cuando le han disparado a un gran número de personas”, dijo Wintemute.
Más de 100.000 personas reciben disparos cada año en EE. UU., según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Eso genera gastos de alrededor de $2.800 millones de dólares por año solo en salas de emergencia y hospitalización, según un estudio reciente en Health Affairs. El valor promedio de la factura en la sala de emergencia para una sola víctima que recibió un disparo es de $5.254 dólares y el costo promedio por hospitalización es de $95.887 dólares, según el estudio.
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Los senadores estadounidenses por el estado de Nevada, Dean Heller y Catherine Cortez Masto, escribieron una carta a America’s Health Insurance Plans, un grupo comercial de la industria de la salud, y a Scott Serota, director ejecutivo de Blue Cross Blue Shield Association, solicitando ayuda con cuentas fuera de la red, copagos y deducibles para las víctimas del tiroteo en Las Vegas. Muchas de las personas que recibieron un disparo viajaron desde otros estados, entre los que se incluyen California, Iowa y Tennessee.
California y algunos estados protegen a los consumidores de tales facturas, pero Nevada no es uno de ellos, comentó Sabrina Corlette, profesora de investigación en el Centro de Reformas de Seguros Médicos de la Universidad de Georgetown. Pero Corlette dijo que la mayoría de las aseguradoras permiten que los pacientes soliciten excepciones según las circunstancias.
“En esta situación, me imagino que la mayoría de las aseguradoras van a querer ser compasivas y resolver algo”, agregó.
Las víctimas y sus familias no son las únicas que se verán afectadas financieramente por el tiroteo. Los contribuyentes también se hacen cargo de gran parte de los costos de atención médica asociados con violencia armada porque muchos pacientes están cubiertos por Medicaid y Medicare, dos programas de seguro del gobierno.
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Y los hospitales también serán responsables de algunos de los servicios médicos para los pacientes que no tienen seguro. Los hospitales de Las Vegas se movilizaron rápidamente para tratar a las cientos de víctimas que ingresaron esa noche, y aún no saben qué parte de la atención les será reembolsada.
En Sunrise Hospital & Medical Center, el personal atendió a más de 200 pacientes. Sunrise planea presentar reclamos de seguros y será “extremadamente sensible al estado financiero” de los pacientes cuando consideren lo que deben pagar de sus bolsillos, dijo una portavoz.
Valley Hospital Medical Center le pide a los pacientes que hagan los trámites para un programa estatal llamado Nevada Víctimas del Crimen Violento, que pagaría sus saldos. Y Dignity Health-St. Rose Dominican dijo que le pasará la factura a las aseguradoras y aceptará donaciones, pero no exigirá el pago de las víctimas.
Los sobrevivientes de California también pueden obtener ayuda con los gastos médicos y la pérdida de ingresos de la Junta de Compensación para Víctimas de California.
Además, una cuenta GoFundMe iniciada por un comisionado del Condado de Clark ha recaudado $11 millones de dólares hasta el momento. Y muchos sobrevivientes tienen cuentas individuales de GoFundMe.
La página GoFundMe de Fowler ha recaudado alrededor de $39.000 dólares. Fowler dijo que no tiene seguro por discapacidad, así que dependerá de los fondos recolectados cubrir sus gastos de recuperación y el tiempo que esté fuera del trabajo.
Michael Caster, de 41 años, que vive en Indio, California, tiene una cuenta GoFundMe que ha recaudado unos $26.000 dólares hasta ahora. Él está paralizado de la cintura para abajo después de que una bala se alojara en su espina dorsal.
En el Hospital Sunrise, los médicos drenaron la sangre de los pulmones de Caster y extrajeron algunos de los fragmentos de la bala. Caster tuvo que permanecer en una cama de hospital 11 días después del tiroteo y comentó que él no sabía qué tanto de su atención médica sería cubierto por su seguro de salud.
Él trabaja en recursos humanos en un hospital de California y tiene una póliza de trabajo patrocinada por Anthem Blue Cross. “Realmente nunca he lidiado con una lesión”, expresó. “No quiero tener un montón de facturas”.
Sus cuentas podrían aumentar aún más: ese día, estaba programado para ser trasladado vía aérea a un centro de rehabilitación en Colorado para personas con lesiones en la médula espinal.
La hija de Mary Moreland, Tina Frost, que recibió un disparo durante el festival de música country, contó que al principio no entendía por qué tantas familias estaban organizando eventos para recaudar fondos. Entonces, la severa tensión financiera que conllevaría el tiroteo la hizo caer en cuenta.
Ahora, Moreland dijo que está agradecida por los casi $580.000 dólares recaudados a través de GoFundMe.
Frost, una residente de San Diego, tuvo cirugía cerebral de emergencia la noche del tiroteo. Una bala le perforó el ojo y explotó en su cerebro. Mientras estaba en la unidad de cuidados intensivos a principios de este mes, su madre explicó que las pequeñas mejoras eran hitos importantes. “Hoy ella me apretó las manos”, dijo Moreland.
La noche siguiente, Frost salió de un coma inducido médicamente y luego fue trasladada al Hospital Johns Hopkins en Baltimore, cerca de la casa de su madre. Durante las próximas semanas y meses, necesitará operaciones múltiples y una gran cantidad de especialistas, incluidos neurocirujanos, cirujanos plásticos, terapeutas ocupacionales y consejeros de salud mental.
Moreland dijo que ni siquiera puede comenzar a imaginarse cuánto costará la atención médica de su hija. Frost tiene un seguro de Blue Cross a través de su trabajo en Ernst & Young en San Diego, pero Moreland dijo que no sabe cuáles son los montos del deducible y los copagos.
“Siendo realista, sabiendo lo que sé sobre costos médicos, es aterrador”, aseguró Moreland. “Pero ella está viva. No es una de las otras 58 personas”.
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