(CNN Español) – El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este domingo la designación del mayor general Manuel Quevedo como nuevo ministro de Petróleo de Venezuela y también como presidente de la estatal petrolera, PDVSA. Con esta designación, Quevedo sustituirá a Nelson Martínez, quien era presidente de la empresa y a Eulogio del Pino, quien se desempeñaba como ministro de Petróleo respectivamente.
Según el presidente Maduro, el cambio representa el inicio de una profunda reestructuración petrolera que busca combatir la corrupción interna pero también dar inicio a la diversificación de la economía venezolana.
“Ya basta de vagabunderías, vamos a una reestructuración total de PDVSA. Por eso anuncio para encabezar esta reestructuración, esta revolución dentro de la revolución, dentro de la nueva PDVSA conquistada por nuestro comandante Hugo Chavez en las batallas del 2002, 2003, anuncio la designación del mayor general Manuel Quevedo, como nuevo presidente de la industria petrolera, nuestra amada PDVSA. Asumo la responsabilidad plena de esa transformación revolucionaria y de los pasos que vamos a dar contra la corrupción, contra el bandidaje, para la limpieza de PDVSA”, advirtió.
El nombramiento de Quevedo ha sido visto con preocupación por parte de algunos expertos petroleros y financieros consultados por CNN, quienes aseguran que el militar venezolano no tiene la capacidad ni la experiencia para dirigir la empresa más grande e importante del país. En 2014, durante el marco de las protestas antigubernamentales que dejaron un saldo de 43 muertos, Quevedo se desempeñó como jefe del Comando Regional Número 5 de la Guardia Nacional Bolivariana y fue señalado por sectores opositores venezolanos de reprimir a los manifestantes, hechos que el gobierno niega. Quevedo no se ha pronunciado al respecto.
En 2015 fue puesto al frente del Ministerio de Vivienda y dirigía la Misión Vivienda, uno de los programas sociales del gobierno venezolano. Según el presidente Maduro, Quevedo tiene experiencia financiera, pero es su disciplina militar la que el mandatario busca para cumplir con el proceso anticorrupción; un proceso que no contará con su completa atención. Maduro le encargó enfocarse un 80 % en maximizar la producción de PDVSA y el 20 % restante dedicarlo a la Misión Vivienda.
Además, los expertos consultados ven con desconfianza la asignación de militares en cargos públicos, logrando ya el control de 9 de los 14 ministerios del país, incluyendo áreas importantes como economía, seguridad, desarrollo territorial, obras, servicios públicos y ahora, petróleo.
Estos expertos aseguran que esta “militarización” es una estrategia del gobierno “para prevenir rebeliones o alzamientos armados en medio de un país repleto de descontento”, con altos niveles de escasez de alimentos y medicinas, altos índices de inseguridad y con una economía decadente que sostiene uno de los índices inflacionarios más altos del mundo. Pero incluso en medio de estos problemas asignar a un militar para controlar PDVSA —en palabras de los analistas— es “entregar a los uniformados las joyas de la corona”.
La preocupación se agudiza al reconocer que los problemas de PDVSA van más allá de los casos de corrupción.
Según la calificadora crediticia Standard and Poor’s, la petrolera está en riesgo de cesación de pagos y, según una investigación de la Asamblea Nacional Venezolana publicada en 2016, entre 2004 y 2014 PDVSA malversó unos 11.000 millones de dólares.
A esto se une un informe reciente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, la OPEP que revela que PDVSA —alguna vez considerada una de las empresas más eficientes del sector petrolero mundial— produjo menos de 2 millones de barriles de petróleo por día, el nivel más bajo desde 1989. Por esta caída en producción, PDVSA no está aprovechando el leve aumento en los precios de crudos registrado actualmente en los mercados internacionales.
En este contexto, dicen los expertos, asignar PDVSA a una persona con baja experiencia petrolera es una apuesta peligrosa para un país económicamente débil “ya que cuando la empresa estornuda, a Venezuela le da neumonía”.
Las críticas contra las decisiones del gobierno venezolano en el tema PDVSA no se quedan dentro de las filas opositoras.
Recientemente el expresidente de PDVSA, hombre de confianza de Hugo Chávez y ahora embajador de Venezuela en Naciones Unidas Rafael Ramírez criticó la manera como el gobierno venezolano está manejando la empresa petrolera.
En un artículo titulado “La Tormenta”, Ramírez dijo que siempre sostuvo conversaciones con Chávez y que ambos estaban claros de los problemas que enfrentaba PDVSA ante el reto del sistema cambiario venezolano. Y celebra, que, a pesar de ello, pudieron mantener la producción al máximo nivel.
Sin embargo, asegura que, tras la llegada de Nicolás Maduro al poder, “…no se obtuvo el apoyo necesario para avanzar en un conjunto de medidas” dentro de la empresa y que en “algunos casos se impuso la desconfianza, prejuicios y desconocimiento que entorpecieron el trabajo”.
Varios sectores oficialistas rechazaron las críticas de Ramirez, a lo que este contestó lo siguiente vía Twitter:
“Quien me ataque a mí debe pensar un poquito, solo un poco, porque Chávez me tuvo 12 años a su lado. Pero, además, cuando estaba muriendo solo llamó a cuatro y yo estaba allí. Así es que ningún advenedizo me puede venir con cuentos a mí. ¡Viva Chávez! ¡Venceremos!”.