(CNN) – Tras una semana de algunas críticas por no mencionar por su nombre a los refugiados rohinyás en Myanmar, el papa Francisco explicó el sábado su controvertida decisión y dijo que no quería arriesgarse a la suspensión del diálogo con los líderes del país.
“De haber dicho esa palabra, me habría cerrado la puerta”, dijo el papa a periodistas durante el vuelo de regreso desde Bangladesh.
“Lo que yo pienso al respecto ya es bastante conocido”, dijo Francisco, añadiendo que él mencionó la situación de los refugiados varias veces desde El Vaticano.
El papa dijo que en sus reuniones privadas tuvo la posibilidad de ir más allá que sus palabras públicas.
“No tuve el placer de dar un portazo público con una denuncia”, dijo el papa, “sino que tuve la satisfacción del diálogo”.
El papa dijo que había pedido como condición para el viaje reunirse con los rohinyás, pero que no había sido logísticamente posible visitar el campo de refugiados, aunque a él le hubiera gustado.