(CNN) – La gran apertura del aeropuerto Willy Brandt Brandenburgo de Berlín estaba programada para junio de 2012, y el mundo de la aviación estaba listo para el evento.
Miles de voluntarios participaron en pruebas finales previo a las semanas del gran día. Los medios de comunicación se prepararon para un cubrimiento completo del evento, al que asistiría la canciller de Alemania Ángela Merkel y otra gran cantidad de invitados VIP.
Incluso Lufthansa iba a llevar una de sus nuevas adquisiciones, el Airbus A380, para el vuelo inaugural hacia Frankfurt.
Pero entonces ocurrió lo inesperado: la inauguración de la nueva joya arquitectónica tuvo que suspenderse a último minuto debido a “problemas técnicos”.
Seis años después el aeropuerto aún no se ha inaugurado.
Ni un solo vuelo comercial ha usado la terminal aérea de vanguardia y no hay una fecha oficial para la inauguración.
La construcción del aeropuerto de Berlín Brandenburgo sigue siendo un fiasco absoluto, y lo que más sorprende es el hecho de que está en un país que es conocido por su destreza en la ingeniería.
¿Qué salió mal?
Una falla en el sistema de protección contra incendios ha tenido la mayor parte de la culpa. El sistema ideado demostró ser extremadamente complejo.
Se prevé que, en caso de incendio, el humo se bombee hacia abajo, por debajo de la estructura de la terminal, en lugar de ir hacia arriba a través del techo según el flujo natural de aire caliente.
Pero ese no fue todo el problema. Mientras el tiempo avanzaba, se evidenciaron otros problemas como recalentamiento de los cables, escaleras mecánicas demasiado cortas y fallas estructurales graves en el techo, solo por nombrar algunas.
En definitiva, se descubrió que el trabajo de construcción no cumplía con los requisitos reglamentarios, lo que significaba que muchos elementos tenían que comenzar desde cero.
Se estima que ya se han invertido más de 7.000 millones de dólares en el nuevo aeropuerto, que aún no funciona.
Y la demora en la entrada en servicio está creando una serie de complicaciones para las autoridades alemanas, como por ejemplo el futuro del aeropuerto Tegel, que continúa siendo el principal puerto internacional de Berlín.
Se esperaba que Tegel cerrara tan pronto como el aeropuerto Brandenburgo entrara en servicio, pero ha seguido funcionando todos estos años.
El plan original era que el sitio fuera usado para una variedad de operaciones, entre otros, un centro de innovación y un parque de negocios.
Pero ahora está bajo constante cuestionamiento ya que los residentes locales votaron para mantener abierto el aeropuerto en un referéndum celebrado el 24 de septiembre.