(CNN Español) – Noé Hernández está condenado a 14 años de prisión el delito de acoso sexual. En 2012, un tribunal de San Salvador lo encontró responsable. “Desde entonces mi vida cambió”, dice este enfermero de profesión, quien al momento de ser condenado trabajaba en el Hospital Siquiátrico.
Hernández es uno de los 1.200 reos que han sido seleccionados para trabajar reparando escuelas públicas. “Todos estos años me han servido para descubrir habilidades que las tenía ocultas para rectificar mis errores y decirle a la sociedad que soy una persona útil” asegura.
Este lunes, la Dirección General de Centros Penales de El Salvador lanzó en el municipio de Sonzacate, a 60 kilómetros de San Salvador, el programa que busca en 2018 reparar por lo menos mil escuelas públicas.
Medio centenar de reos, con pala en mano, preparaban el terreno para construir un muro en el centro escolar Humberto Romero Albergue. “De esta manera se va a evitar que personas que no sean estudiantes ingresen a la escuela” dice Héctor Orellana, alcalde de Sonzacate.
“Los reos ponen la mano de obra y como alcaldía vamos a colaborar con los materiales de construcción, entre ladrillo, grava, arena, madera y todo”, agrega Orellana.
Los reos trabajan bajo la atenta mirada de custodios, pero las autoridades dicen que no hay riesgo de fuga y por lo tanto “no será necesario usar tanto personal para llevarlos desde la prisión hasta las escuelas”, afirma Francisco Rivera, director del Centro de Detención Menor “La Esperanza”.
Los reos llegarán todos los días a los centros escolares mientras duren los trabajos.”Ellos van a recibir, por cada día trabajado, dos días de su pena”, agrega Rivera.
Otro grupo trabajará en el mantenimiento y reparación de calles. Con este tipo de programas, dicen las autoridades, además del beneficio a la sociedad, buscan preparar a los reos que en los próximos años van a recuperar la libertad.