(CNN) – The Washington Post reportó la semana pasada que el fiscal especial que investiga la trama rusa, Robert Mueller, le dijo al equipo legal de Donald Trump que su oficina podría buscar una entrevista con el presidente. Trump dijo que estaría dispuesto a ser entrevistado por el equipo del fiscal Mueller, pero recientemente dijo “veremos qué pasa”.
Una entrevista de alto riesgo entre Trump y el fiscal especial encargado de investigar la interferencia rusa en las elecciones de 2016 y la pregunta de si hubo vínculos con la campaña de Trump, sería una situación política y legal transcendental.
El equipo de Opinión de CNN les pidió sus observaciones a dos expertos —James Gagliano, un agente del FBI retirado que trabajó durante 20 años en esa institución, y Paul Callan, un exfiscal—sobre si Trump debía reunirse con Mueller y si es así, bajo qué circunstancias debería hacerlo.
James Gagliano, exagente del FBI: Trump debería testificar
Muchos analistas legales, incluyendo a Paul Callan, argumentan que ningún abogado hábil que valga la pena le aconsejaría al presidente aceptar una entrevista formal con el fiscal especial Robert Mueller.
La estrategia de defensa criminal más común —y segura— le da una gran importancia a limitar la exposición de un cliente. En boca cerrada no entran moscas, como dice el viejo refrán.
Pero yo abogaría por un enfoque legal menos convencional para un presidente totalmente poco convencional por estas cuatro razones:
Primero, hay una razón para creer que Mueller no está construyendo un caso fuerte contra el presidente en el tema de colusión.
Las acusaciones presentadas contra Paul Manafort, el exgerente de campaña de Trump, y Rick Gates, el socio de negocios de Manafort, estaban relacionadas con conspiración y lavado de dinero que supuestamente tuvo lugar antes de que trabajaran en la campaña.
Entre tanto, Michael Flynn y George Papadopoulos, se declararon culpables de mentirles a agentes del FIB, crímenes de procesos secundarios, lo que significa que hubo una conducta criminal (mentir) relacionada con la investigación de un crimen, pero no complicidad en el crimen que se está investigando.
En otras palabras, ninguno de los ayudantes de campaña de Trump arriba mencionados han sido acusados en un esquema subyacente relacionado con cooperación ilegal con el Kremlin para desviar la elección.
Esto es crítico, porque podría significar que Trump solo necesita temer a potenciales cargos de obstrucción de la justicia relacionados con sus interacciones con el exjefe del FBI, James Comey, o cargos de declaraciones falsas si explícitamente le miente a los investigadores.
Para aquellos que están inclinados a creerle al presidente, quien repetidamente ha defendido su inocencia, el sabio consejo legal sería ayudar a llevar la investigación del fiscal especial a una conclusión.
Las entrevistas con los investigados son un acto final de melodrama judicial. Al acordar reunirse con los investigadores y decirles la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, Trump ayudaría a cerrar este capítulo definitivamente. Y, con suerte, Estados Unidos siga adelante.
Segundo, si Trump y sus abogados conocen más detalles sobre el caso que Mueller intenta construir con él, estarán en una mejor posición para contrarrestar posibles acusaciones.
La información lo es todo en el juego del gato y el ratón en nuestro sistema legal.
En esencia, Trump estaría siguiendo las sabias palabras de Sun Tzu, el estratega militar chino, quien dice que “si conoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, no tendrás que temer el resultado de un centenar de batallas”.
Tercero, Trump es supremamente hábil en la “hipérbole voraz”, de la cual él escribió extensamente en “The Art of the Deal”. Y él debe usar esa habilidad para evitar decir toda la verdad sin comprometerse a sí mismo legalmente.
Para darles un contexto, Trump define la “hipérbole voraz” como una “forma inocente de exageración”. Y lo explica desde su perspectiva de negocios donde el lenguaje impreciso puede ser la clave para la marca, el aumento en las ventas y los márgenes de ganancia.
Esto, seguramente puede servir como un medio efectivo para no decir toda la verdad, mientras evade la intención demostrable de mentir cuando está bajo juramento o cuando habla con agentes del FBI. Para ser declarado culpable de perjurio se debe probar un “intento” de engañar.
Finalmente, al aceptar una reunión con Mueller, Trump podría ganar finalmente en la corte de la opinión pública. En otras palabras, podría demostrar que no tiene nada que esconder, y sus seguidores se deleitarían con su aparente transparencia.
Y de hecho, si Mueller no puede demostrar que hubo colusión, Trump podría demostrar su argumento que él es víctima de una cacería de brujas política y los esfuerzos de los medios de comunicación y de sus oponentes políticos de socavar su gobierno. Esto podría incluso darle un beneficio adicional.
Así que si Trump quiere que esta saga se termine —y tal vez aumentar sus números en las encuestas— debería aceptar reunirse con Mueller.
James Gagliano es analista legal de de CNN y agente especial de supervisión retirado del FBI. También es profesor adjunto en la Universidad de St. John en Queens, Nueva York. Las opiniones expresadas en este comentario son solo suyas.
Paul Callan, exfiscal: Trump no debería testificar
El exagente especial del FBI, James Gagliano, sugiere que un testimonio presidencial sería una buena idea. Estoy totalmente en desacuerdo. Cualquiera de los abogados personales de Trump que le recomiende someterse a un interrogatorio con el altamente capacitado grupo de investigadores del equipo de Mueller estaría sugiriendo una acción plagada de riesgos legales.
La descontrolada retórica del presidente bien podría ponerlo en riesgo de un juicio político, además de potenciales cargos criminales en su contra.
Cuando Mueller está cerca, el silencio debería ser la regla de oro de Trump.
El argumento del “anticipo”
Gagliano cree que el ocasional encanto del presidente puede ser capaz de librarlo de cargos criminales o de acusaciones penales o imputables porque la evidencia de “colusión” puede ser débil. Y que en el proceso, dice Gagliano, Trump también podría obtener un adelanto del caso de Mueller.
En esa misma línea, el presidente tendrá la oportunidad de explicar sus numerosas acciones sospechosas. Por ejemplo, tal vez, cuando el presidente supuestamente dictó el comunicado de prensa de Donald Trump Jr. sobre la reunión en la Torre Trump con los rusos, realmente no sabía que su hijo la preparó para ensuciar a Hillary Clinton con la información de un agente ruso.
Por supuesto, para ofrecer esa defensa, el presidente tendría que hundir a su propio hijo. Donald Trump Jr., según su propio testimonio ante el Congreso, discutió los correos electrónicos sobre la reunión en la Torre Trump con el presidente. Aunque se niega a responder preguntas detalladas sobre la discusión, parece que Trump Jr. o el propio presidente caracterizaron engañosamente el propósito de la reunión como una discusión de las políticas de adopción rusas.
Entonces, esta es la realidad: En la situación del presidente, solo los fiscales podrán ver el caso de la defensa de Trump de forma gratuita, ya que es llevado a la horca política. Y, en esa reunión, podría verse obligado a incriminar a su propia familia para protegerse.
El mito de la “hipérbole veraz”
El presidente de hecho usó el término “hipérbole voraz” en “The Art of the Deal”, el famoso best-seller escrito por un escritor fantasma sobre el inicio de su carrera. En sus propias palabras: “La clave final de la vía que yo promuevo es la bravuconería… jugar con las fantasías de la gente. Es posible que las personas no siempre piensen en grande, pero aún pueden entusiasmarse mucho con quienes sí lo hacen. Es por eso que una pequeña hipérbole nunca duele”, dice el libro.
“Las personas quieren creer en algo que sea más grande y más espectacular. Lo llamo la hipérbole veraz. Es una forma inocente de exageración y una muy efectiva forma de promoción”.
Ser cuestionado por algunos de los fiscales y agentes del FBI más importantes del país no es como vender bienes raíces a un fanático pueblerino que espera ser engañado. Estas personas tienen una palabra para describir lo que el presidente describe como “hipérbole veraz”. Lo llaman “perjurio” si ocurre bajo juramento, o “falso testimonio” si le miente al FBI en una reunión más informal. Ambos son delitos graves y ofensas imputables para arrancar.
Vestir una mentira llamándola “hipérbole veraz” no es una defensa; es una confesión de que Trump usó intencionalmente hechos exagerados que sabía que no eran ciertos para “jugar con las fantasías de la gente” y, en el proceso, ganar dinero para sí mismo.
El proceso de preparar al presidente para una sesión con Mueller sería extraordinariamente difícil, y no valdría la pena, ni para Trump ni para su familia, correr el riesgo.
La corte de la opinión pública
Incluso aunque el presidente pueda ser citado en la investigación de Mueller, aún queda una ruta final de escape: podría y debería acogerse a la Quinta Enmienda. El consejo político convencional es que los políticos no deben acogerse a la Quinta Enmienda porque los hace parecer delincuentes.
El consejo no le aplica a Trump porque aquellos seguidores de base, que hacen casi entre el 30% y el 35% del electorado, creen que los agentes federales que investigan al presidente están “locos” por tenderle una trampa por atreverse a atacar la burocracia liberal arraigada.
En otras palabras, si Trump se afirma en la Quinta Enmienda, no perderá su apoyo. De hecho, su apoyo podría aumentar. Bajo esas circunstancias, los abogados de Trump deberían ser sabios y aconsejarle no testificar.
No se sabe con certeza si el impredecible presidente seguirá ese consejo legal. ¿Y quién sabe? Tal vez sea interrogado por un agente amistoso del FBI que cree en la “hipérbole veraz” y en el valor de los edificios llamados “Trump”.
Paul Callan es analista legal de CNN, exfiscal de homicidios de Nueva York y actual consejero en la firma Edelman & Edelman PC en Nueva York, que se enfoca en casos de condenas injustas y derechos civiles. Síguelo en Twitter en @paulcallan. Las opiniones expresadas en este comentario son suyas.