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Bill Gates aporta 50 millones de dólares a la lucha contra el alzhéimer
00:43 - Fuente: CNN

Nota del editor: los autores son copresidentes de la Fundación Bill y Melinda Gates. Su carta anual de 2018, algunos de cuyos puntos están adaptados en este artículo, está disponible en: http://www.gatesletter.com. Las opiniones expresadas en esta columna son suyas.

(CNN) – “¿Es justo que tengan tanta influencia?”

Nos han hecho esta pregunta muchas veces en los 18 años desde que comenzamos con nuestra Fundación. ¿Nuestra respuesta? No. No es justo que tengamos tanta riqueza cuando hay miles de millones de personas que tienen tan poco. No no es justo que nuestra riqueza abra puertas que están cerradas para la mayoría de la gente.

Sin embargo, si hacemos esto y usamos cualquier influencia que tenemos, es para ayudar a tantas personas como podamos y para que la equidad avance en todo el mundo.

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Y nos hemos comprometido a ser abiertos en cuanto a aquello en lo que invertimos y los resultamos que tenemos. (No siempre está claro qué ha sido un éxito y qué no, pero el equipo de nuestra fundación trabaja duro para evaluar nuestro impacto, corregir el curso y compartir lecciones). Pese a que hemos tenido cierto éxito en conseguir que el mundo preste más atención a la salud y la extrema pobreza, sería difícil argumentar en este punto que hicimos que el mundo se enfocara en ellos.

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Tener influencia hace que, sin embargo, sea más difícil conseguir críticas honestas. En los negocios, tus clientes te dirán en el instante cuándo has cometido un error. Pero no ocurre igual con la filantropía. Algunos de nuestros críticos no hablan porque no quieren correr el riesgo de perder nuestra financiación. Por eso es tan importante escuchar y responder preguntas duras. Y esto significa que necesitamos contratar bien, consultar a expertos, aprender constantemente y buscar diferentes puntos de vista.

Aunque nuestra fundación sea la más grande del mundo, empresarios y gobernantes gastan mucho más que nosotros. California, por ejemplo, invierte en un año en su sistema de colegios públicos más que toda nuestra dotación.

Y nosotros usamos nuestros recursos de una manera muy específica: para probar nuestras innovaciones más prometedoras, recoger y analizar los datos y dejar que empresarios y gobiernos amplíen y substancien ese trabajo. Queremos incubar muchas ideas diferentes y dejar que las mejores crezcan tan rápido como sea posible.

Hay una pregunta natural que sigue a aquella sobre nuestra influencia: “Si es injusto que seas tan rico, ¿por qué no das todo al Gobierno?”. La respuesta es que pensamos que siempre va a haber un rol único para las fundaciones. Pueden ser capaces de tener una visión global y encontrar las grandes necesidades, adoptar un enfoque a largo plazo para resolver problemas y administrar proyectos de alto riesgo que los gobiernos no pueden asumir y las empresas no quieren.

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Bill Gates pasó una hora respondiendo preguntas en Reddit y dijo que casarse con Melinda fue la mejor decisión de su vida. Crédito: Fundación Gates

Si un gobierno prueba una idea y falla, alguien no hizo su trabajo — u podría perder su trabajo en el próximo ciclo electoral. Mientras si nosotros no probamos ideas que fallan, no estaríamos haciendo nuestro trabajo.

Hay otra pregunta que nos hacen mucho: “¿Por qué regalan su dinero? ¿Qué sacan de eso?”

No es porque pensemos en cómo seremos recordados. Lo que nos encantaría es que algún día enfermedades como la polio y la malaria hayan sido olvidadas, y ese es el motivo por el que trabajamos en ellas.

Hacemos este trabajo porque es importante, es gratificante y va en línea con cómo fuimos educados. Ambos venimos de familias que cree en dejar el mundo mejor de como lo encontramos. Los padres de Melinda se aseguraron de que sus hijos interiorizaran las enseñanzas de justicia social de la Iglesia católica. Cuando Melinda estaba en el la escuela — la academia Ursuline de Dallas — fue voluntaria en colegios públicos, enseñando a alumnos que tenían dificultades con matemáticas. Los padres de Bill abogaron por un vertiginoso número de causas importantes y organizaciones locales en Seattle: de todo desde la organización United Way y la Universidad de Washington hasta campañas de recaudación de fondos escolares.

Por supuesto, estos valores no son solo nuestros. Millones de personas invierten su tiempo en hacer voluntariado o donan dinero para ayudar a otros. Nosotros, sin embargo, estamos en la posición más inusual de tener mucho dinero para donar. Nuestro objetivo es hacer lo que nuestros padres nos enseñaron y poner de nuestra parte para mejorar el estado del mundo.

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Los dos hemos estado haciendo este trabajo, más o menos a tiempo completo, por cerca de dos décadas. Esto es la mayor parte de nuestro matrimonio. Es casi completamente la vida de nuestros hijos. Por ahora nuestro trabajo en la fundación se ha vuelto inseparable de lo que somos. Trabajamos porque es nuestra vida.

Intentamos pasar nuestros valores a nuestros hijos hablando con ellos sobre el trabajo en nuestra fundación y, conforme se han hecho mayores, llevándoles con nosotros a nuestros viajes para que puedan verlo por sí mismos. Hemos invertido miles de horas aprendiendo juntos, reuniéndonos con científicos, educadores y líderes mundiales. A donde vamos, la gente con la que pasamos el tiempo, lo que leemos, vemos y escuchamos, estas decisiones hicieron el misma a través del cual trabajamos en nuestra fundación (cuando no vemos ‘The Crown’ o ‘The Man in the High Castle’).

Quizá hace 20 años podríamos haber tomado una decisión diferente sobre lo que hacer con nuestro dinero. Pero ahora no podemos ni imaginarlo.